sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #8

Capítulo: #8


Dudas.

- Habrían unos 50 hombres de la seguridad privada de Rubber World – Tsukie cepillaba su cabello a medida que avanzaba hasta la cama – Y los empleados, como siempre, nos trataban como si fuéramos realeza –

- ¿Y eso te molesta? – Mikey terminaba de arroparse dentro de la cama, sin dejar de observar a su esposa sentada ya en el borde

- No, sabes que no – Sonrió – Es solo que me desespera un poco que Sofía crezca con una idea errada de la vida –

- No es errada, esta es su vida… a no ser que nos alejamos de todo esto, pero sé que ya es imposible – Hizo una corta pausa, acariciando suavemente la espalda de su mujer - ¿Lo viste? –

- ¿Al clon? – Giró para ver a su esposo, compartiendo con ella una sonrisa – No, no he podido verlo –

- Sabes, me removió el pasado, ese tipo y su cara de Gerard, me hicieron sentir… insignificante, tal como me sentía en aquellos días, todo se despertó el odio que llegué a sentir por mi hermano, la envidia que le tenía a Frank, la decepción… pero sobre todo, me despertó el dolor de no tenerlo más a mi lado… aunque sea para pelear con él –

Ella besó suavemente los labios de Mikey, abrazándolo con fuerza contra su cuerpo, sin saber que decir, no había más que decir.


*


Solamente había una lámpara de mesa encendida en el despacho, Frank estaba sentado junto a la luz, esperando que llegaran los jefes de su organización, Cortez, su mano derecha y quien tenía el poder de cerrar tratos, hacer transacciones y todo aquello de lo que Frank por algún motivo no podía ocuparse. Daniel Mayflower quién se encargaba de la distribución callejera y Steeve “Chicken” Thompson quien había obtenido ese mote hace 8 años cuando corrió preso del miedo, huyendo de un New Yorker, y ahora se encargaba de dirigir a los matones.

Llegaron sentándose alrededor de Frank, esperando que él preguntase primero, era usual que Cortez fuera el primer interrogado, pero esta vez la curiosidad de Frank sobre Jordan era mayor, se dirigió primero a Daniel

- ¿Qué tal lo hizo? –

- O se la compró toda él, o tiene un don especial para vender, porque a las 5 horas de estar afuera, me llamo pidiendo más… y me entregó todo el dinero sin excusas, sin preguntar, y obedece a la primera orden, yo le veo un buen futuro a ese jovencito –

Frank respiró un tanto aliviado, Jordan le daba un motivo más para tenerlo cerca

- Bien, pero mañana no quiero que venda, es mejor que te acompañe “Chicken” necesitamos probar sus habilidades físicas, ¿vas a exterminar a los pandilleros de Jefferson? –

- Si… pero me da miedo llevar a un novato –

- ¡Oh que raro, Steeve con miedo! – Comentó Matt en tono sarcástico

- ¡Cállate Cortez! No es miedo por mí, es por la operación, no quiero que un imbécil arruine lo que he venido planeando por semanas –

- No va a pasar nada malo, si él no se sabe defender, no sacrifiques a nadie por él, si muere, entonces tendremos la certeza que no sirve para esto – Frank lo dijo de dientes para afuera, pero por dentro hasta él mismo sintió temor – Matt, ¿hablaste con los dueños del terreno de la misión? –

- Sí, y se rehúsan a vendernos, al parecer quieren construir un centro comercial –

- Yo quiero ese terreno… debo ser su dueño, así que tuerce un par de cuellos a ver si cambian de opinión –

- ¿Puedo preguntar para qué lo quieres? –

- Para levantar mi propia misión, quiero crear un centro de rehabilitación de drogadictos y… -

Las carcajadas en la sala le interrumpieron, pero todos se callaron al ver que Frank parecía molesto

- ¿Qué, dije algo gracioso? –

- Nada, Señor doble moral… llenas las calles de New Jersey de drogas, y quieres construir un centro de rehabilitación… no es coherente –

- Lo sé Matt, pero… quiero continuar con el trabajo que Raymond realizaba, no es justo que después de lo que hizo por mí y por muchos otros, su memoria no sea recordada con justicia, voy a levantar el centro Raymond Toro para rehabilitación… y será tal cual él lo dirigía, un lugar donde no solo los adictos, también los condenados puedan encontrar un refugio seguro –

- O sea que aparte de todo tendremos que buscar quién se encargue de dirigir ese lugar – Agregó Matt un poco molesto

- No, no hay que buscar… solo hacer una llamada a África y decirle a Alegna que regrese, ella sabe bien cómo dirigir esa misión, al fin que era la mujer del cura –

- No te enojes Frank… pero tu pasado parece un chiste –

- Lo peor, es que no te lo puedo discutir Mayflower –





Nacho agitaba el pan de centeno frente al rostro inexpresivo de Gerard, al tiempo que emitía sonidos de placer por ingestión

- Que rico, este condenado pan sabe delicioso… -

- No le insistas mexicano, no va a comer, no lo ha hecho en todo el día… -

- ¡Pues por su culpa! ¿Qué le dijo que lo dejó así? –

- Qué te importa Speedy Gonzales… -

- Basta… los dos… Brian, no tienes porque ofenderlo… y Nacho, no tienes por qué culparlo –

- No piensas comer, ¿Ah Gerard? –

- ¿Gerard? –

- Gracias Brian… - Gerard se volteó en la cama, dándole la espalda a ambos – Es mi verdadero nombre, pero por favor no lo mencionen… me podrían matar… aunque en este momento, no me importa morir –

- Por favor “Anto” – Brian pronunció el nombre engrosando la voz – ¿Diez años en este infierno y ahora te vas a rendir solo porque Frank rehízo su vida, qué querías que se amargara por tu ausencia, acaso no te alegra que esté bien? –

- Claro que si… es solo que… no está conmigo –

- ¡Pero él cree que estás muerto! –

Gerard se levantó de la cama, lanzando con violencia las raídas mantas al suelo

- ¡Ya lo sé Schechter, no soy tan idiota… Pero no lo entiendes, nadie lo podrá entender! –

Se desplomó, deslizándose por la pared hasta caer sentado en el suelo, sin fuerza en su cuerpo, martirizado por el dolor en su corazón, cerró los ojos, respirando lentamente

- No ha pasado un solo maldito…maldito y doloroso segundo en que no piense en él, en que no me muera de amor, de deseo, de ganas de acariciarlo… - Abrió los ojos mirando a Brian y Nacho que lo miraban extrañados – No me interesa lo que puedan pensar, si no quieren oír, tápense los oídos – Cerró de nuevo los ojos, apretándolos con fuerza – Yo nunca antes amé, sé que jamás amaré a alguien más… solo él, es el único ser al que puedo y quiero amar –

- ¿Entonces qué mierda haces aquí? – Brian se acercó, sacudiendo a Gerard de los hombros – Eras la maldita escoria más peligrosa de todo New Jersey, Por Dios Gerard hasta en la ciudad te tenían miedo, nadie de New York se metía contigo, pandilla tras pandilla, organización tras organización, todas fueron vueltas cenizas por tu colt… tu solo lo hacías… y ahora… estas en una mediocre prisión en medio del desierto, llevas diez años en este lugar, debes conocer hasta la más pequeña ratonera, y aun así continuas metido aquí… ¿Qué demonios le pasó al que no le tenía miedo a nada? –

- No es fácil Brian… -

- No… no era fácil tampoco dominar solo a una de las ciudades más peligrosas de norte América… no creo que haya sido fácil ganarle a la muerte tantas veces – Lo miró con decepción, usando un marcado tono sarcástico en su voz – Claro Anto, no es fácil, convertirse en un cobarde llorón – Retrocedió, sentándose frente a Gerard, sin quitar la decepción de su mirada - ¿Sabes que es lo más extraño de todo esto? – Sonrió mirando a Nacho – Que Frank era el cobarde… el cursi y sentimental, y Gerard el frío y calculador… algo pasó cuando “moriste”, porque ahora tu eres el cursi debilucho y Frank es un tipo sin miedo, sanguinario y completamente amargado –

- ¿Amargado? Me dijiste que era feliz –

- No te dije eso, solo dije que la única vez que lo vi sonreír fue cuando ese pequeño entró al despacho… ¿sonreír? Hace diez años que Frank olvidó lo que era eso –

Gerard se quedó mirando a Brian, estaba lleno de dudas, meneaba su cabeza tratando de entender

- ¿No tienes idea de quién es la madre de ese niño? –

Brian resopló completamente molesto

- Por milésima vez… No… Lo… Sé –

- Debe ser Jacky… lo he pensado todo el día, no puede ser nadie más que ella, seguro se casaron… bueno es natural, creo –

- No creo que sea ella, a mi me contaron que Jacky murió hace 6 o 7 años –

El corazón de Gerard se detuvo por un segundo, la pena que sintió al saber que Jacky estaba muerta le duró tan solo un instante, un sentimiento peor lo inundó por completo

- Si no fue ella… entonces es alguien más… - Se recostó en la pared, mirando al vacio – Si fuera ella lo entendería, pero alguien más… ¡Es tan típico de Frank! Andar por ahí bajándose los pantalones por cualquiera… - Se golpeó repetidamente la cabeza contra la pared, apretando los dientes – ¿Quién demonios podrá ser? –

Brian sonrió sobándose las manos sobre el regazo

- Yo sé cómo te puedes aclarar esa duda… ve tú mismo y pregúntaselo -

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