sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers; Capítulo: #46

Capítulo: #46


Extasis.

El cuerpo ardiente de Frank no daba tregua, Gerard se retorcía en el sillón, sintiendo las manos ansiosas de Frank recorrer su cuerpo, sin notarlo, su joven amante lo tenía completamente dominado, despojado de su ropa, a merced de sus impulsos, siempre igual, tan insaciable, tan salvaje, lleno de morbo y deseo de poseer el cuerpo y el alma de Gerard.

Los ahogados gemidos exclamados por los labios sedientos de placer, de ese placer absoluto que solo la tentadora piel de Frank le podía regalar en cada contacto, en cada beso, en cada sinuoso movimiento de los dedos dentro de su cuerpo, la sangre de Gerard nunca había hervido tanto, nunca su torrente sanguíneo se había convertido en este caudaloso y fiero río, que agresivamente llenaba todas y cada una de las venas en su cuerpo, esa presión en su débil corazón lo obligó a suplicarle a su amante

- Despacio amor... vamos despacio -

Pero Frank nunca lo escuchaba, para él cada palabra pronunciada por esos delicados labios era un detonante para su libido, el dulce aliento de Gerard solo lo encendía más.

- Vamos al cuarto Frankie -

Como si fuera solo el sonido del viento, acompañado de ese aroma inconfundible de Gerard, pidiendo más, Frank simplemente decidió complacer lo que creyó escuchar "dame más", dispuesto siempre a complacer todos y cada uno de los pedidos de su amor, lo tomó fuertemente de las manos, obligándolo a quedar de espaldas en el sillón, arrodillándose en el piso, tomando toda la extensión del miembro de Gerard en su boca, con esos suaves y rápidos movimiento que lo enloquecían, por experiencia, por instinto, si había algo que Frank conocía bien en el mundo era la forma perfecta de suplir las necesidades de Gerard, solo sintiendo la temperatura de su piel, escuchando atentamente el ritmo de su respiración.

Gerard dejó de preocuparse por ese dolor en su pecho, el placer que se estaba generando en su pelvis era mucho mas fuerte, más absorbente, los labios de Frank parecían conocer la formula secreta para llegar al clímax sin tanto esfuerzo, tomó con sus manos la cabeza de su amor, no para hacerle llevar el ritmo, eso con Frank no era necesario, sino para sentirlo suyo.

El liquido producido por esa bella explosión de los fluidos de Gerard en la boca de Frank les permitió bajar el ritmo y descansar un poco, al menos Gerard lo necesitaba.

"La luna llena parece afectarlo, es tan bello, tan sublime, me pierdo en sus enormes ojos, son un universo nuevo para mí, descubro cada día algo nuevo en él, cada segundo a su lado es una aventura que deseo vivir con todos mis sentidos, su pequeño cuerpo tiembla con solo sentir la punta de mis dedos sobre su piel, jamás me sentí tan amado, jamás amé tanto, Frank es mi universo, mi vida, mi sed, mis ansias... mi felicidad, y me complace tanto saber que lo soy también para él, cuando me mira, sonríe y esa infantil sonrisa en sus labios ilumina toda la habitación, ilumina el mundo, tengo esta teoría, creo que el sol y la luna siempre brillan más cuando Frank les regala una sonrisa"

Frank alcanzó una de las canastillas con fresas, llenando una de estas de crema batida, se la llevó a los labios, cerrándolos delicadamente, dejando a propósito que la crema batida se quedara sobre ellos, para invitar a Gerard a retirársela, dando pie a este juego, Gerard hizo lo mismo, pero con una extraña torpeza, llenándose de crema la punta de su nariz, Frank se sentó sobre el, acercando despacio su boca, lamiendo de a pocos la crema, sin dejar de mirarlo a los ojos, las fresas se terminaron, quedando como única opción cubrirse con la crema.
Esa noche jugaron como niños, la crema les hacia resbalarse, Gerard dejaba escapar las más bellas carcajadas, Frank nunca lo había visto reírse así, y procuraba cuanta payasada se le ocurría solo para escucharlo reír.

- ¿Que hora es? -

- Media noche creo, por... no me digas que tienes sueño Gerard Way, porque yo todavía tengo muchas ganas de ti... -

- Ja!, no, como crees, es que tengo que tomarme mi medicina -

Frank se levantó del sillón, atravesando la sala desnudo, Gerard se complacía al ver esa piel firme, esas masculinas curvas de su espalda, que le daban esa casi perfecta forma triangular, Gerard sonrió para si mismo al quedarse viendo los rollitos que adornaban ese cuerpo, aun no sabía porque esa combinación de hombre con formas infantiles que componían el cuerpo de Frank lo enloquecían tanto.

Gerard estiró las manos para recibir las pastillas y el vaso con agua, se las tomó mientras que Frank sacaba una bolsa de cocaína de su pantalón.

- Amor, no crees que deberías dejar eso ya... es decir, hemos pasado por tanto dolor, y por tanta mierda, que no es necesario que te llenes el cuerpo de esa porquería... ¿o es que no quieres vivir 100 años para pasarlos junto a mí? -

Frank sonrió, tirando al piso la bolsita, sentándose de nuevo al lado de Gerard.

- Me va a tomar un tiempo... pero por ti, yo hago lo que sea -

Gerard lo llevó hasta su pecho, apretándolo con fuerza entre sus brazos, empezó a besarle la frente, al tiempo que deslizaba los dedos entre su cabello.

"Él tiene razón, debemos concentrarnos ahora en amarnos, y nos tenemos que cuidar, yo no quiero sufrir más, no quiero pasar nunca más por este infierno, estar sin Gerard es el peor dolor que puedo sentir"

Frank levantó su cabeza, devolviéndole el gesto, besando la frente de Gerard con ternura, acomodándose de nuevo sobre el cuerpo de su amante, acariciando su piel, Gerard sonreía lleno de placer, hizo que Frank se levantara del sillón y caminó con él hasta la habitación, lo acostó sobre la cama, y empezó a besarle cada centímetro de piel, acariciando su entrepierna, acercando su boca hasta ella, Frank, como siempre se calentó más rápido que Gerard, sentándose en la cama halándolo de los brazos para acomodarlo sobre esta.

Humedeció sus dedos con su saliva, llevándolos luego hasta Gerard, procurando lubricarlo lo mejor posible, cuando lo sintió listo, se acomodo entre sus piernas sin dejar de verse a los ojos, Gerard fruncía el ceño, mientras dejaba escapar esos gemidos de placer que Frank amaba tanto oír, se abrazaron mientras Frank lo penetraba suavemente, sintiendo el calor del cuerpo de Gerard en cada entrada, moviéndose en círculos en cada salida para procurarle más placer, Frank aumentó el ritmo gradualmente, dejando que toda la pasión que contenía en su cuerpo se escapara, impulsándose con sus rodillas, empezó a penetrar a Gerard con más fuerza, y esta fricción en su miembro lo excitaba a tal punto que se sintió en un trance único, donde no podía pensar, solo sentir ese placer que lo embargaba, solo podía hacer caso de sus sentidos, embotados ya entre los aromas, sonidos y texturas de Gerard.

- Baja el ritmo, Frank...-

Ese jadeo ahogado que rodeó esas palabras, de nuevo no fue escuchado, una cosa era lo que salía de los labios de Gerard, un poco asustado por la presión en su corazón a causa de la furia que corría por sus venas, otra cosa era lo que su cuerpo pedía, en cada movimiento, en cada contracción, en cada arañazo que le propinaba a la espalda desnuda de Frank.

Gerard sintió que su corazón no podía resistir más, intentó retirar a Frank de encima, empujándolo, pero el joven amante solo optó por apresar las manos de Gerard entre las suyas, y llevarlas sobre la cabeza de su amado para continuar con esa furia en cada uno de sus movimientos, sentía el sudor tibio de Gerard rozar con su piel, el temblor en sus piernas, el aliento en su rostro, abrió los ojos para verlo, Gerard tenía los suyos cerrados, apretando los labios, apresando dentro de su garganta los gritos de placer que se atropellaban en esta para salir, Frank lo notó, y con toda la fuerza de su cuerpo continuó, entrando en el cuerpo de su amante, se concentró de nuevo, dejando solo que sus sentidos guiaran sus movimientos, el cálido sudor de Gerard de repente se convirtió en un gélido liquido, Frank se vino dentro de él, justo después de notar que las exhalaciones de Gerard ya no eran tan fuertes, es más, ya no respiraba.

Frank se arrodilló en la cama, a un lado de su amado, sacudiendo su cuerpo

- Gee... Gee amor... despierta... -

No obtuvo respuesta, se empezó a desesperar, apoyó su oído contra el pecho, y no sintió nada, ni el más leve latido que le informara que Gerard aun estaba con él.

Empezó a masajear el pecho de Gerard con desesperación, sin saber que hacer, lo sacudía, el terror lo invadió, sus ojos se cubrieron de lagrimas, Frank se acercó hasta el rostro pálido de su amado

- Gee, amor... no me hagas esto, por favor...-

se quedó sobre él unos segundos, esperando sentir de nuevo su respiración, pero esta nunca llegó, levantó su puño en alto y con todas sus fuerzas lo dejó caer sobre el corazón de su amado

- ¡Gerard! -.


FIN

2 comentarios:

  1. Omg que hiztoria naz liinda crei q m iba a entretener por algunaz zemanaz pero que puedo dezir zon laz 3:40 am y yo aqui apenaz terminando de leer no m guzra q la hiztoria ziga zin Gerard :'( tampoco queria que muriera debo admitir que odie a Frank por in inztante ezta buenizima el Gerard malo ez zimplemente grandiozo

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  2. Mierda!!!! Gerard no puede moriiirrrrr

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