sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #20

Capítulo: #20

Strike 1.

Junior observaba en silencio a su padre darle instrucciones a Noelia, el pequeño no descruzó los brazos cuando Frank lo abrazó para despedirse, e ignoró el susurro de Frank “No estés enojado conmigo, sabes que te amo mucho”

- ¿Quieres venir al jardín a jugar? – Noelia le sonreía forzadamente, extendiendo su mano para que Junior la tomara

- No, yo quiedo id a mi habitación – La miró con el ceño fruncido, no le había gustado esa mujer, y estaba enojado con su padre por no preguntarle si la aceptaba o no antes de salir de casa a su “trabajo”

- Pero el día está tan bonito Junior, deberíamos dar un paseo… ¿No quieres venir conmigo a caminar? –

- ¡Qué no quiero… quiedo… aggh! – Junior pataleó el piso de la sala, subiendo a prisa por las escalas, pero Noelia lo alcanzó, tomándolo con fuerza entre sus brazos, cubriéndole la boca para evitarle gritar, terminó de subir las escalas con él, encerrándose en la primera habitación que encontró, esperando el tiempo suficiente para que Frank Iero estuviese lejos de la casa.

Junior intentaba zafarse, moviéndose con violencia, mordiéndole los dedos a Noelia, pero nada funcionaba, la mirada de Noelia era fría, lo veía directamente al rostro, pero no observaba sus ojos, Junior estaba aterrado, pero no lloraba, sentía más estupefacción que miedo, y solo buscaba la forma de gritar. Unos cinco minutos después, sin que el pequeño pudiese preverlo, Noelia lo liberó, pero tan solo para empujarlo de frente contra la pared, reventándole la boca y dejándolo inconsciente.

Bajó las escaleras corriendo, gritando por toda la casa, uno de los hombres que custodiaba la casa salió a su encuentro, mirando aterrado al pequeño desmayado entre los brazos de Noelia

- ¡Llévame a un hospital ahora mismo! –

- ¡No, el niño no puede salir de casa sin permiso de Frank, deja, llamaré al médico de la familia –

- No seas imbécil – Abrazó a Junior de la forma más maternal posible, enfatizando cada una de sus palabras – No hay tiempo, Junior se cayó por la escalera, si esperamos aquí se puede morir, ¿Crees que tu patrón te perdone que dejaras morir a su hijo? –

El pobre hombre no sabía qué hacer, miraba a Junior derramar cantidades de sangre y temía que la perdiera toda, gritó el nombre de otro de los que custodiaban la casa, indicándole que pusiera el auto en marcha

- Los dos vamos con usted –

- Esta bien, mejor que me acompañen – Fingió

Una vez en el auto, el conductor avanzaba a toda marcha, mirando a veces por el retrovisor, rogando porque Junior recobrara el sentido, al lado de Noelia iba el otro hombre sacudiendo suavemente al pequeño, hablándole, pidiendo que abriera los ojos, solo podía imaginar a Frank matando todo lo que tuviese frente a él cuando se enterara de que su hijo estaba lastimado

- ¡Deténgase! – Noelia gritó con toda la fuerza de sus pulmones

- ¡¿Por qué?! – Respondió alterado el conductor

- Se pasó la calle que nos lleva al hospital, debe dar la vuelta –

El conductor miró a su alrededor, estaba confundido y ofuscado, deteniendo por completo el vehículo, dándole tiempo a Noelia de sacar su 9 mm del bolso, pegarle un tiro en la cabeza del hombre junto a ella, y dispararle de inmediato al conductor.

Abrió la puerta, empujando con sus piernas fuera del auto el primer cadáver, dejó a Junior en el asiento trasero y sacó al segundo cuerpo del asiento del conductor, tomando ella el volante y poniendo el auto en marcha, sonrió, respiró aliviada cuando los cuerpos se perdieron de vista en tanto ella avanzaba por la avenida, miró a Junior por el retrovisor, meneando divertida su cabeza

- ¡Fue tan fácil! – Veía el horizonte, riendo sin parar – Jordan es un imbécil, tantos días en tu casa y no fue capaz de nada, y mírame, solo pase unos minutos contigo y ya te tengo en mi poder –

Conducía relajada, deleitándose con el panorama, tan pronto llegó a Plainfield, se estacionó junto a un Honda negro, limpió la sangre del rostro del pequeño, sacándolo de allí para meterlo en el Honda, lo envolvió en unas mantas, acariciando sin sutileza alguna el rostro dormido de Junior

- Eres lindo… tierno, se podría decir, tal vez eso le pasó a Jordan, se ablandó al verte, pero… - Sacó una jeringa de su bolso, inyectándole el sedante que contenía en el brazo de Junior – Yo no sufro de debilidades a la hora de saldar cuentas –

Puso el Honda en marcha, buscando la salida de Plainfield, en dirección a Filadelfia, ese no era territorio que Frank Iero o Mikey Way pudiesen controlar, era el mejor lugar para esconderse y esperar por Jordan.


*


Un poco antes del medio día, Frank regresó a su casa, acompañado de Cortez, Mayflower y “Chicken” Thompson, como era usual, lo primero que hizo fue preguntar por Junior, los custodios de la entrada se miraron entre ellos, sin decidirse ninguno a contarle sobre el “accidente” Frank se plantó en el portal, cruzándose de brazos, mirando fijamente a cada uno a intervalos

- Repito – Respiró profundamente - ¿Dónde está mi hijo? –

- Señor… es que Junior se cayó por las escaleras y la niñera salió con Nelson y Henry al hospital… deben estar por llegar, no se desespere, no llamamos al médico… se tardaría mas…-

- ¡¿Y por qué demonios no me llamaron a mi?! – Perdiendo por completo la calma, Frank agitaba enérgicamente los brazos en el aire - ¡¿Para qué les doy un maldito celular si no lo saben utilizar?! –

Entró en la casa, marcando el número del celular de Henry, desesperado al no obtener respuesta alguna, marcó el número del celular de Nelson, pero fue igual, no contestó, buscó desesperado en su lista el número que Noelia le había dado, al igual que con sus empleados, nadie respondió el teléfono, estaba entrando en completa desesperación, dejándose caer sentado sobre el piso

- Cortez, llama a Jordan –

La voz de Frank sonaba sin matiz alguno, algo no estaba bien y su instinto de padre se lo hacía notar

- Frank, el quiere hablar contigo – Cortez le entregó el celular a Frank, sentándose junto a él en el piso - Está como raro, puedo sentirlo en su voz – Agregó

Llevó el celular a su oreja, pronunciando un débil “Dime” Jordan conducía su auto por el estado de Pensilvania, hablaba calmadamente

- No te preocupes por Junior, estará bien –

- ¿Dónde demonios tienen a mi hijo? – Frank palidecía en cada palabra pronunciada

- Te digo Frank, no te preocupes, estará bien cuidado, en unos días te llamo para que vayas por él –

- Cuánto quieres… lo qué sea Jordan – Aseguró perdiendo toda fuerza en su cuerpo

- No es por dinero Frank, no me insultes, mis motivos son personales, solo te digo, quédate tranquilo, no nos busques porque solo perderás tiempo y energía… -

Golpeó el piso sobre el que estaba sentado, gritando a voz en cuello por el celular

- ¡Si dañas a mi hijo te mato Jordan Miller! –

- Te digo que nada le pasará… además – Jordan sonrió, atravesando la frontera con West Virginia, bajando un poco el tono de su voz - ¿Serías capaz de matar al hijo te tu gran amor? – Y colgó el celular, apagándolo para evitar interrupciones en su viaje

El rostro de Frank cambiaba de colores, pasando del pálido inicial al rojo encendido de la ira, quedando casi verde cuando escuchó las últimas palabras de Jordan, esas que le hicieron vomitar allí mismo

- ¿Frank, que pasa? – Cortez lo ayudó a levantar, conduciéndolo al baño social de la sala, Frank no pronunciaba palabra, se apoyó en el lavamanos, echándose agua en la cara, meneando su cabeza de forma negativa, una y otra vez - ¡Frank, por favor, dime algo! –

- Secuestraron a mi bebé… ese desgraciado y su novia… - Se incorporó un poco, mirándose en el espejo – Cortez, dile a la gente que hoy no hagan nada más que peinar esta ciudad, si tiene que levantar las piedras ¡Que lo hagan!, pero que encuentren a mi hijo… - Se dejó caer de frente, golpeando su cabeza contra el espejo, mirando el reflejo de Cortez en el – Es su hijo… es hijo de Gerard… -

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