sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #20

Capítulo: #20

Home Sweet-Bitter Home.

Las risas generaban un ambiente cálido, Mikey conducía el Rolls-Royce de Gerard, Tsuki iba adelante, cambiando las emisoras radiales, Frank y Gerard en la parte trasera, abrazados, besándose cada cinco segundos, aislados del mundo, o al menos eso pensaba Frank, hasta que Gerard le pidió a Mikey que bajara la velocidad, un par de chicos con bandanas verdes estaban parados en la avenida, en actitud muy sospechosa

- Están vendiendo, quienes son Mikey, ¿sabes algo?-

- Para que me preguntas Gerard, sabes que no me meto en eso, ni me importa-

- Dobla la esquina y detente allí Michael-

Mikey detuvo el auto, Tsuki sintió miedo cuando Gerard sacó su Colt 44, la cargó, y se bajó del auto

- ¿para donde vas?-

- Quédate acá Frank, todos, quédense aquí-

El silencio se apoderó del ambiente, Mikey estaba en calma, limpiando el tablero del auto con un dulce abrigo, Tsuki miraba para atrás, temblando, Frank se comía las uñas, sin dejar de ver a la calle, Gerard apareció, con sangre en su camisa, entró al auto como si nada

- Arranca Mikey-

- ¿Que hiciste?-

- Defender mi territorio, esta gentuza no se puede dejar por ahí, cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta... pero se les acabó, porque este gato regresó-

Frank tocó el pecho de Gerard buscando heridas, Gerard retiró violentamente los brazos de Frank fuera de sí.

- ¡Estoy bien!, deja la joda, pareces vieja tu, y Tsu, por favor deja de llorar que odio ese sonido-

Frank volteó su rostro, mirando por la ventana, "Gee se recuperó del todo, hasta volvió a ser el mismo hijo de perra de siempre".

- Debiste llevarme contigo, te dije que quiero aprender de ti-

- Si, Frank, y yo te dije que cuando crezcas-

- Ahhh Gerard, ¡cuando vas a dejar de tratarme como a un niño!-

- Cuando dejes de serlo -.

Los días en casa regresaron a su normalidad, Mikey en su último año de colegio, Tsuki en su universidad, Gerard con sus negocios, y Frank acompañándolo a algunos de ellos, pero había días enteros en que Gerard lo dejaba en casa, "aun estas muy niño para esto... para la próxima te traigo... los vendedores se ponen nerviosos cuando ven gente nueva... no te llevo porque de seguro se arma balacera hoy", Frank sentía rabia, todas eran excusas patéticas, tendría que buscar él mismo la forma de demostrarle a Gerard que ya no era un niño y que podía ser tan bueno en este negocio como él.


Las oportunidades las pinta el diablo, Gerard tenía problemas con una pandilla de New York, que enviaba a sus chicos a despejar el terreno en New Jersey, esa noche era importante, un gran cargamento de cocaína llegaba a la ciudad, Y Gerard necesitaba de Frank, le entregó una calibre 9mm semiautomática, con dos cartuchos de 10 municiones cada uno.

- Té quedas afuera, si ves que alguien mas se acerca a la bodega, después de que entre a negociar, haces tres tiros al aire, no te me vayas a hacer el héroe, té quedas escondido donde yo te diga, si hay fuego cruzado te quedas allí, solo sales cuando te lo diga, ¿me entiendes Frank?-

Gerard tomó la cara de Frank entre sus manos

-¿Me entiendes?-

Frank retiró su cabeza molesto, se guardó la pistola entre sus pantalones

- Si, Gee, ya entendí, pero si no puedo matar a nadie, mejor me das una corneta, y hago ruido con ella para avisar ¿no?-

Gerard empujó a Frank contra la pared, tomándolo del cuello de la camisa, lo miró con tanta furia que Frank sintió un miedo indescriptible

- Crees que es muy bueno... ¿matar gente?, acaso crees que es un deporte, o que cada noche no veo los rostros de quienes he matado, que no me atormentan su voces, sus quejidos... que no me despierto en medio del temor y de la agonía de saber que así voy a terminar yo mismo un día, con una maldita bala en mi cabeza... esa pistola que te doy es para que me avises... no quiero que te conviertas en un asesino-

Gerard vio el rostro aterrado de Frank, y suavizó un poco su vos, besó la punta de su nariz, con ternura, y sonrió

- Mi Frankie, es por tu bien... no quiero que sufras lo que yo, además me da temor perderte, si tu le descargas el arma a una persona, ten la seguridad que alguien más descargará la suya en ti... por favor, amor, prométeme que no cometerás ninguna estupidez esta noche ¿si?... y si todo sale bien te prometo que te voy a involucrar más en mis asuntos -.

Frank se metió entre las cajas de madera en las que Gerard le indicó, le hizo una señal de silencio con su dedo sobre los labios de Frank, que terminó con un tierno beso de parte de este.

- Solo dispara si ves mas gente cerca -

Frank asintió con su cabeza, estaba temblando, en parte por el frío del otoño, en parte porque estaba muerto de miedo, Gerard entró a la bodega, todo transcurría en calma, pero siete o diez minutos después, un par de SUV 4x4 negras se aproximaban a las bodegas, Frank agazapado, sin salir de su escondite apuntó su arma al aire y disparó tres veces, el nerviosismo lo traicionó, al bajar su mano, sin querer empujó una de las cajas de madera, propinando el desplome de las que estaban sobre él, para evitar ser aplastado por ellas, salió de su escondite, justo al tiempo que los New Yorkers se bajaban de sus 4x4, y de las bodegas salían todos los narcos de New Jersey, abriendo fuego en contra de ellos, Frank buscaba desesperado con su mirada a Gerard, lo vio detrás de uno de los autos, disparando a diestra y siniestra, con una calma tal, con tanta tranquilidad que Frank se sorprendió, se quedó allí de pie viendo el espectáculo de fuego cruzado, sin advertir que uno de los New Yorkers se aproximaba despacio por detrás de él, apuntando a su cabeza con una mini Uzi, pero Gerard si lo advirtió, sintió que lo invadía el terror en su corazón, nunca en su vida había sentido tanto miedo... miedo de perder a quien mas amaba en esta tierra, olvidando todas sus propias reglas, se metió entre el fuego, corriendo como un loco sin importarle las balas que rozaban su piel... lo único en que pensaba era en proteger a Frank.

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