sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #49

Capítulo: #49

Un cumpleaños para recordar.

Junior apretó fuertemente los parpados al soplar las 7 velas de su pastel de cumpleaños, abrió lento los ojos fijando su mirada en el rostro iluminado de felicidad de su padre

- ¿Pediste el deseo? –

Preguntó Frank acercándose para tomarlo entre sus brazos, besándole siete veces la mejilla

- ¡Uno por cada año! –

Lo dejó sobre la silla frente a la mesa del comedor, corriendo al lado opuesto para dejar la cámara lista para la foto, sacudiendo las manos en el aire les indicó a todos los presentes que se pararan a los lados y detrás de Junior

- ¡10 segundos! Sonrían –

- ¡No papi! Falta Nicholas –

- ¡Pero está fundido! – Rió corriendo al lado de su hijo – Más tarde que se le pase la borrachera nos tomamos una foto con él, ahora, sonríe que ya va a disparar –

Haló a Gerard de la mano, asegurándose que estuviera bien cerca a él y sonrió, amplia y felizmente, sonrió como no lo hacía hace diez años, un solo segundo le bastó para sentir que por fin absolutamente todo en su vida tenía sentido, se concentró en el titilar de la luz roja de la cámara, esperando que obturara, pero todo lo que Frank y el resto de habitantes en la casa escucharon, fue una descarga de ametralladora.

Fueron pocos segundos de incertidumbre, nadie en el comedor se movió un milímetro, hasta que uno de los hombres que custodiaban la casa entró corriendo

- ¡New Yorkers! Docenas de ellos… están atacando la propiedad –

Frank Iero jamás pensó que incumplirle a Vic Behrmann la promesa de entregarle su imperio cuando recuperara a su hijo sería cobrada tan pronto, respiró profundamente, tomando a Junior entre sus brazos, llevándoselo a Silvia, fingiendo tranquilidad al hablarle

- Lleva a mi hijo arriba… en mi habitación hay armas y municiones… - Su voz era calma, pero en sus ojos, Silvia pudo notar que estaba completamente aterrado – Por favor… protégelo…. Silvia… -

- Cómo si fuera mi hijo Frank –

Aseguró ella, dejando el salón del comedor, subiendo las escaleras acompañada de Tsukie, Lorena, Corey y Sofía. Frank la vio perderse en la segunda planta, respiró profundamente, buscando los ojos de Gerard, que avanzó a él pestañeando cada vez que la descarga de una ametralladora sonaba como si fuera dentro de la casa misma

- ¿Cuántos hombres tienes en esta casa? –

- Solamente 6, 2 más en la entrada, pero no creo que estén vivos a esta altura… pero ya mismo llamo a Thompson y a Mayflower, ellos pueden llegar con 80 o 120 hombres en menos de 15 minutos –

- Bien, necesito un arma Frank –

Gerard lo siguió hasta el despacho, mientras Frank pedía refuerzos por teléfono, por la ventana pudo ver las luces de los autos de los New Yorkers apostados afuera del jardín, la casa estaba toda rodeada de una fuerte reja de hierro, y el jardín era lo suficiente grande como para que el fuego cruzado se desarrollara allí y no dentro de la casa. Frank le entregó una Colt 44, con 10 cargadores, y antes de salir lo tomó con fuerza de la camisa acercándolo hasta él, mirándolo completamente angustiado

- No te dejes matar… Gerard me tienes que jurar que no te harás el valiente, si las cosas se ponen mal, huimos, no tiene nada de malo… -

- No te preocupes Frank – Sonrió antes de besarlo suavemente – Todo va a salir bien, vamos ahora mismo a la azotea, es mejor disparar desde arriba –

Intentó darse la vuelta, pero Frank lo haló con fuerza, pegándole la frente en la barbilla

- Júrame que no te dejarás matar –

Acariciándole la mejilla con el dorso de su mano, Gerard le susurró en el oído

- Dije, que no te preocupes, vamos ya, hay que acabarlos –

- ¡Qué me lo jures maldita sea! – Gritó empujando a Gerard contra la pared – No podría soportarlo, no otra vez… júrame que te mantendrás con vida… -

Guardó silencio sintiendo que el llanto quería empezar a brotar, se dio media vuelta, guardando su calibre 38 en la pretina de su pantalón, y tomando una mini Uzi del baúl en que sacó el resto de armas, Gerard se acercó a él, aferrándole el rostro entre ambas manos, mirándolo fijamente, buscando que sus palabras fueran respaldadas con esa mirada

- Te lo juro Frank –


Un solo suspiro se permitió emitir, le sonrió a Gerard y ambos salieron del despacho en dirección a la segunda planta, una vez en el pasillo Gerard le hizo una seña a Frank para que esperara y entró en la habitación en que Nicholas dormía la borrachera

- ¡Despierta! – Gritó al tiempo que lo sacudía en la cama – Tienes que estar alerta, nos están atacando y es posible que tengamos que huir de esta casa

- ¿Qué, quién? – Habló con los ojos aun cerrados, luchando con el dolor en su cabeza

- Los New Yorkers… Nicholas, ve a la cocina, tómate un café bien cargado y regresa a esta habitación, no te vayas a exponer –

Salió de la habitación, encontrándose de nuevo con Frank, subieron las escalas hasta la azotea, Mikey junto con 6 de los hombres de Frank disparaban desde allí, Gerard se tomó unos segundos para analizar la situación, mirando alrededor, contando los autos, intentando contar la gente que se aprovechaba de la oscuridad de la noche que empezaba a caer, sonrió sin que nadie más lo notara, sonrió al sentirse el mismo de hace 10 años, defendiendo a su familia, fijándose que la dirección de las balas no fuese hacía Frank, sintiendo como si el tiempo no hubiese pasado.

- ¡Mierda! Es mucha gente – Brian llegó a la azotea acompañado por Alegna y Vicky, los tres completamente armados - Esto se va a tardar toda la noche –

- Alegna, Vicky, es mejor que se queden en el segundo piso, con Silvia y los niños, no puedo preocuparme por ustedes –

- ¡Qué poca memoria tienes Gerard – Protestó Vicky mientras se arrodillaba en el borde de la cornisa, sosteniendo un fusil automático, apuntando a las afueras del jardín – Ya olvidaste quién exterminó a los Bloody Hunter mientras tu jugabas al paciente y el enfermero con Frank –

- Solo quiero protegerlas –

- Mi hijo está allá abajo, hace diez años perdí al amor de mi vida, ni te sueñes Gerard que voy a dejar la seguridad de mi hijo en manos de alguien más –

- Y yo, no tengo nada mejor que hacer, así que… - Alegna tomó otro de los fusiles automáticos y se acomodó junto a Vicky – Mejor te callas y buscas la forma de que esto termine bien –

Respiró profundamente, levantando la voz para que todos lo escucharan

- Por ahora están atacando solo por el frente, pero si comienzan a rodear la propiedad, Mikey Vicky y Ale se quedan donde están, Frank, Brian y yo tomamos un lateral, 3 de ustedes la parte trasera y los restantes el otro lateral –

Tomó la mano de Frank halándolo para que se sentara en el borde de la cornisa junto a él, volteó su rostro para morder suavemente la mejilla de Frank, los ojos de Gerard brillaban especialmente cuando le habló

- ¿Hacemos competencia de quién baja más hombres en menos tiempo? –

- Sanguinario – Respondió sonriendo

- ¿Yo, sanguinario? Al menos no ando destripando humanos, como “otros” –

- Está bien, bien, bien… ¿Y qué voy a ganar cuando te supere? – Lo miró entrecerrando los ojos al tiempo que relamía sus labios

Gerard inclinó su rostro, mordiendo ahora los labios de Frank

- ¿Crees que me vas a ganar? – Tomó la mini Uzi, dejándola a un lado – Disparas con el revólver, nada de trampas Frank –


*


Noelia se bajó del auto, acomodando su vestido de terciopelo, sin importarle las burlas de los New Yorkers, tomó dos galones de gasolina y le pidió ayuda a un tipo para llevar los otros dos, saltó como pudo la reja en la parte trasera de la propiedad, sonriendo al encontrar su camino completamente libre, llegando sin problema alguno al patio trasero, palpando la pared de la casa, cerrando los ojos hablándole al que la había ayudado

- Ya puedes regresar con tu pandilla, esto es algo que quiero disfrutar yo sola –

Lo vio saltar la reja, y destapó el primer galón, rociando la pared trasera, haciendo un delgado camino hasta llegar a una de las laterales, destapó otro galón y repitió la operación hasta rodear por completo la casa, dio unos cuantos pasos hacia atrás, sentándose debajo de un jazmín de noche, encendió un cigarrillo fumando relajadamente, observándolo entre sus dedos, hablándole con extrema ternura

- Cuando estés por acabar, te arrojaré sobre el combustible, ¡Siéntete orgulloso! Serás parte fundamental de mi venganza -

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