sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #38

Capítulo: #38

Sin odio, no hay amor.

La blanca espuma en la tina los cubría hasta la cintura, Gerard estaba cómodamente sentado, recostando su espalda en la cerámica, Frank sentado de frente sobre él, trepado en sus piernas, observándolo detenidamente, detallando cada facción de ese rostro humedecido por el agua, suspiraba…

Suspiraba al sentir las manos de Gerard recorrer su pecho mojado, suspiraba al sentir la cálida piel entre sus piernas, suspiraba entre el desconcierto de escucharlo hablar

- Eres el ser más dulce y bello sobre la tierra… sabes Frank, ¿sabes que te amo como a nadie he amado? –

Asentía pestañeando incrédulo, llevó ambas manos a cada mejilla de Gerard, acariciándolo con sus pulgares, sin dejar de mirarlo, sin despegar sus ojos de el hombre que había esperado por tanto años

- ¡Dios! – Exclamó rodeándole el torso, perdiéndose en los avellana ojos de Frank, acariciándole la suave piel con extrema delicadeza - ¡Eres tan sublime! Por momentos no puedo creer que esté contigo, que te recuperé después de tantos años de sufrir tu ausencia – Giró un poco su rostro, besando cuanto podía de las manos y los brazos de Frank, mordisqueándole suavemente - ¡Te amo demasiado! – Exclamó nuevamente, con más entusiasmo esta vez

Frank respiró profundamente, se sintió en presencia de un desconocido, no pronunció palabra, tan solo lo observaba tratando de aclarar esa confusión que aumentaba en su alma

- Tengo tantos sueños Frank, quiero que arreglemos nuestras vidas, que estemos juntos por siempre, es más… deberíamos ir a un estado donde permitan el matrimonio gay y casarnos, yo adoptaré a Junior, seremos la familia más feliz del mundo, juntos, los cuatro… -

- ¿Los cuatro? – Deslizó las manos por el cuello de Gerard, lentamente por el pecho, hasta dejar de tocarlo - ¿A quienes te refieres con “los cuatro”? –

Gerard tomó con fuerza la cintura de Frank entre sus manos, inclinándose hasta descansar su frente sobre el tatuado pecho

- Tú, Junior, Nick y yo… - Se negó a verlo a los ojos, no quería que su sueño fuese mutilado antes de empezar, no quiso ver la ira en los ojos de Frank

- No cuentes a ése como parte de nuestra familia, él no es nadie, él no es nada –

- Es mi hijo –

- No Gerard… tú no sabes lo que es un hijo… no sabes lo que es amar a un niño, desvelarte noches enteras cuando se enferman, morirte de angustia cuando lloran y no sabes que hacer, sentir que tu corazón salta de alegría cuando ellos ríen, aprenden, crecen, y morirte de terror, como estoy muriendo yo cuando no los tienes cerca de ti –

Intentó levantarse, sin lograrlo, Gerard lo sostenía con fuerza de la cintura, Frank levantó el rostro de Gerard forzándolo a verlo a los ojos

- Has cambiado tanto… sé que eres Gerard, pero no eres el Gerard del que me enamoré –

Los dos guardaron silencio, notando que sus respiraciones se dificultaban, Gerard abrió los ojos, por completo anonadado con las palabras de Frank, presionando las manos alrededor de su cintura

- ¿Por qué dices eso? Porque no odio a Nick, ¿Cómo lo odias tú? –

Sacudió despacio la cabeza, como si le pesara ese acto de negación

- Lo digo por la forma en que me hablas, por las cosas que dices… por tu indiferencia a las personas que nos miran… no eras así, antes tenía que rogarte por un te amo, antes tenía que romperte la cara para que aceptaras que era tu vida… antes me acusabas de marica cursi por querer ser romántico… y ahora, tu estas lleno de dulzura, no te molestó que te tomara de la mano frente a todos en la sala, ni te inmutaste cuando tu hermano nos vio en la cocina… eres otro Gerard… eres alguien que no conozco –

- ¿Te escuchaste a ti mismo, oíste tus palabras Frank? – Enfatizó su mirada sobre él – Antes… antes querías que yo fuese como soy ahora… ¡Y no te gusta! – Lo soltó, abriendo los brazos, acomodándolos a cada lado sobre el borde de la bañera – Diez años encerrado Frank, diez años en que lo único que hice fue pensar en ti, recordar cada momento que vivimos, diez años en los que analicé que era inútil vivir odiando, vivir negando lo que sientes… ¡Diez años en los que no pasó un solo segundo que no me arrepintiera de todos los “Te amo” que no te dije, de todos los besos que no te di, de todas las caricias y abrazos que por mi orgullo te negué! ¿Y ahora vienes a decirme que no soy el Gerard del que te enamoraste? –

Se impulsó para levantarse de la bañera, Frank hizo más peso con su cuerpo sobre él, empujándolo de los hombros, impidiéndole moverse

- Solo digo… solo digo Gerard… - Quería hablar, necesitaba hablar y odió que sus lágrimas y su llanto se lo impidieran – Yo solo… quiero… al hombre… - Cerró los ojos, gritando las palabras - ¡Al hombre que sin importar nada, sin esperar por nada se armaba y salía a arriesgar su vida para proteger lo que amaba!... no, no quiero a este que está bajo mis piernas… - Abrió los ojos mirándolo lleno de rabia - A éste que se tardó diez años en salir de una prisión, que no pudo enviarme un mensaje en todo el tiempo que estuvo dentro… ¡A este débil sentimental que quiere estrechar lazos con un hijo que apenas aparece en su vida! - Apretó las manos sobre los hombros de Gerard, sacudiéndolo con violencia - ¡No quiero a este Gerard que se quedó de brazos cruzados al saber que mi hijo fue secuestrado… sí tú fueras el Gerard del que me enamoré, estoy seguro, estoy plenamente convencido que ya tendría a Junior entre mis brazos! –

Tan solo pudo volver a poner sus manos alrededor de Frank, apretándolo contra su cuerpo, susurrando sin fuerzas

- Yo solo quería tenerte de nuevo… yo solo quiero amarte Frank… -

- Ahora… - Lo empujó suavemente para ver sus ojos – Ahora Gerard, necesito de ti, más que nunca… ahora, justo en este momento necesito de ese Gerard que me gritaba que el amor se demostraba con hechos, no con palabras… ahora no necesito que me digas mil veces que me amas, ahora necesito que me lo demuestres… - Acercó sus labios al rostro de Gerard, hablándole con tanta rabia y desesperación que las palabras salían entrecortadas - Ahora, necesito que me traigas a mi hijo, de lo contrario no podré amarte –

Gerard sonrió amargamente, buscando infructuosamente los labios de Frank, suspiró lleno de tristeza por ese beso negado, meneando parcamente la cabeza

- Te voy a traer a Junior, lo juro… no voy a dejar que nada me robe tu amor… -

- Y… - Frank lo miró, poniéndolo a prueba, observando su reacción - ¿Con Jordan, que vamos a hacer? Porque ése nunca será parte de mí familia –

Gerard movió el agua de la bañera con una mano, alborotando la espuma, llenando el cuerpo de Frank con ella

- Recuerdas hace un poco más de diez años, cuando estábamos en la bañera de mi vieja casa… pero esa vez la espuma no era blanca, estaba roja por nuestra sangre… -

Frank sonrió acomodándose mejor sobre Gerard, buscando el contacto de sus sexos

- Sí, el día que casi nos matamos mutuamente –

- Sí, ese día que te diste cuenta que al igual que a mis padres, a tu padre lo mataron los Bloody Hunters… ese día que planeamos la venganza… - Apretó los labios, mirándolo detenidamente - ¿Recuerdas la rabia que sentías contra ellos? –

Frank lo miró con desconfianza, ladeando su rostro, apartándose un poco de él

- ¿A qué viene esto? Y por qué no me respondes, ¿Qué haremos con Jordan? –

- Frank… Tú supiste un tiempo después que a tu papá lo mataron porque él hizo un negocio con ellos… -

- Sí, para comprarme una guitarra… ¿Qué haces Gerard? –

- Ellos tenían un motivo… no fue solo porque sí… Nick tenía un motivo… tu mataste a su padre, y lo hiciste frente a sus ojos… ¿Habrías dejado de lado esa venganza contra los Bloody Hunters si hubieses sabido que tal vez tu padre no era tan bueno cono pensabas? No me mal interpretes, yo sé que tu padre actuó de buena fe, se que fueron los Bloody quienes obraron mal… -

- Estás divagando… -

- Solo quiero que comprendas la rabia que Nick tenía contra ti… y que aceptes que él no es malo… está arrepentido, él sabe que mataste a Albert porque creías que Albert me había matado a mí cuando confiaste en él y me dejaste inconsciente en su apartamento… Frank, tu nunca habrías cambiado de parecer en cuanto a tu venganza contra los Bloody Hunters… Nicholas sí cambió… ¿Acaso no es suficiente como para que lo perdones? -

Frank se levantó despacio, moviendo su cabeza de lado a lado, saliendo de la bañera, envolviéndose en una toalla

- Puede ser Gerard… puede ser – Le extendió una toalla a Gerard, se miró en el espejo esperando que saliera de la bañera, tan pronto lo vio por el reflejo detrás de él, sonrió, hablando sin voltear – O sea que Jordan… Nick, cómo se llame es bueno, y yo soy malo… -

- No dije eso –

- No, está bien, es solo un modo de ver las cosas… - Se apoyó en el lavamanos observando a Gerard vestirse con su ropa, se mordió los labios por la rabia que sentía al ver que Gerard insistía en defender a quien tanto daño le había causado, se miró de nuevo en el espejo, sonriendo ampliamente - ¿Sabías que tu hijo y yo nos besamos? – Se complació infinitamente al ver que Gerard palidecía – Hace unos días, me pegaron un balazo en el hombro… y tu hijo adorado estaba conmigo, yo estaba perdiendo sangre y por un segundo pensé que eras tú, así que lo besé… - Giró encarando a Gerard – Pero eso no es lo peor… Jordan me dijo que ese beso le había cambiado por completo su universo –

Gerard no pronunció palabra alguna, simplemente salió de la habitación, corriendo por el pasillo, abriendo cada puerta que encontraba para buscar a Jordan, en una habitación lo encontró, junto a Lorena y Brian, se paró bajo el marco, respirando agitadamente

- Salgan, por favor, necesito hablar a solas con Nicholas –

No preguntaron nada, el rostro furioso de Gerard los asustó y tanto Lorena como Brian se alejaron con rapidez del lugar, Gerard azotó la puerta al cerrarla con seguro, caminó lentamente hasta pararse frente a su hijo

- En la mañana me dijiste… “Te diré toda la verdad, no tengo porque ocultarte nada ya” –

- Y lo hice Gerard… - Jordan lo miraba aterrado

- No, no lo hiciste… - Los ojos de Gerard parecían expeler fuego, su cara enrojecida y sus puños apretados – No me dijiste algo… algo muy importante… y antes de que me respondas lo que te voy a preguntar quiero que sepas algo, hace diez años a Frank lo abalearon, sus riñones quedaron inservibles, y necesitó un trasplante… lo bueno fue que yo era compatible, lo malo es que por tanta droga que consumía mis riñones no servían, así que le pedí a Mikey que le diera un riñón, y él se negó rotundamente – Se cruzó de brazos, fingiendo estar relajado - ¿Sabes que hice? Le pegué con la culata de mi Colt en la base del cráneo, pude haberlo matado… lo sé, ¿Crees que me importó? ¡No!, porque cuando le apuntaba al cirujano en la cabeza para que hiciera el trasplante, mis sentidos solo percibían el “bip” de las máquinas a las que Frank estaba conectado… solo me importaron sus latidos, solo me importó que él viviera… mi hermano estaba en el mismo lugar, sin un riñón… ¿Crees que me fijé en su monitor cardiaco? ¡No!, porque solo me importaba que Frank saliera con vida… - Se descruzó de brazos, entrelazando las manos a la altura de su pecho – Todo esto te lo digo para que comprendas, que Frank vale más que mi propia sangre… ahora Nicholas Jordan, respóndeme, ¿Besaste a Frank, qué sentiste, y por qué demonios lo hiciste? Y cuida muy bien tus respuestas porque si no me importó arriesgar la vida de mi hermano a quien tanto adoro, imagínate lo que puedo llegar a hacer contigo -

No hay comentarios:

Publicar un comentario