sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #37

Capítulo: #37

Una nueva familia.

La ropa de ambos tirada sobre el piso de la cocina, estaba cubierta de crema y trocitos de fresas, Gerard no tenía intención alguna en disimular la enorme sonrisa de satisfacción que adornaba su hermoso rostro, había cumplido por fin ese sueño que guardó por diez años, lamer por completo, besar y morder cada rincón de la piel de Frank, cubierto en crema, con el sabor de las fresas, era algo que Gerard sentía que estaba inconcluso, fue lo último que hizo antes de que la pesadilla empezara y necesitaba repetirlo para que ésta terminara finalmente.

Recostó su cadera en el borde del mesón, apoyándose con las manos, intentando quedarse de pie, en tanto Frank de rodillas frente a él lo colmaba de placer, Gerard apretaba los labios, pero nunca cerraba los ojos, se perdía mirando las delicadas facciones de Frank, el rosado infantil de sus mejillas, el rojo encendido de esos labios que abarcaban por completo su miembro, jadeaba con tal intensidad que un eco se desataba en el interior de la cocina, por un segundo pensó en cómo podría Frank hacerle un sexo oral tan perfecto, y sonrió al recordar que él mismo le había dicho que lo aprendió cuando se prostituyó por drogas, extendió la mano, acariciando suavemente el cabello negro de Iero, hablándole entre dientes

- Ésta vez Frank… ésta vez, nada nos va a separar, ésta vez no dejaré que nada ni nadie te dañe… -

Intentó sonreírle a Gerard, algo difícil si no quería sacarse de entre la boca la lubricada piel, elevó sus redondos ojos, para encontrarse con la mirada de Gerard y aumentó el ritmo que llevaba sobre la pelvis, aferrándose con ambas manos a las nalgas de Gerard

- Los hombres de la entrada avisaron que Brian viene con Jordan y una mujer –

Mikey abrió la puerta de la cocina, anunciando la novedad, deteniéndose por completo al ver el torso desnudo de su hermano que sobresalía detrás del mesón de la cocina, Gerard apenas giró su rostro a verlo, estaba jadeando y completamente enrojecido, sonrió con algo de pena

- Diles que nos esperen en la sala, en unos minutos vamos… y que nadie entre a la cocina… -

Mikey retrocedió un paso, mirando para el suelo encontrando detrás de las patas de madera del mesón las rodillas de Frank en el piso

- ¡Ja! Debí suponer que por eso se tardaban tanto… - Volteó para salir, meneando la cabeza, hablando entre burla y un poco de rabia - ¡Frank, cochino! –

Frank rió alejando su rostro de la pelvis de Gerard, halándolo de las manos hasta hacerlo sentar sobre el piso, se montó encima de él, pegando sus labios sobre las mejillas de Gerard

- Creo que Mikey me tiene envidia –

- ¿De qué? – Gerard llevó su pene entre las nalgas de Frank, ayudándolo a acomodarse

- De que yo pueda cogerte y el no –

- ¡No seas enfermo Frank! –

Iero mordió sus labios sonriendo por la cara aterrada de Gerard, acomodó sus manos sobre los hombros blancos y se impulsó mejor para moverse sobre él

- Es una broma amor, no pongas esa cara – Posó su frente sobre la de Gerard, aumentando el movimiento de su cuerpo – Y es mejor que le apuremos, no quiero que alguien más entre –

Gerard lo tomó con fuerza de la cadera, haciéndole mermar el ritmo, gimiendo las palabras

- No, rápido no… quiero disfrutarte… por completo, en calma… -

Ignoraron el resto del mundo, y se dedicaron a disfrutar plenamente de ese momento, Gerard recorría con sus palmas la piel de Frank, tragándoselo con los ojos, sintiéndose morir de tanto amor, mordiendo suavemente el pecho de Frank en el momento de culminar, respirando los dos al mismo ritmo, con la misma agitación, con la misma intensidad en los latidos de su corazón.

Frank se separó lentamente, sintiendo la humedad escurrirse por sus piernas, se limpió con una mano, mirando seriamente a Gerard

- Mucho semen guardado… diez años… - Sonrió - ¿Por cuánto tiempo te vas a venir como un chorro de agua? –

Gerard se encogió de hombros, sonriéndole

- No tengo la culpa de pasar tanto tiempo sin sexo, y que me fuera muy difícil pajearme frente a mi compañero de celda… así que el diluvio viscoso, te lo tendrás que aguantar unas dos o tres veces más, ¿O es que tu no tientes tantas ganas reprimidas cómo yo? –

Frank esquivó la mirada de Gerard, levantándose, esperando que Gerard lo hiciera para sacar su ropa

- ¿Frank? – Gerard se levantó despacio, tomando la mano de Frank - ¿Por qué me escondes la mirada? –

- Es mejor que nos vistamos, y vayamos a la sala… necesito hablar con tu bastardo –

Intentó inclinarse a tomar su ropa, pero Gerard lo sostuvo con fuerza impidiéndole la acción

- Lo qué sea que tengas que decirme hazlo ya, Frank, soy consciente que me creías muerto – Acercó sus labios al rostro de Frank, susurrando lleno de ternura – No te voy a juzgar, no me voy a enojar, solo necesito escuchar la verdad –

Suspiró quedamente, buscando los ojos de Gerard, hablando con cierto remordimiento en su voz

- Tengo… tenía una relación con Matt, el que estaba junto a mi hace un rato, en el jardín… - Su mirada se llenó de miedo, rodeando desesperado con sus manos el rostro de Gerard, pegándolo más al suyo – Pero solo es sexo, solo fue sexo, lo juro –

Gerard lo abrazó, suspirando en el oído de Frank

- No te mortifiques, no tienes que jurarme nada, lo entiendo y supongo que eso ya se terminó, es decir… -

- ¡Obvio! – Frank se desprendió riéndose de forma infantil, tomando la ropa del suelo, entregándole a Gerard la de él, comenzando a vestirse con rapidez – No hay discusión en eso, además Matt siempre lo tuvo muy claro… - Bajó la mirada recordando la última conversación que tuvo con Cortez, sintiendo algo de pena, sintiendo mucha culpa – Pero creo que debo hablar con él… a propósito, no lo he visto desde que entramos del jardín –




El ambiente en la sala era pesado, se podía cortar la tensión con un cuchillo, nadie hablaba, solo miradas acusatorias se cruzaban, solo miradas de reproche y odio dirigidas a Jordan. Gerard entró al salón tomado de la mano de Frank, sonriéndole dulcemente a su hijo que no se movía del rincón donde estaba parado, casi agazapado entre dos enormes esculturas de bronce.

Tan pronto Frank cruzó su mirada con Jordan, intentó correr hasta él, pero Gerard lo sostuvo con fuerza, halándolo, haciéndolo regresar a su lado, susurrando en su oído

- Me lo prometiste –

Resopló, Frank Iero resopló lleno de rabia, no se movió, tampoco lo intentó, se lo había prometido a Gerard y lo iba a cumplir, habló con tono imperativo, clavando su furiosa mirada sobre Jordan

- ¿Dónde está mi hijo? –

- Lo, lo… lo siento… - Titubeó al hablar, estaba en medio de una jauría de lobos que en ese preciso momento lo odiaban, y solo tenía a Brian, Lorena y tal vez a Gerard de su lado, mordió sus labios queriendo que el llanto se estancara, sentía la necesidad de mostrarse fuerte, pero en ese momento le fue imposible – Noelia se lo llevó… aun no se a donde, pero te juro Frank que los voy a encontrar… yo voy a traerte a Junior, así como me lo llevé –

- No, tú no te lo llevaste, ¡Tu maldito cobarde! – Se aferró con fuerza de la mano de Gerard, por necesidad, por precaución - ¡Pusiste a una mujer a que se lo llevara, porque no tuviste las agallas de hacerlo solo! –

Jordan cerró los ojos, Frank tenía razón, necesitó de Noelia para hacerlo, suspiró sintiéndose derrotado, pero de hecho hace unas horas ya estaba derrotado, en el momento que aceptó que su venganza era inútil

- ¿Vas a quedarte callado, no vas a decirme nada? – Frank lo retó, sonriendo lleno de cinismo - ¡Claro como no somos niños de 7 años! El maldito deja de ser tan valiente –

- ¡Te dije que lo lamento! – Gritó, calmándose de inmediato al ver que Mikey Way y las mujeres en la sala se levantaban en posición amenazante – Frank, lo lamento tanto… y no es por ti, o por Gerard, lo lamento por Junior… porque siento cariño por ese niño –

Sin que Gerard pudiera evitarlo Frank soltó su mano, atravesando el salón en tres zancadas, agarrando con fuerza a Jordan del cuello, sosteniéndolo contra la pared, gritándole a todo pulmón con su rostro por completo enrojecido por la ira

- ¡No te atrevas a decir que le tienes cariño! – Levantó el puño en el aire, amenazando a Jordan - ¡No te permito que tan siquiera menciones su nombre! –

Y seguramente habría asestado el golpe de no ser por Gerard que lo contuvo con fuerza entre sus brazos y lo alejó de Jordan

- ¡Me lo juraste Frank! – Gritó sin soltarlo de entre sus brazos - ¡Por favor! – Intentó moderar el tono de su voz – Por favor, cálmate, así no conseguiremos nada –

- Está bien, me voy a clamar, suéltame –

Dijo entre dientes, pero Gerard lo conocía demasiado bien, utilizó toda la fuerza de su cuerpo para llevarlo casi cargado hasta en medio del salón, sin soltarlo, le habló de nuevo

- Te calmas o te llevo cargado hasta otra habitación… no estamos logrando nada con esta discusión –

Frank dejó de ejercer fuerza, cerrando los ojos a las lágrimas que empezaban a brotar, acarició suavemente los brazos de Gerard que lo contenían

- Ya… estoy bien –

- ¿Por dónde empezamos a buscar?... “Sobrino” – Cruzado de brazos, mirándolo con desprecio, Mikey le indagó a Jordan

Jordan lo miró extrañado, era verdad, aquél de quien prometió su cabeza, era en efecto su tío, no le importó que la palabra “sobrino” fuera casi vomitada por Mikey Way, de una extraña forma se sintió bien pertenecer a una familia, a una que en verdad llevaba su sangre

- Podemos ir a su casa… - Comentó sin mirar a nadie

Mikey se acercó a Frank y a su hermano, sacando el celular de su bolsillo

- Voy a llamar a Thompson y a Mayflower, es mejor que nos reunamos todos y hagamos grupos de búsqueda… - Miró de forma extraña a su hermano y a Frank, llevando hasta atrás su cabeza – Y mientras vienen, los dos podrían aprovechar y bañarse, huelen a sexo revuelto con merengue dulce –


- ¡Ja, ja, ja, Way no pierdes el tiempo! – Brian se acercó a ellos riéndose – A mí también me gustaría tomar una ducha, y si me pueden prestar ropa limpia, les agradecería infinitamente – Miró a Lorena junto a Jordan – Y si no es mucho problema, dejen que Lorena y Nicky se aseen también… y denles de comer, y préstenles algo de ropa…. –

- ¡No, pues si quieres los bañamos nosotras! – Silvia se cruzó de brazos enojada, hablándole a Brian - ¿Y te arrullo antes de dormir también? –

- Depende… - La miró sonriéndole pícaramente – Si vas a dormir conmigo, sí –

- Imbécil – Meneó la cabeza, mirando ahora a Lorena - ¿Y tú, cuál es tu historia? –

- Sil, ella nos ayudó a escapar de unos bandidos en El Paso, es larga historia, después cuando todo esto pase, te la contaré, pero ayúdala, ella tiene la misma profesión que tenías – Gerard miró a todas en la habitación, riendo divertido – Bueno, la que tenían todas -

- Toda tu vida te vas a rodear de putas hermanito, empezando por Frank –

- Cállate Mikey, lo menos que quiero ahora es tu estúpido humor… - Frank rodeó a Gerard con un brazo, empezando a caminar hacia la escalera – Silvia, ya que regresaste a esta casa, de la que nunca debiste salir por cierto, y como lo sabes, eres la que manda aquí, por favor procura que nuestros “invitados” estén bien atendidos, incluso el bastardo Way –


*



- Cántame una canción de cuna mami –

Junior se arropó hasta el cuello con las mantas polvorientas, estornudando un par de veces, tratando de no ver el rostro de Noelia que se presentaba aterrador al iluminarse por las velas

- No… sé – Dudo ella acomodando el candelabro sobre una mesa junto a la cama

- Sí mami, si sabes… ¿No recuerdas que me cantabas canciones cuando íbamos en el verano a la playa en la bahía de Newark? – No parpadeaba esperando la reacción de la mujer

- No, Jordan, en la bahía de Newark no hay playa – Respondió cómo lo más natural del mundo

- Junior… mami, me llamaste Jordan – Entrecerró los ojos observándola con cuidado

- Ah, sí, es que por momentos olvido que ya no queremos a tu papá – Levantó las mantas para meterse en la cama, alborotando el polvo que hizo que Junior estornudara otra vez – Ay no, mi amor te va a dar un resfriado –

- Sí, necesito sol… como el de la playa de la bahía de Newark –

- No insistas Junior, allá no hay playa –

- ¡Que sí! – Elevó el tono de la voz, pasando después un brazo sobre el pecho de Noelia – Mami, te digo que sí, ¿No lo recuerdas? – La vio cerrar los ojos, tratando de recordar, se pegó al oído de ella, para ayudarle a crear la ilusión – Sí mamita, los tres íbamos a la playa, y jugábamos todo el día, y en la noche, en la cabaña, me cantabas canciones de marineros y sirenas, ¿Lo recuerdas? –

- En Newark… - Pronunció ella en un susurro

Junior bostezó, soplando las velas para apagarlas, cubriendo a Noelia con la manta hasta el cuello, quedándose abrazado a ella

- ¿Sabes mami? Me gustaría que fuéramos solos, tu yo a Newark, a crear nuevos recuerdos dónde solo estemos los dos, sin el idiota de mi papá… ahora que nos abandonó, debemos olvidarlo… ¿No crees mami? Ir a Newark… -

- Sí… puede ser, duerme hijo, mañana tenemos que limpiar este lugar… -

- Te ayudo a limpiar si me juras que al menos un día entero iremos a Newark…. Y ojalá sea pronto… - Fingió toser – Me hace falta recibir sol –

- Mañana hablamos Jordan… - Sacudió la cabeza - Digo, Junior, duérmete hijo –

Junior la escuchó dormir profundamente, se quedó despierto un poco más, no pensó en salir, estaban en medio del bosque y eso era más peligroso que quedarse allí, sonrió recordando la atestada bahía de Newark, donde en efecto no había playa, solo embarcaderos, bodegas y enormes hileras de autos estacionados, pero estaba tan cerca de su casa, que si lograba convencerla de ir allí, se las arreglaría para llamar a su casa y en cuestión de minutos su papá podría ir por él, empezó a quedarse dormido, pensando que estaba entre los brazos de su padre, hablándole como un niño de 3 años, haciéndolo derretirse con sus palabras, pensó en los waffles con miel, en el cereal de las mañanas, en Rubber World, ese que su papá hacía cerrar solo para ellos… pensó en el momento en que volvería a casa, hundió su rostro en la sucia almohada, ahogando el llanto para que Noelia no se despertara.

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