Capítulo: #14
La muerte del alma.
Gerard respiraba con dificultad, la piel de Frank húmeda a causa del sudor de ambos, reflejaba la luz de los avisos fluorescentes que se colaba por la ventana, el sinuoso movimiento de su cuerpo sobre las piernas de Gerard lo embriagaba, el aroma a sexo, la sensación producida en su pene por la fricción dentro de Frank, el aliento dulce y maldito de Frank sobre su rostro, Gerard no cerraba lo ojos en ningún momento, acariciaba el vientre de Frank con ambas manos, rodeando su espalda, deslizándolas por sus caderas, por sus piernas, subiéndolas de nuevo hasta su miembro, tomándolo entre ellas, jugando con el, Frank apoyó sus manos sobre los hombros de Gerard, con sus rodillas sobre la cama se impulsaba, miraba el rostro de Gerard, hermoso, con sus pupilas dilatadas a causa de la excitación, besaba sus labios, lamía su barbilla, su nariz, sus pómulos, Frank sentía una dicha plena, algo que jamás había sentido, estaba gimiendo como loco, y esta vez no lo fingía, lo estaba sintiendo, por primera vez desde que empezó a trabajar en esto no sentía asco, no se quería ir, es más, deseaba que no acabara nunca, deseaba regresar a casa con Gerard, y hacerle el amor todos los días de su vida.
Frank miró como las manos de Gerard lo estimulaban, lo hacía con suavidad, despacio, mas como una primera exploración, Frank quería más, estaba muy caliente, y quería mas placer, sonrió entre jadeos
- Hazlo más rápido Gee-
Gerard no comprendió que este pedido era causado por el placer, pensó que Frank quería terminar rápido, se enojó, lo tomó de los brazos, y lo retiro de él, con agresividad lo volteó sobre la cama, abrió sus piernas, y empezó a penetrarlo de nuevo
- No te angusties perra que ya pronto termino-
Frank no entendía lo que pasaba, trató de hablar, pero Gerard tenía una mano sobre su cabeza, obligándolo a hundirla entre las sabanas, Gerard terminó, se levantó, se vistió rápidamente, mientras Frank se incorporaba, aun sin entender que pasaba, se sentó en la cama y miró a Gerard que sacaba su billetera y contaba el dinero, caminó hasta la cama y le arrojó el fajo de billetes a Frank sobre cara, abrió la puerta de la habitación, antes de salir le dio una mirada a Frank tan llena de odio que el pobre corazón de Frank se desfragmentó en un segundo
- Nos veremos otra vez, cuando sienta de nuevo el deseo de revolcarme entre la porquería -.
Frank sintió que esa era la madrugada más fría de su vida, en lugar de irse a su apartamento, se metió a una casa de vicio, gastó todo el dinero que traía en drogas, menos el que Gerard le había dado, esos mil dólares los metió en un sobre, y se los envió a su madre.
Se fue hasta el lote, en el que fumó marihuana la víspera de Navidad con Gerard, sacó de la bolsa de papel la botella de ron, las pastillas, la coca, la heroína, tenía la idea fija, nada se lo podría impedir, su alma estaba muerta, y no había razón para que su cuerpo no la acompañara, empezó con las pastillas, las pasó con un largo trago de licor, inhalo tanta coca tan seguido que su nariz sangró, luego con la poca lucidez que tenía puso el encendedor debajo del papel aluminio, veía como la heroína se volvía líquido, sacó la jeringa y se inyectó, casi tres dosis más de lo usual, se tendió entre la basura, mientras esperaba que la muerte viniera por él, se aferraba a la imagen de Gerard, recordó esa primera vez que lo vio en el mausoleo, nunca le preguntó que hacía allí, recordó que le debía una apuesta, nunca se desnudó para que él lo dibujara, sonrió imaginándose ese momento, Gerard envuelto en un mar de babas al la simple visión de su desnudez, y él de seguro lo habría molestado todo el tiempo, tildándolo de marica, raro... "pensar que ahora lo amo mas que a mi propia vida", Frank sentía que su corazón latía mas rápido, de forma dolorosa, cerró sus ojos, la oscuridad interior lo llenó, ya no sintió más.
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