sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #31

Capítulo: #31

Dödskamp.

Ale sintió terror al ver el cañón apuntando al lugar en el que Ray se encontraba, se tiró al suelo, sentándose encima de Gerard tratando de quitarle el arma, pero él se resistía con toda la fuerza de su cuerpo, Ray comenzó a caminar hacía ellos, Gerard en medio de su desesperación, temblando y con su vista nublada a causa del llanto, sin pensarlo, sin medir las consecuencias de sus actos, le apuntó con el arma en la cabeza a Alegna.

- se lo juro padre, por el Dios a quien le sirve que la mato, la mato ya mismo si no hacen algo para salvar a mi Frankie...-

su voz temblaba las palabras le salían con dificultad, el cañón no se quedaba quieto sobre la sien de Ale, debido al temblor continúo de la mano de Gerard, Ale no sintió miedo, ella sabía que él la quería, lo miró, con lagrimas en sus ojos, debidas más al dolor que le causaba verlo así, con voz suave pero segura le preguntó

- De verdad Gee?, De verdad me vas a matar...?-

Gerard dejó caer su arma al piso, abrazándola, refugiándose en Ale

- no... lo siento... pero ya no puedo más... Ale perdóname, ya no puedo aguantar este dolor... entiéndeme...- se levantó del piso con dificultad - entiéndanme todos, lo amo... ese hombre que se debate entre la vida y la muerte es mi única razón de ser...-

Ray caminó hacía Gerard abrazándolo con fuerza

- ten fe, Gerard, no hay nada que Dios no pueda hacer...-

- es que yo no creo.... en...-

la mirada asesina que se asomaba en el rostro de Ray lo hizo callar sus palabras

- creo en la virgen, en mi virgen de los lamentos, pero ella parece que se cansó de llevarme en sus brazos...-

- no digas eso...- Ray miró al cirujano - Doctor, hágame una prueba para saber si mi riñón es compatible con el cuerpo de Frank-

Gerard sintió que la vida le volvía al cuerpo

- y a mí también... hágame la prueba ya mismo-

Ale se sumó al pedido, el cirujano y el doctor de la misión pusieron manos a la obra, tomando muestras de sangre de los tres, el tiempo se agotaba.

Gerard se quedó al lado de la mesa de operación, mirando el bello rostro de Frank, con esa palidez de muerte, sus labios estaban blancos, secos, Gerard se inclinó hasta él, besándolo suavemente, humectando su piel con las lagrimas que caían sobre él, acarició el cabello negro de Frank, mientras sollozaba inconsolable, se acercaba a su oído, repitiendo "te amo Frankie", Gerard no apartaba su mirada del rostro de Frank, no soportaba ver su cuerpo abierto, cubierto con ese plástico que procuraba la asepsia, pero era bastante transparente como para dejar ver todos sus órganos expuestos, el vapor, la sangre, el pus amarillento que estaba cubriendo las vísceras de su amado, Gerard imaginaba el dolor físico que Frank podría estar sintiendo, a pesar que Ray le insistía que estaba en shock, anestesiado y sedado, que no sentía nada, pero Gerard sabía que a pesar de todo eso el cuerpo era capaz de procesar el dolor.

- Hay una compatibilidad, señor Way, acompáñeme al pasillo por favor-

Gerard se despegó con enojo y desgano del lado de Frank, pensaba que si lo dejaba solo algo malo podría pasarle, se quedo en el marco de la puerta sin despegar los ojos de la mesa de cirugía, y escuchando atentamente al doctor

- su sangre es compatible con la de Frank-

Gerard sonrió, su rostro se iluminó

- que está esperando, ábrame y sáqueme el riñón ya mismo!-

- no se puede señor Way-

Gerard miraba al doctor con una furia tal que el pobre hombre casi se hace en sus pantalones a causa del miedo

- Padre Ray, por favor acompáñenos en esta conversación... ¿sí, por favor?-

Necesitaba un mediador entre su pronostico y la furia de Gerard

- Deje de ser niñita y dígame ¿por qué no se puede? -

- Señor Way, los años de abuso de alcohol y drogas han afectado sus órganos, no sería viable realizar el transplante, un solo riñón no podría con su tren de vida, y ciertamente sería una perdida de tiempo y un dolor innecesario ponerle a Frank un riñón tan dañado como el suyo, solo alargaría su vida un par de años, pero eventualmente ambos sufrirían de insuficiencia renal, condenados a diálisis hasta el fin de sus días, que la verdad, no sería muchos-

Gerard sintió el peso de sus años caerle encima, ni siquiera con su propio cuerpo podría salvar a Frank, llevó sus manos al rostro, restregándolas con fuerza sobre este como si quisiera arrancarse la piel del dolor tan grande que sentía

- ¡Maldita sea!-

se quedó en silencio un par de segundos, tratando de procesar todo lo que había oído

- Mi sangre es compatible, pero mis riñones no sirven, porque no estoy sano verdad?
- si, Señor Way me alegra que comprendiera-

Gerard miró a Ray, con seriedad, limpiando sus lagrimas del rostro, Ray, llama a Mikey, dile que venga lo antes posible -.

No hay comentarios:

Publicar un comentario