sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #24

Capítulo: #24

Heart of stone.

Las noches se hacían eternas, Frank abrazaba su almohada, sentado en el piso contra la pared que lindaba con el cuarto de Gerard, se conformaba con oír su respiración al otro lado de la pared, cada mañana de los últimos cuatro días había tratado de acercarse a Gerard, pero este lo dejaba hablando solo, o se limitaba a responder a la súplica de Frank "Gee, hablamos por favor", con un frío y simple "ahora no Frank".

- Si tan solo pudieras abrir mi pecho, y entrar en mi corazón, podrías sentir la pena y la culpa que me agobian...-

- no tengo tiempo para idioteces Frank, ¿vas a vender hoy donde te dije?-

Frank solo asintió con su cabeza, tomó la mochila con las bolsitas de dos y cinco gramos de cocaína, y un par de docenas de "armados" como le llamaba Gerard a los cigarros de marihuana.

- regresa antes de las seis, que el FBI anda jodiendo esta semana en esa zona...-

se dio media vuelta, caminando hacía la puerta, sin ver a Frank y en tono bajo, se dirigió a Frank, aunque más parecía que hablara para si mismo

- no te hagas matar, regresa en una sola pieza-


Gerard realizaba las usuales rondas por su zona, pero cada hora se daba una pasada por las cuadras que le había asignado a Frank, se quedaba viéndolo desde lejos, pidiéndole a su amigos que lo cuidaran, por momentos se embotaba tanto en verlo que ni notaba las SUV de los Bloody Hunters pasar por su lado, invadiendo su territorio, pero ese hombre de labios delicados, de ojos gigantes expresivos e inocentes, la sola visión de ese cuerpo creado por los dioses para el placer de la carne, envuelto en esa fastidiosa camisa blanca y ese jean negro que era más un aviso de advertencia, a los ojos curiosos de hombres y mujeres que se esforzaban por ver más allá de la tela que tan infame aprisionaba las piernas, las caderas y la pelvis de ese Hombre que era una paradoja andante, esa corta estatura, y la aparente simplicidad de su alma, no le hacían justicia, y mucho menos ofrecían una explicación lógica a lo que invadía el alma, el corazón y el deseo de Gerard "es como una criatura salvaje, como las fresas silvestres que crecen entre la maleza del campo, tan pequeñas y simples, pero tan pronto te acercas a arrancar una de la rama, se aferran a esta, ofreciéndote sus espinas, y sin importar que tanto duela la púa enterrada en tu dedo, continúas presionando tu piel contra el arbusto, como si el dolor fuera el preámbulo perfecto al placer que resulta de su ingestión... tal cual es Frank, una maldita fresa silvestre llena de espinas que te llena de dolor el alma, pero aun así no puedes vivir sin él, porque sin importar cuanto duelan sus espinas, es más grande, mas eterno el placer de su dulce sabor"

Frank regresó a casa justo a las 6:0 p.m., le entregó el dinero producido a Gerard, y se sentó en una silla de la cocina a comer un postre de gelatina que Tsuki le ofreció, al parecer llevaba todo el día cocinando junto con Mikey, Frank los veía en la cocina, jugar, abrazarse, darse besos traviesos, tocarse con disimulo, en medio de sonrisas, sintió un frío en su pecho, algo que no supo como describir, un vacío ¿tal vez?, Precedido por un calor infernal que llegaba hasta su cabeza, ¿ira?, ¿Envidia?... celos quizás, de Mikey, de Tsuki... el recuerdo de la noche con Jacky lo invadió, ¿por qué demonios deseó estar sobre Mikey?, Frank no entendía nada, cuando Mikey estaba solo él no sentía nada, pero al verlo con Tsu, sentía que el deseo lo iba a matar, Gerard caminó hasta la cocina, se paró en el marco de la puerta, viendo el espectáculo de besos y caricias

- Ustedes dos me provocan nauseas-

Frank sintió una rabia inmensa y como un relámpago en el cielo nocturno, la claridad de sus sentimientos lo golpeó, se levantó de la mesa, como si en una posición mas alta su voz se oyera mejor

- así es como se supone que la gente que se ama se trata... es con besos y caricias como demuestras el amor que dices sentir por alguien... pero eso es algo que un ser de corazón de piedra como tu jamás podrá entender-

Gerard se quedó mirando a Frank con el rostro perplejo

- ¿esas palabras son dirigidas a mí, es acaso un reproche por la forma en que te trato?-

- tómalo como quieras Gerard, solo digo que el amor se demuestra con hechos, y no con palabras-

Gerard se acercó a Frank, cruzó sus brazos y se quedó mirando a Frank, penetrándolo con la mirada, con esa furia que se escapaba de sus ojos claros cada que Frank lo sacaba de sus casillas.

- Oh!!!, Perdón señor Iero, pero creí que correr en medio del fuego cruzado, recibir un balazo en la pierna y prácticamente dejarme matar por salvar su vida, eran pruebas suficientes de cuanto lo amo... pero veo que no, ¿por qué siempre me equivoco con usted?-

- Gerard... yo no quise decir que..-

La aparente calma que Gerard fingía hasta el momento fue remplazada por un estallido de ira, envuelta en gritos y manotazos al aire

- ¡No quisiste decir... Tu nunca quieres, nunca intentas... nunca es tu culpa... nunca tenías la intención... ya contigo no puedo más Frank, no sirvo para recoger los pedazos de este corazón de piedra que dices que tengo, cada vez que "sin querer" lo rompes, y caminas sobre ellos, aprisionándolos bajo tus pasos, como si no fuera suficiente decepcionarme con tus acciones sin intención, me arrollas con tu inocente culpa, y yo siempre tengo que perdonarte, por que este maldito corazón de piedra no puede latir por si solo, te necesita siempre cerca, o de lo contrario se fragmenta en mil pedazos.... -

Gerard no pudo terminar de hablar, abandonó la cocina dejando en el ambiente el eco de sus gritos, y sobre el piso la sal de las lagrimas que derramó, al abrir su alma de esa manera, Frank caminó tras él, pero el portazo en sus rostro lo hizo detener en seco, golpeó la puerta con suavidad, no obtuvo respuesta, golpeó mas fuerte, lo único que escucho fue el estéreo aumentar de volumen, se desesperó, sin pensar en nada mas que en Gerard y sus ojos acuosos, se lanzó con todo el peso de su cuerpo contra la puerta, tumbándola al piso, Gerard se quedó viéndolo con la boca abierta, Frank caminó hacia él, empujándolo sobre la cama y trepándose sobre él, Gerard luchó un poco, pero no era porque le fastidiara la presencia de Frank, era solo porque no entendía nada, Frank le tomo las manos a Gerard apretándolas fuertemente a cada lado de su cabeza contra la cama, sus ojos tenían es brillo de lujuria e inocencia que llevaban a Gerard al borde de la locura, en un movimiento rápido, acercó sus labios a los de Gerard, mordiéndolo tan fuerte que un hilo de sangre brotó, recorriendo la pálida mejilla de Gerard y encontrando su destino sobre la funda de lino marfil de la almohada.

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