sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #13

Capítulo: #13

Convencer.

- New Yorkers –

Las palabras de Cortez se perdieron en el estruendo de la balacera, hundió el acelerador hasta el fondo, cambiando de carril en la autopista, siempre mirando cada dos segundos a quienes iban en el asiento trasero

- ¡Evádelos! – Ordenó Frank, alistando su 38 por si debía responder al fuego - ¿Cómo demonios no viste que venían cerca? –

- No lo sé Frank – Pero Cortez si lo sabía, había estado más pendiente del retrovisor que de la autopista, le preocupaba más las miradas que Jordan le daba a su patrón que los autos que se acercaban, y seguramente si no hubiese estado mortificado por los celos, habría notado la SUV que aceleraba acercándose a ellos – Salieron de la nada, no lo pude predecir –


Los vidrios de las ventanillas estaban arriba, el auto era blindado, gracias a eso las balas de las pistolas y revólveres no lo impactaban, pero no estaba exento de ser arrastrado hasta el borde de la autopista por una SUV que doblaba en tamaño al auto, ni la habilidad para conducir de Cortez los pudo salvar de dar tambos en la inclinada ladera de la autopista, después de un par de vueltas, y que el auto quedase con las llantas girando sin parar, volteado por completo, las puertas blindadas se abrieron, para que todos los pasajeros salieran como les fue posible, usando el mismo auto de escudo, para dispararle a la SUV que los había empujado hasta allí en primer lugar.

Jordan empuñó su 38 SW, acomodándola sobre el auto, al lado de la 38 de Frank

- ¿Smith Wenson? Creo que tenemos el mismo gusto en armas Jordan –

- Bueno, la verdad señor Iero prefiero la Colt 44, pero no tengo dinero para cambiar mi SW por una Colt, y mi tío no tiene la cortesía de regalarme una –

Frank quedó completamente helado, olvidó por completo que estaba siendo atacado, olvidó que debía cubrirse, en lo único que podía pensar era en Gerard y su Colt 44 que siempre le acompañaba, se sumergió tanto en el recuerdo de su amor disparando sin piedad la 44 que no sintió el proyectil que impactó en su hombro derecho, tan solo se dio cuenta que estaba herido cuando Jordan lo tomó con fuerza de los hombros y lo lanzó al suelo, acomodándose sobre él para protegerlo, ningún New Yorker le arrebataría a él la alegría de matar a Frank.

- ¡¿Está bien señor Iero?! –

Cerró los ojos, con plena conciencia, sintiendo su sangre brotar de su hombro que se adormecía como protección contra el dolor, pensó en Junior, y sintió un profundo temor

- No vayas a dejarme morir Jordan, no puedo dejar a mi pequeño solo - Suplicó

Jordan se retiró la camisa, presionando con esta el hombro de Frank para evitarle derramar más sangre, mientras Mayflower y Cortez disparaban escondidos tras el auto volcado, alegrándose de ver los otros dos autos que los custodiaban acercarse al lugar, disparándole a los New Yorkers.
Un fuerte mareo dominaba a Frank, y sin tener control de sus actos intentó levantarse, obligando a Jordan a ejercer más presión sobre él

- No se mueva señor Iero, no es seguro aun, no haga esfuerzos innecesarios –

- Sí muero… tal vez vuelva a verlo… - Susurró

- ¡Pero se perdería de ver crecer a Junior! – Jordan lo sacudió desesperado, Frank no podía morir, no sin antes él ejecutar su venganza - ¡Piense en su hijo, Frank, piense en Gerard! –

- En Gerard pienso… - Contestó sin pensar

- ¡En Gerard Junior! – Resopló desesperado - ¡Acaso no es usted el hombre más peligroso de esta ciudad, las historias sobre usted ganándole a la muerte abundan, se va a dejar morir por una simple bala en su hombro! –

Frank abrió finalmente los ojos, enfocándolos en los centelleantes ojos de Jordan que expresaban una extraña e inmensa ira, y ese maldito sentimiento que lo hacía igual a Gerard, el enorme deseo de venganza. Su mente jugó con él, sin razonar correctamente tomó con fuerza el rostro de Jordan entre sus manos, acercándolo hasta el suyo, y besándolo lleno del deseo que Gerard siempre despertó en él.

- No vuelvas a dejarme sin ti… nunca más… -

Solo pudo pronunciar esas palabras, mirando fijamente a Jordan, completamente convencido que era Gerard, antes de desmayarse por la cantidad de sangre que había perdido.

Las balas cesaron tan pronto los New Yorkers fueron abatidos, subieron con prontitud a Frank en uno de los autos y regresaron a toda prisa a la casa, llamando al equipo médico para que los esperara allí.



*




- ¿Y por qué Larry, Curly y Moe quieren trabajar en la cocina? –

El director de la prisión les hablaba a través de una reja doble, a cierta distancia, como eran todas las charlas entre presos y el personal de la prisión clandestina. Brian tomó la vocería del grupo

- Porque si no hacemos algo, nos enloqueceremos –

- Pero Anto lleva 10 años en este lugar, y nunca antes me había pedido nada, bueno, excepto los carbones que quedaban en las hornillas para hacerse el artista y empuércame las paredes del recinto –

- Ted, me da igual trabajar o no – Agregó Gerard – Es solo que me la paso con ellos todo el día y si quieren trabajar, pues me les uno… me da igual lo que pase, hace mucho me dejó de importar lo que pueda pasar conmigo –

- No voy a discutir las razones de un condenado que olvidaron en este lugar, pero si me intriga la repentina decisión del mexicano y el nuevo… -

- Es que vamos a construir una bomba de neutrones con las sobras de avena podrida para volar una pared de la cárcel y escaparnos – Gerard lo miró fijamente, acomodando las manos sobre su cintura – Ese es el motivo real –

El director de la prisión se largó a reír acompañado por los cuatro guardias que lo rodeaban, sin dejar de reír comenzó a salir del lugar, dirigiéndose al jefe de los guardias

- Ja, ja, ja, deje que los tres chiflados cocinen, si quieren meterse todo el día en ese horno, es problema de ellos… ja, ja, ¡escapar! ¡Escapar! Dicen… - Se secó las lagrimas que la risa le producía – Les creo más que fabriquen una bomba de neutrones, ¿Pero escapar? Ja, ja, ja, Anthony, me alegraste el día -

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