sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #30

Capítulo: #30

Avanzando.

Natoon pasó la última pincelada sobre los parpados de Brian, alejándose un poco para verlo mejor

- Eres una chica muy masculina, ja, ja, ja, pero pasas… no todos los hombres tienen la suerte, o la desdicha de parecer mujeres con solo vestirse como tal –

Comentó señalando a Jordan y a Gerard que estaban listos, y esperando por Brian. Gerard se miró en el espejo, tenía puesta una peluca de cabellos rojos que le hacían ver la piel más rosada que blanca, sonrió hablando con su boca torcida

- Me sale el rojo, un día me haré este color – Bromeó - ¡Dios, lo qué diría Frank si me viera así! –

- Con ese mal genio que tiene seguro… - Jordan de congeló, había hablado de más, la fuerza parecía abandonar los músculos de su cuerpo, carraspeó sutilmente su garganta – Bueno, me imagino que es de mal genio… eso te he oído decir –

Gerard lo miró fijamente, entrecerrando sus ojos, intentando adivinar las verdaderas intenciones de Jordan

- Nunca he dicho tal cosa… - Mordió sus labios, meneando la cabeza al tiempo que sus ojos se encharcaban – Tú lo conoces, tú conoces a Frank, y no sé por qué maldita razón no me lo quieres decir –

- No, no lo conozco, te lo he dicho mil veces… -

- Ya, no importa – Lo calló – Ahora solo tenemos que salir de este lugar –

Los seis se vistieron con largos y ricamente adornados vestidos de fiesta, las chicas pensaron que era la mejor opción, al menos así los hombres del fallecido Arana no descubrirían las formas masculinas que se escondían entre tanto encaje, seda, adornos de plumas y flores de satín.

Bajaron las escaleras, parándose detrás de la puerta de salida, Gerard respiraba con dificultad, tratando de tomar suficiente aire antes de girar el picaporte

- ¿Estás nervioso? – Preguntó Victory preocupada

- No… - Respondió casi ahogado – Me apretaste demasiado la faja, no me deja respirar bien –

- Lo siento – Sonrió la chica encogiéndose de hombros – Pero por si no lo sabes, las mujeres tenemos cintura entallada, y algo tenía que hacer para que no te vieras tan cuadrado –

Gerard la miró fingiendo enojo, pero con una sonrisa que no podía borrar, giró el picaporte y se acomodó los lentes que no solo le servirían para ocultarse, también para apaciguar el fuerte sol Texano.

Los hombres de Arana que custodiaban el pueblo empezaron a silbar al ver las seis mujeres que salían del prostíbulo, Brian luchaba contra la tentación de risa al escuchar los piropos que vulgarmente los tipos gritaban, caminaron en grupo por más de tres cuadras, Lorena vio frente a ella una oportunidad de oro, uno de los hombres de Arana estaba recostado sobre su auto, mirando en todas las direcciones

- El gordo Alfonso, es un idiota de tiempo completo – Informó, acercándose a Gerard, hablando en tono bajo – Podemos usarlo, déjame yo le hablo –

No le dio tiempo a Gerard de responder, Lorena se adelantó al grupo, acercándose al tipo, hablándole de forma insinuante

- ¿Por qué tanto alboroto Alfie? –

- ¿No lo sabes? Anoche como 50 bandidos se metieron a la hacienda y mataron al patrón, fue terrible –

- ¿50? Oh, son demasiados – Comentó burlonamente

- Si, por eso no pudimos hacer mucho, eran más, y tenían ametralladoras, granadas – Llevó dramáticamente las manos a su cabeza – ¡Parecía un pequeño ejército eso! –

Lorena miró al “pequeño ejército” en vestidos color pastel, maquillados, en tacones y con largas pelucas, no pudo evitar reírse un poco, volvió a mirar a Alfonso, apoyándose sobre él

- ¡Claro, me lo imagino! Ustedes son muy fuertes, invencibles, tan machos, que se necesita 50 hombres bien armados para vencerlos – Se contuvo al escuchar las risillas de Natoon y Victory, comenzando a acariciar el brazo del gordo – Alfie, necesito un favorcito –

- ¡Nada más dime! – Acarició el rostro de Lorena, mirándola con morbo – A una muñeca tan linda no se le puede negar nada –

Lorena les hizo una seña para que se acercaran, una vez allí volvió a hablarle al gordo

- Mira, ellas tres son las nuevas adquisiciones del bar –

Alfonso “las” observó, guiñando su ojo al mirar a Brian y relamiéndose exageradamente los labios al ver a Gerard y a Jordan

- ¡Oh, gemelas! Eso es innovador –

- ¡Sí! – Acotó Lorena con entusiasmo – Esta noche las reservaré solo para ti, pero antes, necesitamos que nos lleves al Mall de las afueras, ellas necesitan comprar ropa interior… ya sabes, para que se las quites en la noche –

Alfonso fregó sus manos imaginando una noche en medio de las gemelas, pero bufó molesto al recordar que estaba en pleno trabajo

- Es que no puedo salir, estamos buscando a esos hombres, y creemos que aun están en el pueblo –

- Ah pero, ¿No crees que será bueno que revises las afueras? Es posible que hayan salido o estén escondidos entre la naturaleza – Se inclinó hasta pegar sus senos sobre el pecho de Alfonso, susurrándole lo más seductivamente posible – Nosotras te ayudamos a buscar… y hasta podremos armar una pequeña fiestecita de regreso al pueblo –

Era una oferta que no podía rechazar, sin responder con palabras, abrió la puerta trasera de su auto invitando a las chicas a entrar

- Victory y yo las esperamos aquí – Dijo Natoon acercándose a Lorena – Ve con ellas, y regresa pronto – El “regresa pronto” lo dijo para disfrazar un “cuídate” que le comunicó con angustia en su mirada.

Lorena iba adelante junto al gordo, y los tres iban atrás en absoluto silencio, evitando que el tono de sus voces los pusiera en evidencia, el corazón casi detenido durante el tiempo que duró el recorrido del auto por el pueblo, un imperceptible respiro de alivio cuando tomaron la carretera despoblada, y una fuerte carga de adrenalina cuando Gerard se impulsó hacia adelante, rodeando el torso de Alfonso al tiempo que le gritaba a Lorena

- ¡Toma el volante! –


Lorena montó prácticamente medio cuerpo sobre Alfonso, llevando el volante, escuchando como se fracturaban los huesos del cuello del gordo, y el “ya está” pronunciado por Gerard, envió su pierna a los pedales frenando en seco, alejándose a toda prisa del cadáver del gordo, mirando aterrada a Gerard

- ¡¿Eso era necesario?! –

- Sí, lo era, y ahora te debes bajar del auto, te agradezco infinitamente tu ayuda, pero desde acá, los tres podremos seguir solos –

Se quitó la peluca, el vestido, desatándose por fin la faja que le impedía respirar con normalidad, desenrollando las botas de su pantalón y sacando del bolso de borlas moradas su camisa y sus zapatos, abrió la puerta del conductor, dejando que el cuerpo sin vida del gordo Alfonso cayera en el asfalto, le quitó el arma y las municiones calibre 38 que portaba, y se metió en el lado del conductor, poniendo el auto en marcha, girando su rostro solo para encontrarse con los ojos claros de Lorena que lo miraban fijamente

- Vete Lorena, por favor –

- No, yo no quiero volver a ese infierno, yo me voy con ustedes –

- No lo entiendes, es peligroso, ¡Somos peligrosos! –

- No me importa, ya te dije, a El Paso no quiero volver, llévenme a dónde vayan, les prometo no ser un estorbo –

- No podemos…. –

-¿Por qué no? – Interrumpió Jordan, inclinándose para ver a Gerard – Nada malo pasa si ella viene –

Gerard apretó el acelerador sonriendo y meneando la cabeza

- Está bien Nick, está bien, Lorena vendrá con nosotros – Miró por el retrovisor a Brian que se peleaba con los pañitos para retirar el maquillaje - ¿Qué te parece Schechter?

- Cuando el amiguito de abajo se involucra, no hay más que hacer, llevemos a Lorena, eso al parecer hace feliz al amiguito de Nicky –

Jordan palmeó con fuerza la cabeza de Brian, mirando apenado a Lorena

- No le hagas caso, Brian es un imbécil trastornado –

- No te preocupes Nick, he soportado tipos peores en mi vida – Sonrió, acomodándose mejor en el asiento - ¿Gerard, piensas conducir con el rostro maquillado como mujer? –

- Ahora importa cruzar la frontera del estado, después me desmaquillo – Se miró en espejo – Entre tanto se pueden burlar de mí – Rió

- ¿A dónde vamos? – Preguntó Lorena intrigada

- A New Jersey – Respondió Brian con una enorme sonrisa

- A recuperar a quién es mío – Afirmó Gerard con un suspiro

- A terminar lo que empecé – Dijo Jordan recostando su cabeza en el espaldar del asiento, dejando que su mirada se perdiera en el paisaje.


*


El sol del atardecer iluminaba de amarillentos colores las calles de New Jersey, Frank conducía el auto, inusual en él, los últimos años siempre fue Cortez quien se ocupaba de esta labor, pero esa tarde en particular Frank decidió que el conduciría por las calles en busca de algún indicio, de una respuesta

- Ya pasamos por este basurero tres veces – Señaló Cortez desde el asiento del copiloto

- Lo sé, lo hice con intención - Respondió fríamente – En ese lote me encontraron a mí, en ese lote encontraron a Gerard, en ese lote me drogué con Gerard, la primera vez que nos drogamos juntos – Suspiró meneando la cabeza – Tal vez sea una vana y estúpida ilusión, pero no puedo evitar pensar que mi hijo pueda estar allí, herido o al borde de la muerte como alguna vez lo estuve yo, como alguna vez lo estuvo Gerard… -

Matt suspiró profundamente, empuñando con fuerza sus manos, mordiéndose los labios por la rabia que sentía cada vez que Frank hablaba con tanto sentimiento de Gerard

- ¿Puedo preguntarte algo? – Permanecía con la vista al frente, negándose a ver a Frank – Sé que no es el momento adecuado, pero igual contigo nunca es el momento adecuado para hablar de esto…-

- ¿Otra vez con lo mismo? – Interrumpió el flujo de las palabras de Cortez – Siempre que menciono a Gerard, tu insistes… -

- ¡Sí en nosotros! – Fue ahora enojado Cortez quien interrumpió a Frank - ¿Cuánto tiempo te va durara el duelo? Van diez años Frank, hace más de seis me conoces, y hace cuatro que “estamos juntos”, aunque es más el yo estoy contigo, tú sigues aferrado a un muerto –

- ¿Qué quieres de mí? – Frank bajó el tono de su voz, sin dejar de conducir por las calles de la ciudad

- Que me ames – Apenas si pudo decirlo, sintiendo su corazón palpitar aceleradamente, sabiendo que la respuesta no sería la que esperaba

- Te quiero Matt, a mí manera, pero amor… yo solo pude amar a una sola persona en mi vida, y aunque no esté presente, él está cada día conmigo, cada segundo en mí, y no puedo amar a nadie más –

- Yo no te pido que lo dejes de amar, tan solo que me des el lugar que merezco en tu vida, en tus días, y no solo en tu cama –

- Matt… -

- No, déjame terminar, te he probado mil veces que mi amor es incondicional, amo a Junior cómo si fuera mi propio hijo, somos sin serlo una familia, solo que tú no lo ves –

Frank giró en una esquina, tomando la avenida 45, sonriendo con amargura al ver los postes de luz bajo los que se paraba cada noche, cuando tuvo que vender su cuerpo para calmar su adicción, miró a Cortez, asintiendo levemente con su cabeza

- Tienes razón, solo dame tiempo, tan pronto tenga a mi hijo sano y salvo entre mis brazos, entonces tú y yo, tendremos de nuevo esta conversación, y creo… es muy probable que cuando eso pase, en lugar de terminar con tristeza en tu mirada, tendrás una enorme sonrisa en tus labios -

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