sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #41

Capítulo: #41

You are the one I've been living for.

- Te fallé –

Cortez ajustó las cortinas de la ventana, impidiendo que la luz del amanecer entrara en la habitación de Frank, dio media vuelta para observar a Iero sentado en el borde de la cama, sosteniéndose con fuerza del tendido, mirando fijamente el suelo, moviéndose un poco a cada lado, como si estuviese a punto de caer, Matt repitió nuevamente

- Te fallé, lo siento – Sus palabras eran un poco mecánicas, caminó hasta Frank, deteniéndose frente a él, mirando hacía la pared de enfrente – Te prometí encontrar a Junior y no pude hacerlo –

El movimiento no se detenía, Frank intentaba parar, pero miles de sentimientos, dudas y temores se revolucionaban dentro de él, observaba ahora la sombra de Cortez en el suelo, no levantó su rostro, y no imprimió mucha fuerza en su voz

- No te culpes… yo tampoco fui capaz… - Hizo una larga pausa, tragando saliva con dificultad - ¿No te dijeron a dónde iban? –

- Por junior Frank, fue lo que me dijeron –

- No debiste dejarlos salir, debiste ir con ellos – Levantó su rostro, fijándose en Cortez, buscando su mirada, pero él permanecía mirando fijamente la pared – Estas triste, es por mi culpa… lo siento –

- No es tu culpa, no tenías cómo saberlo – Respondió sin sentirlo, respondió muriéndose de dolor, Bajó su mirada encontrándose con los ojos de Frank que lo miraban lleno de pena – No deberías… sentirte mal Frank, no por mí… no quiero que estés mal por mí –

Con esfuerzo se desprendió del tendido de la cama, tomando entre las suyas las manos de Matt, aferrándolas con fuerza, halándolo un poco hasta hacerlo arrodillarse frente a él

- Sabes bien que si Gerard no hubiese regresado, tú y yo… -

- No, por favor no lo digas – Suplicó, inclinando su frente sobre la de Frank – Es peor si lo dices… terminarás de matarme si lo mencionas… -

Frank guardó silencio, sintiendo caer sobre su propio rostro las lágrimas que Matt había empezado a derramar, le soltó las manos acariciándole suavemente las mejillas mojadas, levantándole un poco el rostro hasta encontrar los labios que besó dulcemente hasta que Cortez se alejó

- No lo hagas, sí no volverás a hacerlo nunca más… - Se levantó del suelo, caminando hacia la salida - Esperaré hasta que Junior aparezca, y después me iré… no sé a dónde, pero cualquier lugar será mejor que este lugar –

- No puedes dejarnos Matt, somos tu familia –

- Yo no puedo quedarme a ver cómo el hombre que amo se mete cada noche en la cama con otro – Miró a tiernamente a Frank mientras abría la puerta – Pero créeme Frank, una parte de mí está muy feliz por ti –

Se dejó caer sobre la cama, observando a Matt desaparecer y cerrar la puerta tras de él, miró las paredes de su habitación, hundiendo su nariz en el tendido de la cama, olía a sexo, olía a Gerard, sonrió superficialmente, apretando los ojos antes de sumergirse en sus pensamientos.

¿Por qué Gerard se fue a buscar a Junior sin él? Tal vez quería demostrarle que era el Gerard de siempre, el que hace más de 11 años con arma en mano fue por él a casa de su tío y lo liberó de las golpizas, el que le hacía el amor entre sangre y tirillas de su propia piel, el que no preguntaba, no se disculpaba y actuaba como si su propia fuerza fuera superior al mundo mezquino y cruel que los rodeaba.

¿Qué habló con Jordan sobre el beso? Tal vez eso le haría entrar en razón y darse cuenta que Jordan era también su enemigo, que en sus vidas no había lugar para ese chico que solo sabía causar daño, sonrió imaginando que tan pronto Gerard recuperara al pequeño, le metería una bala en la cabeza… no, no en la cabeza, a Gerard le dan asco los sesos, en el corazón, sí, le clavaría una calibre 45 en medio del pecho, y lo alejaría para siempre de ellos.

Se odio por esperar, él debería estar con Gerard y Mikey buscando a su hijo, en lugar de estar tendido en esa cama sintiéndose morir por las dudas y la desesperante espera, ¿Y si Gerard se fue con Jordan para ponerlo a salvo… y si no regresaba… y si prefirió a su bastardo antes que a él?

Se levantó sofocado por sus propias dudas, sacudiendo frenéticamente la cabeza, no… ¡No! Diez años aguantó el encierro, diez años luchó por mantenerse vivo solo por él, solo para verlo y estar de nuevo con él, No, Gerard no lo dejaría por proteger a un bastardo que apenas conoce…
Salió corriendo de la habitación, bajando las escaleras hasta el jardín, sentándose debajo del árbol de jazmín de noche en que vio de nuevo a Gerard la noche anterior, recostó su espalda en el fino tronco, odiando que el amanecer le arrebatara a la planta el dulce aroma, ese aroma que le recordaba sus días de solo amor y sexo con Gerard.

Sintió primero la vibración del celular en su bolsillo, empezando a sonar cuando metió la mano para sacarlo, no miró el identificador, tan solo contestó con su voz cansada

- ¿Diga? –

- “¡Hola, Frank! ¿Te desperté?” –

La voz del otro lado del teléfono se escuchaba demasiado entusiasmada

- No Mikey, no he dormido, ¿Dónde están, por qué demonios no me avisaron? –

- “Ah No, Iero, estás de mal humor, te llamaría más tarde, de no ser porque tengo entre mis brazos a un pequeñín absolutamente hermoso que no hace sino joderme que quiere hablar con su papá” –

El corazón de Frank se detuvo por un segundo, se incorporó mejor, sosteniendo con fuerza el celular, balbuceando sin poder formar una palabra comprensible

- Tu… Ju… Junior… me… pásame… -

- “¡Papi!” –



Frank sonrió al escuchar nuevamente la voz de su hijo, recordando otra vez que era el sonido más dulce que jamás había escuchado, sonrió entre lágrimas de felicidad escuchando cada palabra que su pequeño pronunciaba, los interminables “te amo papi” que Junior repetía una y otra vez.

- “Mi tío dice que en dos horas estaremos en casa” –

- Te voy a esperar impaciente, te amo, te amo mucho Junior –

- “¡Papi, papi! Ya vi a Gerard” – El pequeño rió, jugando con el cable enrollado del teléfono del centro de visitas, Mikey continuaba cargándolo dentro de la cabina telefónica – “¿Estás feliz papi?” –

- Ahora si Junior – Frank comenzó a caminar hacía la casa, sin parar de sonreír – Ahora qué sé, que estás bien, si lo soy –

- “Y más sabiendo que Gerard está vivo” – Rió de nuevo, recostando la cabeza en el hombro de Mikey – “Ahora seremos una familia completa, tu, Gerard, Jordan y yo” –

- No Junior, Jordan no puede ser parte de nuestra familia –

Entró en la casa, escuchando que su hijo suspiraba largamente del otro lado del teléfono

- “Papi, tu y yo tenemos que perdonarlo, él está arrepentido…” –

- No hijo… mejor diles que se apuren en regresar, quiero apapacharte entre mis brazos todo un día entero, así que prepárate para mil millones de abrazos y besos de resorte –

- “Sí papi, Mikey y yo ya vamos para la casa” –

- Y Gerard también –

- “No papi, Jordan y Gerard se fueron a buscar a Noelia, porque ella quiere matar a Mikey, y no la van a dejar” –

- ¿Qué dices? – Frank se quedó de pie en medio de la sala, sintiendo una extraña opresión en su pecho – Pásame a Mikey, Junior, ¿Sabes que te amo más que mi vida verdad? –

- “Si, y yo te amo mucho más que eso” –

Se sentó en el sofá de la sala, escuchando la explicación que Mikey le daba por el teléfono, sintiendo que la rabia nacía de nuevo, ¿Por qué Gerard tuvo que internarse en el bosque a buscarla, acaso Jordan no podía hacerlo solo? Sí tan arrepentido decía estar, debió dejar que Gerard regresara con Mikey y Junior

- Tu hermano es un imbécil –

- “Mi hermano solo quiere hacer las cosas bien” –

- Si en verdad fuera así, estaría de camino a casa, no metido en un maldito bosque exponiéndose a peligros –

- “No seas tan dramático Frank, es un simple bosque, no una selva, y van tras una mujer, no un ejército” –

Recostó la cabeza en el espaldar del sofá, resoplando molesto

- Cómo sea, vente rápido con mi niño, quiero tenerlo conmigo, quiero sofocarlo entre mis brazos ya –


Se levantó pesadamente, caminando hacía la cocina, Matt preparaba café esperando que el resto de habitantes de la casa se despertaran

- Mikey ya tiene a mi pequeño con él –

El rostro de Matt se iluminó por completo, demostrando la alegría que sentía al escuchar la noticia

- ¡¿Él está bien, Junior, está bien?! –

- Sí, gracias a Dios –

Ambos guardaron silencio por unos segundos, sonriendo al mismo tiempo, sonriendo llenos de alivio, Matt no calculó que sus emociones se apoderarían de él en ese instante, liberó una sonora carcajada, abriendo sus brazos para abrazar a Frank

- ¡Junior está bien, deja la cara de tragedia amor! –

Se detuvo un paso frente a Frank, bajando los brazos, bajando la mirada, sintiéndose traicionado por su propia alma, “amor”, no lo notó sino hasta después de pronunciarlo con toda la honestidad de su corazón, esa simple palabra, dicha sin pensarla, sin haber planificado pronunciarla, hizo que todo su cuerpo se helara de repente, ese “amor” que nunca, ni antes, ni ahora ni jamás sería correspondido.

Retrocedió meneando la cabeza, a pesar de notar un extraño brillo en los ojos de Frank, retrocedió buscando la forma de asirse al borde del mesón de la cocina, antes de caer desplomado, retrocedió hasta que las manos de Frank lo halaron de la camisa, acercándolo con violencia contra su cuerpo, cerró los ojos sin darle crédito a lo que sus labios sentían, sin creer del todo que en efecto Frank besaba con fuerza, con avidez sus labios, inclusive dudó en poner sus brazos alrededor del cuerpo de Frank, a pesar que él lo tenía apresado por completo entre los suyos.

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