sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #48

Capítulo: #48

Otro día que no sea hoy.

“Amor filial, ternura, cariño, tal vez lo he comenzado a ver como a un hermano, tal vez ese pequeño se ganó mi corazón… tal vez olvidé lo que se siente querer a alguien de tu familia… sí, Junior es ahora parte de mi familia… ¡Es mi hermano menor! No llevamos la misma sangre, pero nuestros padres se aman… es eso, claro, es solamente una extraña confusión de sentimientos… yo no lo veo de otra forma… no, él… es ¡Un niño! Un hermoso niño que piensa y razona mejor que cualquier adulto en esta casa… es un maldito anciano encerrado en el cuerpo de un niño, pero niño al fin de cuentas, mi hermanito… no, yo no… no puedo sentir lo que siento… es solo una confusión… solo eso”

Nicholas tenía los ojos abiertos, su mirada estaba fría, inexpresiva, fija en la puerta, su mente enumeraba cada hecho, cada sentimiento, cada aproximación, el día que tuvo la oportunidad de envenenar a Junior, ese abrazo que el pequeño le dio cuando fingió tener dolor de cabeza, ¿Por qué no lo mató en ese momento?

Cerró los ojos apretándolos con fuerza, sintiéndose morir por dentro, imaginó a Junior agonizando por el veneno para ratas y esa imagen lo aterró por completo, ahora, él, Nicholas Jordan no podía imaginar su vida sin Junior en ella.

“Porque lo estoy queriendo como a un hermano… es por eso… no es nada más, no me atrevo ni a pensar que sea por algo más… primero acabo con mi propia vida antes que convertirme en un…”

No pudo ni pensar en la palabra, volteó su rostro sobre la almohada, mordiéndola de nuevo, con tanta fuerza que su mandíbula comenzó a dolerle, estaba tan absorto en sus pensamientos que no sintió la puerta abrirse, solo notó que no estaba solo en la habitación cuando sintió un peso extra en su cama, giró lentamente abriendo los ojos, encontrando frente a él y en posición de buda al motivo de su abatimiento

- ¿Te duele mucho tu espalda? –

Junior tenía la cara pintada como el hombre araña, y en su mano tenía el disfraz, se quedó en silencio esperando la respuesta de Nicholas, pero él solo se limitó a mirarlo de forma extraña

- Nick, ¿Estabas llorando, es por qué te duele mucho? – Insistió el pequeño acariciando suavemente el brazo de Nicholas - ¿Quieres un abrazo? Ya sabes que los abrazos son la mejor cura para el dolor –

- No, yo solo quiero que te vayas de mi habitación –

Respondió fríamente, volteando el rostro a un lado, evitando verlo. Junior no se dio por vencido, y sin esperar consentimiento se impulsó sobre Nicholas, abrazándolo tiernamente, recostando su cabeza sobre el pecho que cada segundo se movía más rápido por la respiración que se agitaba

- Junior, te lo suplico, sal ahora mismo de mi habitación – Pidió sin mirarlo, empujándolo suavemente lejos de él

- ¿Estás enojado conmigo? – Se sentó de nuevo en la cama con las piernas cruzadas - ¿Qué hice? – Preguntó en tono de culpa

- Vete –

- ¡Pero dime que hice! Yo soy grande para aceptar y reconocer mis errores y mucho más para enmendarlos, pero me tienes que decir por qué estás enojado conmigo –

- ¡No, no eres grande! – Nicholas se incorporó de forma violenta en la cama, golpeando desesperado el colchón, gritándole al pequeño que lo miraba completamente aterrado - ¡Eres un niño! Deja de hablar como grande, deja de actuar como grande, deja de pensar como si fueras un maldito adulto… ¡Porque no lo eres! – Se inclinó sobre el pequeño, señalándole el rostro - ¡Tienes la maldita cara pintada como spiderman, los adultos no hacen eso – Respiró profundamente, arrebatándole el disfraz de la mano, sacudiéndolo en el aire - ¡Los adultos no se disfrazan! Los niños sí, tu eres un niño… ¡Un niño! Deja de hacerle sentir a todo el mundo que eres un adulto porque no lo eres… ¡No lo eres! – Arrojó el disfraz al piso de la habitación, cubriéndose con las mantas hasta la cabeza, gritando entre ellas – Y quiero que te largues ahora Junior ¡Déjame en paz! –

El pequeño no se movió de la cama, esperó unos segundos a que Nicholas se tranquilizara un poco, se cruzó de brazos y le habló lleno de dulzura

- Yo no “le hago pensar a nadie que soy adulto” tú lo pensaste solo, y lamento mucho que te sientas de la forma en que te estás sintiendo, no fue mi intención, sea lo que haya hecho, no obré de mala fe… - Se bajó de la cama, tomando su disfraz del piso – En dos horas comienza mi fiesta de cumpleaños, vine a decirte que es de disfraces, y te espero abajo, si tu no vas no me voy a divertir – Caminó hasta la puerta meneando la cabeza tristemente – No sufras por algo que tiene cura, ese mal que te aqueja, en 7 u 8 años no va a ser tan terrible –


*


Las inmaculadas paredes del baño del hotel se reflejaban en el espejo, eran de cerámica blanca con pequeños grabados de lilas, Noelia respiró profundamente el aroma a limpio del lugar, dejó de ver el reflejo de la pared para ver el propio, estaba completamente vestida como si fuese a un gran baile de salón, vestido negro largo de terciopelo, guantes blancos de satín, y hasta se había puesto una delicada tiara de brillantes, sonrió complacida al verse, respiró profundamente antes de apagar la luz del baño y regresar a la habitación, contó nuevamente los galones de gasolina, 1, 2, 3, 4


Cuatro son suficientes para cada pared posterior de la casa Iero, se sentó en el borde de la cama, mirando con insistencia el reloj plateado en su mano, no despegaba la vista del segundero que parecía moverse más lento cada vez

Tres golpes en la puerta, un simple “Está abierto” pronunciado con dulce voz, levantándose de la cama para recibir a quien la visitaba, sonriendo ampliamente al saludar e invitando a sentarse en la improvisada salita de su habitación

- Gracias por pagar por la habitación, este hotel es demasiado lujoso –

- No tienes porque agradecerme Noelia, estamos juntas en esto, además, tus padres alguna vez trabajaron con los New Yorkers, somos prácticamente familia –

La visitante sonrió, estirándose para tomar la mano de Noelia, rodeando la habitación con su mirada

- ¿Para qué son los galones de combustible? –

- Porque voy a convertir la casa Iero en cenizas, con todos quienes estén dentro –

- No has pensado bien las cosas Noelia –

- Claro que sí, cuando ustedes invadan el territorio todos los guardias saldrán a dispararle a tus hombres, la casa quedará descuidada y podre prenderle fuego –

- Sí, es verdad, pero tan pronto Frank Iero y Mikey Way se enteren del ataque, ellos también saldrán, y estarás en el mismo lugar que ahora, sin tener en tus manos la muerte de Mikey –

Noelia se levantó de la silla, caminando despacio, casi danzando en la habitación

- Ah, Vic Behrmann, yo tengo todo bien calculado, dentro de la casa seguramente estarán la hija y la esposa de Way, créeme que si no tengo la cabeza del desgraciado, al menos será mía la satisfacción que asesiné lo que él más ama en el mundo de la misma forma en que él me arrebató a mis padres –

Vic se levantó también, asomándose por la ventana, observando el tráfico relajado de la calle, suspirando quedamente

- Frank, Frank, no debiste prometer lo que no podías cumplir –

- Vic, te estás adelantando, ni si quera has hablado con el padre del mocoso –

- Él me prometió avisarme cuando recuperara a su hijo, hace dos días Junior está con él… y no he recibido noticias – Giró recostando su espalda en el borde de la ventana – Hoy, antes que salgamos para su casa lo llamaré, de la charla que tengamos depende que el plan siga o no…-

- ¡Pero! – Interrumpió Noelia alterada – No puedes dar marcha atrás, ¡Me prometiste que tendría mi venganza, cómo yo la quisiera! –

- Calma Noelia, yo si cumplo mis promesas – Se acercó a ella, tomándole ambas manos, sonriéndole cálidamente – Es que aunque Frank cumpla su promesa, esa casa con quien esté dentro será reducida a cenizas por tu propia mano – Soltó las manos de Noelia, tendiéndose relajada sobre la cama – Yo no quiero estorbos… yo quiero a Frank Iero solo para mí –


*


- ¿Crees que estás exento de la ley? -

Gerard, se sentó junto a Nicholas en las escalas, mirándolo fijamente

- ¿Uh? – Pronunció sin dejar de ver el enorme pastel en la mesa de la sala

- Que no estás disfrazado, Junior fue muy especifico, si no nos disfrazábamos no podíamos asistir a su fiesta –

Nicholas cerró los ojos, cruzando las manos sobre su regazo, hablando sin ver a su padre

- No tengo ánimos, solo bajé un momento a ver como estaba la fiesta, pero ya pronto regreso a mi habitación –

- Algo te pasa – Golpeó suavemente con su brazo el brazo de Nicholas

- Solo estoy cansado, además no tengo disfraz – Se levantó dispuesto a subir las escalas al segundo piso

- Por eso no hay problema, ven te pinto la cara, soy bueno para pintar –

- Gerard, la verdad no quiero estar en la fiesta, y no es por el disfraz, yo también soy bueno para pintar, es más, soy un excelente dibujante, pero no quiero estar rodeado de… niños –

- Ja, ja, ja, apenas hay tres pequeños en la fiesta, el resto somos todos adultos – Sonrió palmeando la barandilla de la escalera – ¡Con qué dibujas bien! Seguro lo heredaste de mí –

Nicholas sonrió un poco, volviendo a sentarse en la escalera

- Mis maestros de la escuela siempre me decían que debería escoger artes como carrera universitaria –

- ¡Deberías! – Acotó Gerard notablemente entusiasmado – Es más, mañana vamos juntos a la universidad para que te apuntes –

- Ja! No, no yo no quiero pasar 5 años aprendiendo a pintar… - Bajó el rostro hablando con un poco de tristeza – Es más, no quiero hacer nada de nada, en lo absoluto… lo que quisiera es irme a otro país… irme del planeta si fuese posible –

- Háblame Nicholas, ¿Qué tienes? – Inquirió Gerard preocupado

- ¡Por dónde empiezo! – Pronunció molesto, mirando fijamente a su padre – Mi vida cambió por completo en menos de dos semanas… quién creía mi padre casi santo, no era ni mi padre ni un santo… viví diez años alimentando una venganza que no tenía razón de ser, ¡Ja, Ja, quería vengar al asesino de mi padre! Quien resultó ser el “amor de la vida” de mi padre biológico. Charles Miller, a quien quería como si en verdad fuese mi tío está muerto… ¿Y puedo enojarme por eso? No, yo mismo causé su muerte al llevarme a Junior… Y Junior… el asunto de Junior… - Apretó los dientes obligándose a callar, viendo borroso el rostro de su padre a causa de las lágrimas en sus ojos - ¿Quieres más Gerard? Necesitas una razón más para entender el por qué no “estoy bien” –

- ¡Jugos de fruta para los pequeños, licor para los adultos! – Brian entró en la casa alertando a todos los presentes, cargando bolsas de supermercado en sus manos

- Licor… - Susurró Nicholas – Me vendría bien un buen trago en este momento –

- Eres menor – Molestó Gerard – Pero te daré permiso de tomar si te dejas pintar la cara y asistes a la fiesta, ésta Nicholas… - Pasó el brazo sobre los hombros de su hijo, señalando con la mano a los presentes en la sala – Ésta, es ahora tu familia –




45 minutos y mucho lápiz de ojos negro y rojo después, Nicholas se aferraba a una botella de ron en una esquina de la sala, maquillado como Darth Maul, recibiendo resignado los golpes del sable de plástico que Corey le propinaba por estar disfrazado de Obi-Wan Kenobi

- Ya me mataste, vete a pegarle a Sailor Moon… o al maldito spiderman… sí, mejor, ve y pégale con ese tubo de plástico a spiderman – Rió al tiempo que se apuraba el contenido de la botella – Al fin que él es “grande para reconocer y enmendar sus errores” ¡Estúpido! Qué maldito niño usa esa clase de palabras… enmendar… - Se levantó dando tambos, avanzando hasta el bar para tomar otra botella de ron, tratando de ignorar los golpes que Corey continuaba dándole en las piernas - ¡Ya! Déjame en paz, o te secuestro como lo hice con Junior y te dejo con Noelia –

Corey abrió por completo los ojos, corriendo lejos de Nicholas, buscando a su mamá. Sintiéndose liberado, regresó a la misma esquina, a continuar aferrado a la botella, cerrando los ojos, escuchando con fastidio el bullicio en la sala

- Si vas a dormir, mejor vete a tu habitación, no quiero aburridos en mi fiesta –

- No me jodas Junior – Respondió sin abrir los ojos

- Y deja de amenazar a Corey con que se lo vas a llevar a “Loquelia”, así nadie te va a querer en esta casa – El pequeño se arrodilló frente a Nicholas, intentando quitarle la botella de ron que con fuerza aferraba entre sus manos

- Mejor, así me echan de este maldito lugar –

- Dame la botella Nick – Pidió el pequeño halándola infructuosamente

- No quiero, y no quiero hablarte, no quiero verte, no quiero escucharte, ni olerte, ni tener conciencia que existes, es más… voy a beber tanto licor hasta intoxicarme a ver si me puedo morir –

Dejó de halar la botella, parándose del suelo, inclinándose sobre el rostro de Nicholas, hablándole en un susurro casi imperceptible

- No voy dejar que te hagas daño, jamás... – Giró su rostro hasta poner sus labios sobre la oreja de Nicholas – Deja de atormentarte, que al igual que tú, yo jamás te voy a poder querer como a un hermano –

Avanzó con rapidez hasta Gerard, halándole la tela del pantalón para llamar su atención, señalando a Nicholas en la esquina

- Está muy ebrio… deberías llevarlo a su habitación antes que se ponga peor –

Gerard asintió, buscando a Frank con la mirada, al no hallarlo fue hasta el despacho

- Necesito que me ayudes a llevar a Nicholas a su habitación, ja, ja, el pobre se emborrachó y está tirado en una esquina –

Frank colgó el teléfono, mirando a Gerard, perplejo, su rostro estaba completamente pálido, se acercó hasta él inclinando un poco su frente

- Nos acabo de meter en un enorme problema… -

- ¿Qué pasó? – Preguntó mientras rodeaba el torso de Frank con sus brazos

- Acabo de incumplir una promesa a los New Yorkers… y es muy probable que estemos a puertas de una guerra entre ellos y nosotros – Rodeó a Gerard con sus brazos, pegándose a su cuerpo – Mañana mismo nos vamos de esta ciudad con nuestros hijos –

- ¿”Nuestros”? – Sonrió ampliamente rozando su barbilla sobre la frente de Frank – ¿Escuché bien? –

- Sí, escuchaste bien, “Nuestros hijos” -

No hay comentarios:

Publicar un comentario