sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #53

Capítulo: #53

Sin hormonas.

Mikey ordenó a los hombres que se fueran a sus respectivos hogares, todos necesitaban un descanso antes de realizar cualquier acción para rescatar a Frank. El apartamento de Silvia era un poco pequeño, y la falta de muebles obligó a todos a buscar lugar para dormir en el suelo, sobre mantas o cojines.

Gerard se quedó en la sala, recostado contra la pared que sostenía la ventana, su hermano se sentó junto a él, palmeando suavemente su pierna

- Deberías dormir un poco, mañana será un día muy agitado –

- No puedo Mikey, no puedo sin saber si Frank está bien… - Apretó los dientes mirando al vacio, dejando que las lágrimas se derramaran libres de sus ojos – Tengo mucha rabia Mikey, rabia conmigo por no haber hecho nada, rabia con esa maldita mujer por llevarse a Frank, y miedo… - Volteó el rostro haciendo contacto con la mirada de su hermano – Tengo tanto miedo de pasar quién sabe cuánto tiempo más sin Frank a mi lado –

- En primer lugar, nada podíamos hacer, éramos una manada de gente atemorizada por el fuego, con niños entre nosotros, y ellos eran 20 hombres con ametralladoras apuntándonos a 3 cm de la cabeza, no debes sentirte mal, cualquier acción habría sido peor, y lo sabes bien, y en segundo lugar, ya tenemos experiencia en penetrar mansiones llenas de enemigos – Rió tratando de consolar a su hermano mayor – Regresaste de la muerte por Frank, no veo por qué no podremos rescatarlo de las garras de esa zorra con fiebre de primavera –

Gerard sonrió suspirando, recostando su cabeza en la pared para descansar un poco, Junior se acercó, arrodillándose frente a él

- Yo tampoco puedo dormir – Sus labios y barbilla temblaron copiosamente antes de romper en llanto - ¡Quiero a mi papi conmigo! –

Gerard extendió sus brazos, tomando con ternura a Junior, pegándolo contra su pecho, abrazándolo con fuerza para reconfortarlo, y de paso sentirse un poco más cerca a Frank

- Yo te prometo que mañana, antes que caiga la noche, tendrás a tu papi contigo, y créeme Junior, yo siempre cumplo mis promesas –

El pequeño suspiró entrecortadamente, tallando sus ojos por el sueño y para limpiar sus lágrimas, besó la mejilla de Gerard, sonriéndole con esperanza

- Espero que sí, y ahora me voy a buscar a Nicky para dormir con él – Se levantó besando a Mikey en la mejilla – Hasta mañana tío, hasta mañana Gerard –

Caminó entre la oscuridad del apartamento, encontrando a Nicholas en el pasillo que conducía a las dos únicas habitaciones, recostado en el suelo sobre unas mantas, sin preguntar, levantó la que lo abrigaba y se metió entre ella, pegando su rostro al pecho de Nicholas, escuchando un extraño rugir en sus pulmones a causa del humo que inhaló mientras la casa estaba en llamas, levantó con cuidado su manita para acariciar repetidamente el rostro del joven que se despertó lentamente al sentir el contacto

- Junior… -

Alcanzó a decir entre dormido, sintiendo después los labios del pequeño apoderarse de los suyos, apretándolos suavemente, un solo segundo duró tal acción, Nicholas se incorporó de inmediato, sacudiendo la cabeza para terminar de despertarse

- ¡¿Qué haces?! – Preguntó en tono bajo, pero por completo alterado

- Te daba un beso Nick, ¿Qué pasa? – Respondió el pequeño perplejo por la actitud de Nicholas

- No debes… no está bien…. ¡No se puede! – Metió desesperado la cabeza entre sus brazos, cerrando los ojos apretadamente – Vete Junior, por favor –

- ¡Pero qué tiene de malo que te de besos! Yo te quiero, tú me quieres, mi papá y tu papá se dan besos todo el tiempo… ¡Es lo que hace la gente que se quiere! –

Nicholas comenzó a menear negativamente la cabeza, bajando sus brazos para descubrirse y ver al pequeño que lo miraba lleno de inocencia

- Es diferente Junior –

- No, no lo es, tú me quieres cómo mi papá quiere al tuyo… -

- ¡No! - Ahogó el grito, tratando de mantener el tono bajo de su voz – No es lo mismo Junior, tu no lo entiendes… ¡Dios! – Resopló desconsolado – Lo qué Gerard siente por tu papá es diferente, ellos están enamorados… -

- Nosotros también – Insistió el pequeño bajando la mirada

- No lo sabes… ¡No tienes como saberlo, apenas cumpliste 7 años! – Fregó su rostro con ambas manos, inclinándose cerca a Junior, levantándole despacio el rostro de la barbilla – Junior, tú me quieres, es obvio, pero no sabes nada del amor de los adultos, no tienes cómo saberlo… es complicado… -

- Yo si sé, mi papá cuando estaba con Matt siempre se besaban cuando creían que nadie los veía, y ahora que Gerard regresó, él y mi papi se besan todo el tiempo y duermen juntos, porque se quieren… no es complicado, tú lo ves complicado, pero es muy simple, nos queremos, entonces, podemos besarnos y dormir juntos… -

Nicholas no pudo evitar reír un poco, rascándose la cabeza, pensando en qué palabras usar, para explicarle al pequeño que las cosas no eran simples como él las pensaba

- Junior, ¿sabes que es el sexo? –

El pequeño sonrió mordiéndose los labios, asintiendo con la cabeza, hablando con fluidez

- Sí, es lo que nos identifica como individuos, masculino y femenino, y es también lo que hacen la mujer y el hombre para tener un bebé –

- Sí, pero es también lo que te da identidad… ¡Dios, no sé cómo hacer que me entiendas! – Tomó una buena bocanada de aire, antes de continuar hablando – No solo las mujeres tiene sexo con los hombres, algunas mujeres entre ellas tienen sexo, así como algunos hombres entre ellos lo tiene también –

Junior clavó intrigado su mirada en Nicholas, ladeando un poco la cabeza

- Pero dos hombres, o dos mujeres no pueden tener hijos… ¿Para qué tiene sexo entonces? –

- Ay Dios… ¿Por qué a mí? – Levantó la cabeza, tirándola un poco hacía atrás, fregándose con insistencia el ojo izquierdo – Tienen sexo para demostrarse que se aman, el sexo no es solo para tener bebés, es para… materializar el amor, si se puede decir así –

Junior frunció el seño, sacudiendo fugazmente la cabeza

- Entiendo… - Hizo una pausa, sonriendo mientras hablaba - ¡Eso es hacer el amor, Ja! Tener sexo es hacer el amor –

- Sí, eso es… -

- O sea que cómo nos amamos, podemos tener sexo –

La sangre en el rostro de Nicholas hirvió tanto que lo dejó enrojecido por completo, apretó con fuerza sus puños contra las mantas sobre el piso, respirando sistemáticamente para calmar la reacción en su cuerpo por las palabras del pequeño

- No, no podemos… porque tú eres un niño, ¡Por Dios! ¿Acaso tu papá no te habló de esto? ¿Cómo es posible que sepas tanto de tantas cosas y absolutamente nada sobre sexo? –

- No te alteres Nicky… si me explicas te podré entender, y no veo lo malo en lo que dije, no entiendo porque te tienes que sonrojar de esa forma y actuar como si hubiera dicho algo terrible –

Lo miró desconsolado, recostándose contra la pared del pasillo

- ¿Sabes que es la pubertad? –

Junior lo miró cómo si le hablara en chino, meneó lentamente la cabeza, encogiéndose de hombros

- Bien, voy a decirte lo que es, y de paso, te daré las razones suficientes para que entiendas por completo –

- Bien, empieza – Junior sonrió, acomodándose con las piernas cruzadas

Nicholas lo miró un buen rato, notando que el pequeño sonreía con demasiada picardía

- Antes de empezar, ¿Por qué me dijiste hoy antes de tu fiesta que “el mal que me aquejaba en 7 u 8 años no sería tan terrible” si dices no saber nada de sexo? –

- Porque sé que los niños no pueden ser novios de los adultos – Respondió con seguridad en su voz

- No te creo – Entrecerró los ojos observándolo con cuidado – Tu sí sabes bien de que hablo, solo te haces el vivo para molestarme –

Junior resopló, sentándose recostado contra la pared al lado de Nicholas

- Yo sé que es el sexo, sé que es la pubertad, lo leí en uno de los libros que teníamos en casa… pero lo que no entiendo es por qué lo mencionas, el amor es el amor, sin importar si tienes 1 o 90 años –

- Junior, existe el amor filial y el amor sensual, y no creo que sepas nada del segundo, además, estás muy chico para saberlo, y más aun, para saber si te gustan los hombres… -

Junior giró en su puesto, recostando la mejilla en la pared, mirando con angustia a Nicholas

- Yo se que te quiero… y me dices siempre que pienso como adulto, que a veces cuando hablas conmigo sientes que lo haces con un grande… y sé que algo pasa en tu cuerpo y en tu corazón cuando estás cerca de mí, y sé también, que cuando yo sea grande, quiero que seas mi novio –

- Bien lo dijiste, cuando seas grande… Junior, ahora lo único que podemos ser es un par de amiguitos… ¡hasta yo mismo estoy confundido! Porque no es normal que sienta por ti lo que siento, y tal vez deba ver un psicólogo… no lo sé… me da miedo que todo lo que me esté pasando sea la señal que soy un enfermo… - Respiró profundamente, acariciando con ternura la mejilla del pequeño – Sí me quieres tanto como dices, deberías alejarte de mí, al menos hasta que yo entienda que es lo que me pasa… y por favor, no vuelvas jamás a besarme en los labios… ni a acostarte junto a mí en donde yo esté durmiendo –

- Está bien, te prometo que no volveré a molestarte con este tema, y no volveré a besarte en los labios, pero tú me tienes que jurar Nicholas Jordan… ¿Way? Bleh, me tienes que jurar que cuando yo sea grande, serás mi novio -

Terminó de hablar mirándolo lleno de seriedad, levantándose del suelo sin retirarle de encima la mirada, Nicholas lo miró también apretando entre los dedos la tela de su pantalón, luchando con todas las fuerzas de su cuerpo por no sentir lo que sentía cuando Junior le hablaba de esa forma

- Si cuando seas grande te das cuenta que te gustan los hombres, y a mí también, y nos queremos… como hombres, seguro que sí… pero no te puedo jurar algo que puede no pasar jamás – Bajó la mirada, evitando verlo más – Y vete a dormir con Silvia, ya mismo, si es posible –

- Hasta mañana Nicky –

Se despidió atravesando el pasillo, tan pronto Nicholas sintió la puerta de la habitación de Silvia cerrarse, pudo volver a poner la cabeza sobre la improvisada almohada.


*


Los colores intensos de las telas que cubrían la cama, lo cegaban por momentos, Frank intentó controlar la risa que le producían los estampados animales de la decoración de la habitación de Vic, se paró cruzado de brazos junto a la puerta, viendo a la mujer desnudarse por completo, sentarse sobre la cama y palmear para invitarlo a acompañarla

- ¿Se supone que tendré sexo contigo? –

Le inquirió fríamente sin moverse un milímetro de su posición

- Es obvio – Respondió ella, recostándose sobre la cama, acariciando la manta de terciopelo verde menta

- Y después, ¿Qué, me dejaras libre, y olvidarás lo que te prometí? –

- Ja, ja, ja, no Frank, no… - Rió divertida, al tiempo que jugaba con su cabello – Te dije que era para siempre –

Frank avanzó hasta sentarse en el borde de la cama, mirándola fijamente, empezando a interrogarla

- Me viste una vez, una sola vez en tu vida, ¿Cómo puedes obsesionarte así? –

- Frank, para mí los hombres son como un par de zapatos, los veo una sola vez en un aparador, si me gustan, entro de inmediato a comprarlos, los uso cuando me plazca, y de igual forma o los guardo después, o los boto –

- No eres lógica –

- No importa si lo soy, ahora solo necesito que te quites la ropa –

Se recostó de lado en la cama, apoyado sobre el codo, sonriéndole un poco desconsolado

- Vic, tengo un novio, ¿si lo entiendes? NOVIO, no puedo tener sexo contigo… -

- No vengas a mí con el cuento que eres gay, porque tu hijo es muy chico, y de seguro tuviste que tener sexo con su madre para engendrarlo – Extendió la mano, acomodándola sobre el pantalón de Frank – Así que espero un óptimo desempeño de tu parte –

- Vic, no puedo… sé que no podré… yo solo disfruto el sexo con él… -

- ¡Cállate! – Gritó ella levantándose de improvisto, sacando una 38 de debajo de su almohada, apuntándole a Frank en la cabeza – Si no quieres dejar a tu hijo huérfano, vas a poder, claro que vas a poder y lo vas a hacer bien -

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