sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #22

Capítulo: #22

Un extraño giro del destino.

Frank cerró la puerta, pegando su espalda en ella, miró hacía la cama, el tendido rosa chillón que tanto odiaba, ese olor a incienso que venía desde el bar, se colaba por las rendijas del piso de madera, Jacqueline abrió la ventana, ella lo conocía bien, sabía perfectamente que le molestaba, sabía también que hacer, para enloquecerlo; retiró el tendido, lo enrolló y lo metió al closet, dejando la cama solo con las sabanas blancas, abrió despacio su camisón negro, halando de una de las cintas magenta que lo ataban, dejando ver su cuerpo desnudo, se tendió en la cama, sin dejar de mirar a Frank, pasó las manos por sus piernas, tocándose, murmurando el apodo que ella le tenía de cariño a Frank

- Peti, ven... ven conmigo -

Frank solo se dedicó a observarla, se complacía viendo sus curvas, su muslos perfectamente torneados, los negros cabellos de Jacky, que libres cubrían parte de la almohada, el brillo tenue que quedaba en sus labios al pasar la lengua por ellos, invitándolo, incitándolo a acercársele, a llenarla de él. 


Frank comenzó a quitarse la ropa, con una parsimonia desesperante, Jacky dejó jugar con ella misma, para observarlo, cada prenda que se retiraba la doblaba, con sumo cuidado, y la acomodaba sobre la mesa, hasta quedar solo en ropa interior, se acercó a la cama, Jacky extendió su mano hacía él, pero Frank no se movió, se quedó allí de pie, mirándola como si fuera una desconocida, retrocedió unos pasos, y quedó de nuevo de espalda contra la puerta.

Jacky se cubrió, camino hacía él sin entender que le pasaba, ese que estaba allí de pie, casi a punto de llorar, no era la bestia salvaje que Jacky conocía, el antiguo Frank no habría aguantado tanto, a ese punto se suponía que ya debería estar encima de ella, amándola como si en el próximo segundo se fuera a morir.

Se deslizó por la puerta, sentándose en el piso, tapó su rostro con ambas manos, y empezó a llorar

- Soy un fracaso Jacky -

Ella no entendía, se sentó a su lado, abrazándolo, tratando infructuosamente de consolarlo

- lo único que hago en la vida es dañar a quien amo, nada me sale bien -

Jacky no sabía que decirle, si fuera un ebrio cualquiera en busca de sexo, como sus clientes, ya habría encontrado palabras para hacerlo sentir bien, pero el chico que se aferraba a sus brazos, con el corazón destrozado no era uno del montón, era su Peti, el único ser que ella amaba de verdad en el mundo, las mentiras y los discursos ensayados que usaba con el resto de los hombres, no los podía utilizar con Frank, Jacky no tenía la capacidad de mentirle al hombre que entre sabanas y noches furtivas había robado su corazón, ella sabía que él se refería a Gerard, y por dentro lo odiaba, se odiaba a si misma por no ser él, y odiaba a Frank, en medio del amor que le tenía, lo odiaba por ser capaz de amar de esa forma a un hombre, y no poder amarla a ella.

- Peti, sea lo que sea que hayas hecho, sabes que Gee te ama mas que a su vida, y te va a perdonar... mejor ven a la cama, ven y te consuelo de la única forma que sé hacerlo...-

Frank se levantó despacio, ayudado por ella, limpió sus lágrimas, y se tendió en la cama, dejándola a ella hacer todo el trabajo, sentía una extraña excitación, sentía placer en cada caricia de Jacky, pero la imagen de Gerard... del cuerpo desnudo, húmedo, tan blanco como el armiño, tan fuerte y masculino, y a la vez tan suave, tan frágil, no lo abandonaba, Frank sentía los labios de Jacky rodear su miembro, ella era una experta y estaba logrando excitarlo, Frank cerró sus ojos, pensando en Gerard, en ese momento, en que corría entre las balas para salvarlo, sin impórtale morir en ese momento, y ¿qué hacía él?, ¡Traicionarlo!, Meterse en la cama con Jacky, a causa de una simple excitación al ver las manos de Mikey rodeando los senos de Tsuki, las blancas manos de largos dedos de Mikey, apretando las caderas de su novia, de repente todo se nubló en el recuerdo de Frank, solo podía ver las manos de Mikey, la piel desnuda del hermano de su amado. 


Jacky aumentó el ritmo de sus manos y sus labios sobre el miembro de Frank, al ver que su erección crecía, se sintió feliz de poder complacerlo, pero no sabía que Frank, en su mente tenía la imagen fija del cuerpo desnudo de Mikey, tendido en la cama, Tsuki ya no estaba en el cuadro mental de Frank, era él mismo quien se contorneaba, preso de la excitación encima de Mikey.

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