sábado, 9 de junio de 2012

A little more touch me; Capítulo: #7

Capítulo: #7

No pude evitar sonreír, haciendo que él también sonriera. Se acercó un poco mas y me besó dulcemente haciendo presión entre mis piernas.
-Creo que quiero ese helado...-dije una vez terminado el beso-
Él sonrió, se levantó y caminó hacia la cocina.
-Vino?-
-Yay!-grité-por favor-
Oí que destapo la botella y el ruido de las copas nada mas. De pronto una copa de vino tinto se apareció frente a mis ojos, la tomé y bebí de ella deleitando el dulce sabor de su contenido. Lo miré, estaba parado detrás de mi.
-Y el helado?-pregunté-
-No puedo todo junto, no soy un súper hombre!-reclamó-
Me di vuelta, me arrodillé en el sillón con la copa aún en la mano y lo miré seriamente.
-Que!?-preguntó-
Tomé su cuello con mi mano libre y lo atraje hacia mi para besarlo por un buen rato.
-Créeme-dije-lo eres-
-Porque lo dices?-sonrió-
-Pon una filmadora frente a la cama cada vez que tenemos sexo y me vas a entender-dije mirándolo a los ojos-
Su mirada lujuriosa invadió mi mente y la perversión en ella. Se acercó lentamente a mi y abrí la boca para besarlo, pero él se limitó a deslizar su lengua por el borde de mis labios bañados en el líquido tinto. Mis ojos expresaban un deseo incomprensible hacia su cuerpo y no lo pude resistir.
-Ves?-suspiré-no necesito ni que me toques para que me exites-
Rió fuertemente mientras dejaba nuestras copas sobre la mesa, y reí con él. Volvió hacia mi y se quedó mirándome unos segundos mientras sonreía. Sentí sus manos sobre la tela de su propia camisa que yo levaba puesta, apoyó su frente contra la mía y suspiró mordiéndose el labio.
-No hagas que cambie el postre por tu cuerpo-
-Mmm....-mis manos se deslizaron dentro de sus pantalones mientas mis ojos lo acosaban-no quieres ambas cosas?-
Oh si...mi lado pervertido salía a flote.
-No me tientes-
-No lo hago...-sonreí mientras mis manos bajaban mas-
Él cerró sus ojos mientras su boca entre abierta emitía un gemido sobre mi piel. Sonreí y mordí sus labios con dulzura. Lo alejé de mi y sin más lo despojé de su remera. Mis frías manos se deslizaron sobre su piel de seda atrayéndolo hacia mi, lo besé mientras desbrochaba mi camisa tratando de no perderlo. Una vez que me quité la camisa pude sentir sus besos bajar por mi cuello, hacia mis hombros. Bajé lenta y cuidadosamente del sillón y me puse de pie frente a él. Me incliné hacia la mesa sin perder el tacto de nuestros cuerpos y tome uno de los vasos con vino, me despegué un poco de Gerard y bebí mientras nuestros ojos se encontraban, rápidamente una de sus manos corrió la copa dejando a sus labios encontrarse con los míos mientras el liquido caía en nuestras bocas y se derramaba camino a bajo de nuestros cuellos perdiéndose en nuestra ropa inferior. Gerard apoyó mi cadera sobre el respaldo del sillón mientras mi piernas aún tocaban el piso, se agachó y lamió desde mi cintura la línea roja que había marcado el vino tinto sobre mi piel hasta mi cuello.
-Creo que de verdad necesito tomar un helado-dije en un largo suspiro-
Me miró y sonrió me tomó de la cintura mientras me besaba, sus manos bajaron por mi espalda hasta mis muslos obligándome a abrir mis piernas.
-Salta-dijo-
Mis piernas rodearon su cintura en un parpadeo, jamás dejé sus labios. Caminó conmigo a cuestas hasta la “cocina”, con dificultad abrió la heladera y pudo sacar el helado.
-De....detente....Frank-dijo entre mis besos-
Lo dejé y respiré hondo mirándolo algo perdido.
-No puedo ver nada-sonrió-
-Perdón-dije-
-Veras que no hay cajón-dijo-puedes estirar la mano y agarrar un par de cucharas de la alacena?-dijo poniéndose de espaldas a ésta-
-Si-dije-
Estiré mi brazo para alcanzar los cubiertos y pronto sentí sus dientes mordiendo mi cuello dulcemente.
-Me haces cosquillas-dije riendo-
-Lo se-contestó el del mismo modo-
-Listo-dije mostrando las cucharas-
Gerard caminó directamente hacia la cama, mi mente ya estaba esperando aquel momento. Caí sobre el colchón y él cayó sobre mi, se hizo a un lado y se acostó apoyándose sobre sus brazos. Me miró y me puse en su misma posición mientras abría el pote de helado.
-Solo hay chocolate y frambuesa-dijo mirando el contenido-
-Me gusta el chocolate, pero no mucho la frambuesa-contesté-
-Entonces?-
-Entonces....-dije quitándole el pote de helado-hagamos que su sabor sea mas rico-
Me incorporé, me senté sobre su cintura y con una cuchara formé un camino de helado de frambuesa sobre su pecho. Oí de su boca el típico sonido que emitimos cuando nuestra piel hace contacto con algo frío.
-A ti te gusta la frambuesa?-pregunté-
-Si-
Con uno de mis dedos tome un poco del helado que había puesto sobre él y lo llevé a su boca. Me mordió suavemente una vez tragado el helado, me incliné sobre él y comencé a lamer cada centímetro de helado sobre su piel. Podía ver como la temperatura del cuerpo de Gerard subía rápidamente mientras el helado se derretía. Cuando terminé mi boca sabia a frambuesa, y el cuerpo de Gerard también. Desabroché sus pantalones rápidamente, ligeramente lo deje desnudo, luego hice lo mismo conmigo. Me acosté a su lado, nos miramos por unos momentos mientras él tomaba mi rostro, y yo el suyo.
Que estaba pasando conmigo?! Esa perversión que sentía...me estaba volviendo loco. Cada vez que sentía el tacto, la voz, los suspiros de Gerard, mi mente se trasformaba completamente, estaba convirtiéndome.
Nos besamos por un largo rato sin que nuestros cuerpos dejaran el contacto, nos revolcamos en el enorme colchón, sobre las sedosas sabanas que se confundía con su piel. Nos detuvimos. Me dejó sobre él, sintiendo el latido en su pecho.
-Hazlo Frank, quieres?-dijo agitado-
Guardé silencio y miré sus ojos verdes tan profundos. Jamás había estado en esa situación, pero mi momento me impedía pensar.
-Voltéate-dije levantándome un poco-
Escupí una de mis manos para facilitar las cosas y no lastimarlo. Entré en él muy lentamente tratando de acostumbrarme al enorme placer que me producía. A medida que el ritmo de mi cuerpo aumentaba, podía sentir las fuerte los gemidos de mi amante bajo mi cuerpo, agotado, colapsando bajo el placer de nuestros propios pecados tejidos en la lujuria de lo que siempre quisimos hacer.
Mis ojos ardían, al igual que mis adentros. Jadeé mientras los gemidos de Gerard eran acompañados por el silencioso sonido de las sábanas enredándose en sus manos.
-Frank...-escuché en uno de sus gemidos-
Ya me costaba sentir el aire entrando a mis pulmones y mis cabellos goteaban el sudor de mi propia perversión por el sexo. Por alguna razón no quería dejar de hacer lo que estaba haciendo, pero no podría estar mucho tiempo mas.
Caí a un lado del cansado cuerpo de Gerard, viendo como su cabello se igualaba al mío, como su respiración, superaba a la mía.
-E..e-estas....bien?-dije usando todas mis fuerzas para emitir sonido-
Me miró por dos segundos, se incorporó y se lanzó sobre mi, besándome tan desesperadamente como si nunca lo hubiera hecho. Me besaba, pero ninguno de los dos podía respirar, pareciera como que no nos importaba ya eso, solo el contacto de nuestra piel.
-G-g-gee-dije con dificultad-
-Mmm...?-emitió sin esforzar palabras-
-Necesitamos........respirar-dije agitado-
-Aja...-contestó de la misma forma-
Ambos descansamos boca arriba por un rato. Pronto volví a sentir tu piel junto a la mía. Besó dulcemente mis labios, mi mejilla, derramó dulces besos sobre mi cuello haciéndome estremecer. Mientras mas se aproximaba a mi hombro mas lento avanzaba, deleitando cada pulgada. Suspiró con fuerza y se acercó a mi oído.
-Otra vez...-

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