sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #44

Capítulo: #44

Millonarios.

Junior apiló las almohadas sobre la cama de Frank, sentándose en el tope de todas, mirando a su padre buscar algo entre los cajones de su armario

- Sabes que él no es malo –

- Te dejó solo con una loca, te sacó de tu casa, y te dejó con ella – Se sentó sobre la cama sosteniendo una nota en un envejecido papel – Podrías estar quemado, fracturado, hasta en el estómago de algún animal salvaje, ¿Y me dices que Nicholas Jordan no es malo? –

Junior rió burlonamente, gateando sobre la cama hasta sentarse junto a su papá, mirándolo de forma desafiante

- Por más que pronuncies su nombre completo, por más que enfatices en el “Jordan” él no dejará de ser un Way, no le podrás sacar la sangre de Gerard que le corre por las venas, y por más que me insistas, no, papi, no voy a cambiar mi opinión, Nick no es malo, y tampoco dejará de ser el hijo de Gerard, ¡Acéptalo! Eres el padrastro de Nicholas –

Terminó de hablar riendo sin poder contenerse, Frank lo empujó sobre la cama, pellizcándole suavemente el abdomen

- Me caías mejor cuando te hacías el tonto –

- Puedo vodved a fingid zi me lo pidez – Sacó la punta de su lengua apretándola entre sus labios

- No, no quiedo que fingaz Juniod… - Frank sonrió, sacando también la punta de su lengua y apretándola entre sus labios, pellizcando repetidamente el abdomen de su hijo – Lo que quiero es conocerte bien… fuiste injusto Junior, no me diste la oportunidad de saber cómo es mi hijo –

- Lo siento papi – Aferró con fuerzas las manos de Frank, levantándolas de su abdomen, sentándose en la cama de lado, mirando a su padre – Yo solo quería… que no fueras tan bravucón, además si pensabas que yo era un poco retrasado tendrías un motivo más para mantenerte con vida cuando salías a hacer tus negocios, yo sé bien que no dejarías sin padre a un niño especial –

- Tu eres especial Junior, eres mi hijo, eres mi vida entera – Giró medio cuerpo para ver mejor a su hijo, le acarició suavemente las mejillas, inclinándose hasta besarle la frente – No tenias porque fingir ser lo que no eras, yo te voy a amar siempre, sin importar lo que seas o hagas –

- Papi… - Frunció el seño ladeando a un lado la cabeza - ¿Cuánto amor tienes por mí? Digo, aproximadamente, en millones –

- ¿En millones? – Frank rió llevando la cabeza hacia atrás, mirando a Junior de forma graciosa – Como, mil millones de millones, de millones, tal vez unos mil millones más – Sonrió bajando la cabeza, mirando a su hijo de reojo - ¿Por qué me lo preguntas?

- Espera… - Se arrodilló en la cama, cruzándose de brazos - ¿Y por Gerard, cuanto amor tienes, en millones? –

- Por Gerard, creo que la misma cantidad de millones de amor que tengo por ti, solo que son “diferentes” millones – Rió sacudiendo rápidamente la cabeza - ¿por qué me preguntas eso? sabes que te amo, y a Gerard también, y a ninguno amo más que al otro, ¿Tienes dudas? –

- No papá – Junior resopló hablando entre dientes – Yo se que nos amas por igual pero de forma diferente – Se descruzó de brazos, rodeando el cuello de Frank, hablándole pegado al oído – Es que… ¿Podrías sacar de ese amor unos 500 millones de amor para Nicholas? –

Frank abrazó al pequeño, rozando su mejilla con la de él, suspirando quedamente

- No me pidas imposibles Gerard –

- Papi, no me vuelvas a llamar así, por favor –

Separó su rostro del de Frank, enfocando sus ojos verde avellana en los de idéntico color ojos de Frank

- Gerard, es Gerard, y yo soy Junior… no quiero que me llamen por el nombre que me pusiste para poder decir “Gerard te amo” y sentirlo vivo… no es justo… nunca ha sido justo papi – Se liberó de los brazos de Frank, bajándose de la cama, sin dejar de verlo a los ojos – Sí de verdad quieres conocerme, saber quién es tu hijo, llámame Junior, ese es mi nombre –

Frank se inclinó para besar de nuevo a su hijo en la frente, sonrió con un poco de tristeza, Junior tenía mucha razón en sus palabras

- Te amo Junior -

- Yo también te amo papi –

- Yo también los amo a los dos –

Gerard ingresó en la habitación, caminando hasta sentarse sobre la cama al lado de Frank, Junior le sonrió parcamente, meneando despacio su cabeza

- No Gerard, aun no puedes decir que me amas, hace pocas horas me conoces, y que yo sea el hijo de tu amor no te obliga automáticamente a amarme… -

- ¡Ah! – Exclamó Frank entre risas – Tu mismo lo dijiste, porque alguien sea el hijo de mi amor no me obliga a amarlo, ni a darle ni un poco de mis millones de amores –

Junior apretó los dientes gruñendo de forma graciosa

- ¡Pero es diferente papi! – Palmeó suavemente su frente – A Nicholas lo conoces hace mucho y estoy seguro que muy dentro de ti sabes que no es malo –

- Te alejó de mi lado, eso lo hace un maldito villano malvado y desgraciado –

- Frank… -

Gerard intentó intervenir, pero fue acallado por Junior que movió su mano en el aire, pronunciando un constante “No”

- Deja Gerard, mi papá es muy testarudo, pero cuando pase un tiempo entenderá… - Sonrió como si supiera algo que solo él conocía – Cuando sea el tiempo, todos tendrán que entender, y ahora me voy a la cocina a preparar galletas con Silvia, Vicky y Corey, será como mi fiesta privada de bienvenida – Caminó hasta la puerta entrecerrándola desde afuera – Y ustedes dos no están invitados –


- Es igual a ti – Gerard rozó su nariz en la mejilla de Frank, besándolo tiernamente y quedándose pegado de su piel – En casi todo sentido –

- ¿”Casi”? – Frank volteó su rostro buscando los ojos de Gerard, se mordió los labios mientras lo observaba tan cerca de él - ¿En qué sentido no se parece a mí? –

Gerard sonrió, empujando a Frank sobre la cama, acomodándole los brazos junto al cuerpo, y se montó sobre él conteniéndolo por completo, Frank lo miró divertido sin entender, intentando inútilmente de moverse

- ¿Por qué me aprisionas así? –

- Para evitar que me pegues cuando te diga mi respuesta –

Luchando por no reírse, y mostrarse serio Frank cerró los ojos fingiendo molestia en su voz

- Ah, ya veo que no me va a gustar lo que tienes para decir – Abrió los ojos retándolo – ¿¡Habla Gerard, en que no se parece a Junior a mí!? –

El rostro de Gerard se iluminó, riendo de medio lado, cerrando un poco los ojos, con plena conciencia de que lo que diría despertaría la ira de Frank

- Bueno… es que Junior es listo –

Frank abrió por completo los ojos, intentando moverse, pero Gerard apretó con más fuerza sus piernas alrededor de su torso

- ¡O sea, que yo soy bruto! –

No pudo contener la risa, Gerard intentó hablar con claridad pero las palabras salían a la mitad

- ¡No! Eso… ja, ja, ja, no dije… no bruto… - Respiró profundamente inclinándose para hablarle cerca del rostro – No eres bruto, al contrario eres muy inteligente, es solo que eres muy impulsivo, y a veces actúas y hablas sin pensar… en cambio Junior medita muy bien que paso debe tomar –

- Eso… - Frank suspiró profundamente, empujándose hacia arriba, plantándole un beso en los labios – Eso no te lo puedo negar… ese niño es asombroso –

- Claro, es tu hijo no podría ser de otra manera – Se “desmontó” de Frank, sentándose con las piernas flexionadas sobre la cama, mirando a Frank incorporarse sosteniendo un papel en su mano - ¿Qué es eso? –

Frank observó largamente el papel, conmoviéndose notablemente, aferrándolo con fuerza en su mano

- ¿Recuerdas el regalo que me diste cuando cumplí 17 años? –

Se congeló un instante al recordarlo, sonriéndole lleno de amor, acercándose hasta Frank, tomando entre la suya la mano con que sostenía el papel

- Aun lo conservas… tantos años… -

- Sí, el certificado sin caducidad para reclamar un abrazo, un beso o una caricia cada vez que yo lo quiera – Apretó los labios sintiendo que algunas lágrimas buscaban el camino fuera de sus ojos – Cuando estabas muerto – Sonrió suspirando al mirar a Gerard – Cuando creíamos que estabas muerto, enterrado en la fosa común, yo a veces iba al cementerio, y sacaba el papel, le gritaba a la tumba, al cielo… al aire, que tenía ese certificado, que tenía derecho a un abrazo tuyo… que necesitaba cobrarlo… - Sollozó lleno de emoción, abriendo la mano para darle el papel a Gerard - ¿Estúpido, no crees? –

- No, no lo es… - Tomó el papel en su mano, leyendo lo que hace 10 años y medio él mismo escribió, estiró los brazos rodeando a Frank entre ellos, devolviéndole el papel – No tiene caducidad, o sea que cuando quieras puedes hacer uso de él –

- Bien – Sonrió limpiándose las lagrimas de sus mejillas, rodeando también a Gerard entre sus brazos – El abrazo ya me lo estás dando, ¿Qué tal un millón besos y el doble de caricias? –

Gerard acomodó ambas manos en los hombros de Frank, empujándolo con suavidad boca arriba sobre la cama, recostándose sobre él, cerrando los ojos para concentrarse solo en besarlo, en saborear con entusiasmo los labios que tanto deseaba, Frank lo empujó suavemente lejos de él, y antes que Gerard preguntara, explicó

- Espera, espérate… - Tomó un sharpie de su mesa de noche, escribiendo algo en el papel – Debía agregar algunas cosas, ya no tengo 17, y tú ya andas en el tercer piso… no somos un par de jóvenes tontos – Lo miró de reojo torciendo un poco los labios – Bueno, yo aun soy un tonto, según tú -

Se incorporó mirando con extrañeza a Frank, recibiendo en su mano el papel, leyó un poco impactado lo escrito, riéndose al mirar de nuevo a Frank

- ¡Siempre tan fino Frankie! – Bajó nuevamente la mirada sobre el papel leyendo en voz alta lo escrito – Un abrazo, un beso, una caricia… todo bien ahí… ¡Una mamada! – Levantó los ojos a Frank, que lo miraba sin dejar de reírse pícaramente – Esto es lo mejor… - Frunció el seño aunque en sus labios no se borraba la sonrisa, señaló con el índice derecho el papel - ¡Una cogida! -

- Y eso no es todo… ahora mismo, quiero que me cumplas completamente todo… Tooooooooooodo, lo que hay escrito en ese papel –

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