sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #29

Capítulo: #29

Poesía.

Frank entrelazó las manos, sonreía entre lágrimas, al menos sabía que Junior estaba vivo, que estaba “bien” según las palabras del pequeño, pero el grito de esa mujer, la amenaza que escuchó a través del celular lo dejaron confundido, recostó su cabeza contra el espaldar del sillón, mirando fijamente la puerta de su despacho, Cortez ingresó acompañado de una mujer joven

- Frank, ella es Vic Behrmann, los New Yorkers la enviaron para hablar contigo –

Esperó que Vic tomara asiento frente a Frank y se sentó al lado de su patrón, siempre pendiente de los movimientos de la invitada, a pesar de haber sido requisada por completo antes de pasar

- Gracias por venir tan pronto – Frank sonrió parcamente – Solo tengo una pregunta, y espero, por el honor que compartimos, me respondas con la verdad –

- Yo sé que quieres preguntar – Vic se acomodó mejor en su asiento – Y la respuesta es no, no tenemos idea de donde puede estar tu hijo, en eso, no tenemos nada que ver, sabes cómo operamos, buscamos eliminarte a ti, a Mikey Way, a Thompson y Mayflower, pero eso lo haremos según el código, no somos pillos de cuarta como para andar secuestrando niños – Palmeó sus piernas, mirando de forma interrogante a Frank – Pero si estamos dispuestos a hacer una tregua, dejar las cosas en calma hasta que recuperes a tu pequeño, y cree Frank, si sabemos algo, te lo haremos saber – Se levantó despacio, haciéndole una seña a Cortez para indicar que iba de salida – Después de eso, seguiremos tras tu cabeza y tras esta organización –

- Gracias – Frank inclinó un poco su cuerpo en señal de respeto – Por venir, gracias por tu honestidad –

Vic se inclinó un poco, devolviéndole el gesto de respeto


- Frank, quiero que sepas que de parte mía, y de la división Danesa de los New Yorkers, tienes total apoyo si necesitas refuerzos, hombres, o armas para buscar a tu hijo, soy madre y puedo imaginar la angustia por la que estás pasando –

Se levantó de su asiento, su mirada estaba vacía, sin vida, se esforzó un poco para sonreírle a Vic

- De verdad gracias, y algo que debes saber y espero se lo comuniques al resto de cabecillas de los Yorkers, ya no estaré más en su camino, tan pronto recupere a mi hijo, dejaré todo esto, mis contactos serán los suyos, les enviaré una lista detallada, solo les pido es que permitan que Thompson y Mayflower trabajen en su organización… - Suspiró lleno de amargura – Lo único que quiero es pasar todo el tiempo posible al lado de mi hijo, así que riega la voz… no habrá más Frank Iero entorpeciendo sus negocios –

- Ya no será tan divertido – Sonrió la mujer – Ahora no habrá contra quién batallar –

- Hay mucho traficante en Jersey, no creo que haga falta –

- Sí, pero ninguno tan poderoso como tu – Sacó una tarjeta de su bolso, entregándosela a Frank – Es mi número, llámame si quieres hablar, de lo que sea –

La guardó en el bolsillo de su camisa, haciéndole una seña a Cortez para que acompañara a Vic hasta la salida. La idea de una tregua lo tranquilizó, eso significaba que podría enfocar todas su energías en buscar y encontrar pronto a Junior, sin tener que preocuparse por su propia seguridad, pero por otro lado se mortificó al saber que los New Yorkers no tenían idea alguna del paradero de su pequeño, habría sido fácil negociar con ellos, estaba dispuesto a darlo todo, a dejar todo por tener nuevamente a su hijo junto a él.

Caminó despacio hasta la sala, observando lo fría e insulsa que era su casa sin su pequeño corriendo por cada rincón.

- ¿Qué hacemos ahora Frank? –

Cortez regresó de despachar a Vic, se paró detrás de Frank, esperando nuevas órdenes, Frank no respondió, él no sabía qué hacer, qué camino tomar, giró observando de nuevo el interior de su casa, finalizando el recorrido de sus ojos sobre el rostro de Matt

- ¡Tanto!…. Tengo tantas posesiones, ¡Y no sirven de nada! -

Respiró con dificultad, en su mente el grito de esa mujer sonaba una y otra vez, haciéndole temer por la integridad física y mental de su hijo, miró las esculturas que adornaban su sala, caminando hasta pararse frente a una, empezando a reír desenfrenado, gesticulando exageradamente mientras le hablaba a la escultura

- ¡¿Cuánto vales tu? 80.000 100.000 dólares…. – Empujó el mármol al piso creando un ruidoso estruendo - ¡¿Y de qué sirves?! – Pateaba con insistencia la escultura en el piso - ¡De nada! –

Llevó ambas manos sobre su cabeza, riendo al tiempo que lloraba con profundo sentimiento, mirando lleno de angustia a Cortez

- ¡¿Para qué me sirve todo esto Matt?! Tengo no sé cuantos millones en el banco, propiedades, más de dos mil hombres bajo mi mando, soy el maldito dueño de New Jersey… ¡Y No pude mantener seguro a mi hijo! No puedo recuperarlo –

- Lo vamos a encontrar Frank, confía en mí, todo saldrá bien – Intentó calmarlo un poco, pero ni él mismo sabía cómo lograrlo

- ¡Deja de decir que todo saldrá bien! No lo sabes, no lo sé, nadie… ¡Maldita sea! Nadie lo sabe… solo el malnacido… si tan solo me llamara, si Jordan contestara su maldito teléfono ¡Qué me diga de una vez que es lo quiere! –


*


- ¡¿Por qué tardaste tanto!? –

Contestó alterada, el celular aferrado con fuerza en su mano temblorosa, se dejó caer al piso, sentada, recostando su espalda a la pared

- “Cálmate Noelia, no pude llamar antes, han pasado muchas cosas” –

- Estoy harta de este encierro – Se quejó apretando fuertemente sus dientes al hablar – No aguanto más… ven ya, por favor –

- “No puedo, aun no, primero tenemos que escapar de unos bandidos que quieren matarnos” –

- ¿Tenemos? – Noelia se levantó del piso, sosteniéndose con una mano en la pared - ¿Con quién estas Jordan Miller? –

- “Te contaré todo en cuanto llegue, si todo sale bien en menos de dos días estaré allí…” – Guardó silencio pegando su oreja al altavoz, intentando escuchar bien el ahogado llanto que provenía del otro lado de la línea - “¿Por qué esta llorando el niño?” –

- Porque es un mocoso mimado… ¿Con quién estás? ¡Es otra mujer! ¿Verdad? –

- “No seas tonta, ya te dije que allá te explico… y no me cambies el tema, déjame hablar con Junior” –

Noelia tapó la bocina del celular, dirigiéndose al pequeño

- Jordan quiere hablar contigo, si le dices algo de esto, ¡te juro mocoso que te mato! –

Junior se acercó a ella, mirándola atemorizado, extendió su mano para tomar el celular, intentando tragarse el llanto que no paraba de brotar

- “Junior ¿Estás bien?” –

- ¿Por qué mi hiciste esto? – Gimoteó un poco, limpiando su nariz - ¿Por qué a mí? Yo sé que no eres malo Jordan, tú sabes que no lo eres… -

Jordan apretó el teléfono en su mano, no sabía que decir, no sabía cómo responderle a un chico que parecía siempre saber más de él que él mismo.

- “Escúchame pequeño, esto acabará pronto, en unos días estarás con tu papá, ahora, dime, ¿Noelia te trata bien?” –

Junior miró a la mujer que no despegaba sus ojos de él, respiró profundamente antes de responder la pregunta de Jordan

- No –

- “Pásamela de nuevo, y…” - Cerró los ojos, impidiendo que sus lágrimas se escaparan – “Perdóname por haberte alejado de tu papá… pero él, él tenía que pagar algo que me hizo” –

Junior inclinó la cabeza hacia atrás, una última palabra antes de regresar el teléfono a Noelia

- Él, Jordan… él, mi papi te hizo daño, no yo, ¿Por qué te lo cobras conmigo? –

No pudo responderle, tan solo le limitó a pedirle de nuevo que le entregara el celular a Noelia, Jordan sentía un enorme taco en su garganta, Junior tenía razón, la venganza era contra Frank, no contra él, pero Jordan no tenía más opciones, y la única forma en que pensaba aliviar su dolor, esa causándole a Iero un dolor igual de desgarrador al que él sintió.

- ¿Ves lo que tengo que soportar? Éste mocoso se cree muy listo, no sabes cómo me ha tratado Jordan, me dice loca, me desobedece, es un infierno estar encerrada con él –

- “¡Por Dios Noelia! Tu eres una adulta y él un niño, no me pongas quejas, deberías ayudarme en lugar de causarme problemas” –

- ¿Y a mí? ¡Quién me ayuda! – Gritó - ¿Dónde está la cabeza de Mikey Way? Me haces promesas que no cumples –

- “¡Basta! Te he dicho mil veces que la tendrás, dame tiempo Noelia, y escúchame muy bien, si cuando regrese, Junior tiene un solo rasguño, te juro Noelia, te juro que te muelo a golpes, a ese niño no lo tocas… ¡O soy capaz de lo peor!” –

Noelia caminó hasta la cocina, apagando la estufa, recostándose en el refrigerador, apretando los labios para contener la rabia que sentía en ese momento

- No te preocupes, el mocoso estará en perfecto estado cuando regreses, Jordan, sabes que te amo –

- “Tengo que colgar, te llamo cuando pueda” –

Noelia dejó el celular en la cocina, caminó hasta la sala, dejándose caer sobre el sofá

- Te salvaste pequeño engendro… pero solo será momentáneo, cuando Jordan regrese, él mismo te va a matar, frente a tu papá – Giró el rostro mirando al niño que permanecía acurrucado en el piso - ¿No es algo poético? –

Junior refregó su rostro con ambas manos, levantándose del suelo, dirigiéndose a la habitación, hablándole lleno de valentía a la mujer

- Poético… será el momento en que mi papá te despelleje mientras aun respiras –


*


Gerard agradeció haber dormido bien, tal vez fue el cansancio, tal vez ese dulce aroma de la proximidad del momento en que por fin vería frente a él al ser que lo obligó a mantenerse con vida durante tantos años.

Entró en la ducha, sonriendo feliz al sentir el agua fresca caer sobre su piel, su mente viajó al pasado, a ese preciso momento en que vio a Frank desnudo por primera vez, tomando una ducha en su baño. Gerard no lo sabía en ese instante, y no lo supo hasta mucho después, pero el hombre que lamía delicadamente las gotas de agua sobre sus labios, se convertiría en su única razón de existir.


“Frank”


Pronunció en una sonrisa, no existía sentido en su cuerpo que no estuviese recordando por completo a Frank, su olfato solo percibía el aroma a sexo de sus noches con Frank, sus manos, en lugar de sentir el agua fresca, sentían la textura suave de la tibia piel de Frank, sus oídos escuchaban una y otra vez la risa despreocupada e infantil, sus ojos solo reproducían una y otra vez la imagen de Frank, Frank riendo al saber que no hacia lo debido al tener sexo en los osarios de la misión, Frank ebrio tratando de ganarle una apuesta, Frank herido sobre la mesa de operación, Frank llenándolo de besos debajo del jazmín de noche, Frank amándolo eternamente. Sus labios solo podían sentir el sabor de los labios de Frank, el sabor a sudor y medicamento que probó cuando lamió por completo el cuerpo de Frank después que le trasplantaran el riñón de Mikey, la textura fuerte del hilo de sutura en contraste con la suavidad de su piel.


“Frank”


Pronunció de nuevo, esta vez entre lágrimas de amor, lágrimas de espera, lágrimas de eternidad, el tiempo no avanzaba con rapidez, el trecho entre él y su amado no se acortaba, y se odió por haber ido a ese pueblo en lugar de correr hacía Frank.


Cerró la llave de la ducha, envolviéndose en la toalla, regresando al cuarto de Victory, Jordan y Brian ya estaban allí, pegados en cada esquina de la ventana, corriendo un poco las cortinas, observando con preocupación la calle

- ¿Qué pasa? – Preguntó mientras se secaba


- Estamos jodidos Gerard, las calles están llenas de hombres armados, es obvio que aun nos están buscando – Brian se alejó de la ventana, sentándose sobre la cama – No sé cómo podremos salir de este lugar ¡Maldita sea! –


- Calma Schechter, todos los problemas tienen solución – Apretó los labios, entrecerrando un poco los ojos, pensando en la forma adecuada de salir de allí con vida –Victory, ¿tienes pelucas? –

La mujer lo miró extrañada, afirmando con su cabeza

- Bien, creo que tendrás que prestarnos tres, y tres vestidos… y tres pares de tacones –

- ¿Qué estás pensando Way? – Brian se levantó enfocando toda su atención en Gerard

- Vamos a salir de aquí, lo haremos justo ahora, a plena luz del día y pavoneándonos frente a ellos – Sonrió alegremente, tomando uno de los vestidos más elaborados que Victory guardaba en el baúl, extendiéndoselo a Brian – Veamos que tan sexy te ves vestido de mujer –

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