sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #18

Capítulo: #18

Romance.

"Cada día es una bendición, cada amanecer es una oportunidad que te da el señor,..." Las palabras de Ray en el sermón de hoy parecían dirigidas a mi, estar aquí con Gerard, poder amarlo todos los días, entre las sombras, tras las puertas cerradas, pero aun así libres, libres de nuestros orgullos, culpas y temores.

El padre Ray es una persona extraña, es como lleno de amor, pero a la vez lleno de venganza, ayer le dijo a Gerard que él sabia quien era, y que si no lo había entregado a la policía era porque lo necesitaba, no sé bien, creo que el curita tiene líos con los Bloody Hunters, él y Gerard se encerraron largo rato a hablar en el despacho parroquial, mientras yo me quede en la habitación del padre Ray practicando con su guitarra, el muy guarro tiene una Gibson nueva, estas valen un dineral, otro motivo mas para sospechar del curita.

Gerard fue hasta mi habitación en la noche, ya está mejor, sana muy rápido, me dijo que en una semana o menos regresaríamos a la casa... a nuestra casa, así fue como dijo, me dio un super baboso beso con sus labios de caramelo, y yo empecé a tocarlo despacito, pero el se quitó, me dijo que no podíamos empezar ahí, porque el padre nos había invitado a una lunada, - que miércoles es eso Gee?- él me mira con esa mirada como de lastima que siempre me hace enfadar en especial, porque después de la miradita vienen las mismas putas palabras de siempre - Ay, como té falta la escuela Frank -, en esos momentos me provoca matarlo, que no se da cuenta que yo no soy Mikey Mouse, y que no me gusta... no me gusta ir a que me digan que hacer, o que aprender... 


Nos sentamos en el jardín de la virgen, es muy bellos tiene una planta que huele delicioso en las noches, no pregunto como se llama para que Gee no me salga con lo mismo, el Padre Ray se sentó con su guitarra, empezó a cantar - Qumbaya my Lord, qumbaya... a ver todos conmigo!-, miré a Gerard y los dos soltamos la carcajada, el cura se enojó conmigo, me dice que si no le gusta la canción, entonces que cante yo.


Tomé la guitarra, y empecé las notas de losin my religion, mirando a Gerard a esos ojitos de gato en celo que tiene, para que supiera que se la cantaba a él

-! ohhh Life is bigger, It's bigger than you And you are not me, The lengths that I will go to...-

Y, ¿qué paso?, Que el cura se puso furibundo, no me dejó terminar, se acercó me arrebató la guitarra y se fue, hay acabó la tal lunada, apagaron la fogata y el resto de adictos y pandilleros que el cura cuida, junto con las monjas, se fueron a dormir.

Gerard se quedó sentado bajo la estatua de la virgen de los lamentos, caminé hacía él, la virgen parecía que me seguía con los ojos, me dio miedito y me senté al lado de mi panzón, recosté mi cabeza en su pecho, y el empezó a acariciarme el rostro

- ¿Qué hice mal Gee?-, Gerard me levantó de la mano y me llevó debajo del árbol que olía rico, se sentó y me acomodó a lo caballo encima de él, me gusta sentarme así encima, porque cuando empezamos a morbosiar, siento como se le pone gruesa y grande, y me pone a mí igual

- Ray tenía una novia, que le cantaba esa canción, cuando el estaba en el seminario, el iba a dejarlo por ella, pero los Bloody Hunters la violaron, la habrían matado, de no ser por un adicto que había en el callejón que la salvó, pero ella se enloqueció... no pudo superar el trauma y a las pocas semanas se suicidó, por eso Ray protege a los adictos, y a todos los enemigos de los Bloody Hunters-

Gerard empezó a acariciarme las piernas, y pasaba los pulgares por encima de mi cosito, haciéndome cosquillas, se reía con esa risita de niño que tiene, a veces no entiendo, como siendo un asesino despiadado, puede llegar a ser tan tierno, y tan dulce conmigo, y siempre que me mete su cosa gigante me pregunta si estoy bien, si me duele mucho, si quiere que pare, a veces me duele como un demonio, sobre todo cuando a él le dan esos arranques de morbo y no me prepara bien el culo, la mete como si clavara una puntilla de un solo martillazo, pero yo me aguanto, igual sé que a él le da mucho placer, y si él se siente bien, yo también.

Me levanté, le bajé los pantalones, aunque él me decía que hay no, porque era el jardín y nos podían ver, pero es que a mi excita el peligro, lo acosté boca abajo en el pasto, y empecé a meterle mis deditos, es tan tibiecito, y empieza a gemir, y ronronear como un gatito, y a mi me va dando la loquera, se me llena la boca de saliva, y siento que mi pene se llena de sangre en un segundo, le separo un poco las piernas, y le pongo la puntita en todo su culito, porque me gusta oírlo rogarme que se la meta ya, que ya no puede, si... soy malo... pero es que me encanta que me ruegue, no sé, me pone más caliente, y se lo empiezo a hundir, no cuando el quiere, si no cuando yo ya no me aguanto mas, apenas siento que ya esta un poquito mojadito, y que lo tiene bien relajadito se la meto, me encanta el sentirme dentro de él, aparte que lo abrazo todo, y siento su olor, y su piel, y el aprieta el culo cuando quiere que me mueva mas rápido, ya nos conocemos bien en la cama, a mi me gusta venirme en su piel, pero a él le encanta me venga dentro de él.

le acomodé de nuevo su ropa, y me acomodé la mía, me recosté a su lado mirando la luna, y ese aroma de esas flores, ya me quemaba la curiosidad

- Gee, ¿qué es eso que huele tan rico?-

- Es Jazmín de noche, Frank... si fueras a la esc...-

lo callé con un beso antes de que terminara la frase, puse mi mano sobre el cierre de su pantalón

- Gee, la tienes redura, porque no me dijiste, quieres... ¿qué me quite la ropa de nuevo?-

- No, Frank todavía no, en un par de minutos, pero vamonos a mi habitación, que me agarra la paranoia aquí.-

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