Capítulo: #10
”Ahora sé muy bien de quién heredó Junior su capacidad y desfachatez para chantajear y lograr que todos quienes le rodean hagan lo qué él quiere, es igual, igual a Frank, ¿O acaso yo soy igual a mi papá y caigo rendido a los pies de cualquiera de apellido Iero?
Frank está rabiando, a él no lo conozco tan bien, pero es evidente, llamamos a mi padre al pasar la cabina de peajes, discutieron fuertemente, sé que Gerard tiene razón, somos un par de inconscientes al regresar a Jersey, pero él tiene que entender, Frank se tiene que lavar la culpa con sangre y Junior debe permanecer libre de demonios.
No me habla más que lo necesario, “En este autobús”, “Bajémonos y robemos ese sedán negro”, “Revisa que los cargadores estén llenos”. Tampoco hace mucho contacto visual conmigo, pero las pocas veces que sus ojos se posan en mí yo siento algo extraño, él no me mira igual que antes, el desprecio que sentía por mí se ha ido, ahora sus miradas son llenas de temor, culpa y… no quiero pensarlo, pero, sus ojos están llenos de deseo”
- ¿Dónde vamos a quedarnos? Digo, mientras encontramos a Palladinno
- En las calles
Nicholas lo miró sin comprender, no satisfecho con la respuesta de Frank, preguntó nuevamente
- Pueden pasar un par días en lo que encontramos al sargento desprevenido, mientras tanto, ¿Dónde dormiremos, dónde nos quedaremos?
- ¿Eres niña tu y no me di cuenta? – Respondió sin siquiera mirarlo, llevó el auto que robaron a un callejón, lo apagó y dejó las llaves sobre el tablero – Bájate, llevamos media hora conduciendo esto, de seguro ya está reportado
Nicholas se sorprendió un poco al ver que Frank conocía cada callejón, cada camino subterráneo pasando por entre las tuberías de la ciudad, sabía en qué edificios vacios entrar, y usando esos atajos llegaron a los suburbios de Jersey en la mitad del tiempo que les habría tomado si caminaran por las calles
- Es mejor seguir el sendero de las ratas – Se sentó en una loma detrás de un grupo de casas, miró fijamente a Nicholas esperando que se sentara también – Estas muy callado Nicky Way, sé que no soy buena compañía, pero haz un esfuerzo
- No dejo de pensar en Junior – Respondió con algo de melancolía en su voz
- Gerard lo va a cuidar bien, mejor concéntrate en vigilar esa casa de tejado rojo, ahí vive Palladinno
Los ojos de Nicholas se quedaron viendo al frente, vigilaba la casa en la que al parecer no había nadie, Frank se quedó viendo el perfil de Way, su corazón se anudaba y desanudaba a intervalos, era tan parecido a Gerard que daba miedo, a Frank le daba miedo, no solo por el aspecto físico, era algo más, esa imprudente juventud de Nicholas que le recordaba al Gerard del que él se enamoró.
- Frank, yo creo que esa casa está desocupada, además, en el jardín veo un letrero, pero no lo alcanzo a leer desde acá – Giró el rostro, encontrándose con la mirada fija de Frank – Va… vamos a… el letrero, ¿Qué dice?
- Te pusiste rojo Way, ¿Por qué tartamudeas?
- No sé, ¡Ja!, ¿Vamos?
Y de verdad no lo sabía, bajaron la loma hasta las casas, Nicholas se comió la mente intentando conocer el por qué de su tartamudez y del rojo de su rostro, a lo mejor Iero lo intimidaba con su presencia… sí, eso debía ser, Frank era un hombre rudo y él le temía, no podía… no debía haber otra explicación
- “Se vende” – Frank masculló entre dientes - ¡Maldito cerdo, se cambió de casa!
- Yo habría hecho lo mismo
- Vamos al centro Nicholas, busquemos a Garbage, debo firmarle un cheque y estoy seguro que si le aumento la cantidad, nos podrá ayudar.
Junior pateó por enésima vez el sillón del apartamento amoblado que Gerard rentó en el Norte de Filadelfia, y por enésima vez maldijo a su padre
- Debieron llevarme con ellos, ¡Es que debimos ir los cuatro!, Gerard, ¿Cómo soportas ese comportamiento errático de mi papá?
- No tengo que soportarlo Junior, yo amo ese comportamiento errático de Frankie, aunque sienta que se me caen las bolas cada vez que él actúa así
- ¿Y nos vamos a quedar aquí como un par de muebles, esperando que Nicky y mi papá hagan el trabajo?
- Sí, nos vamos a quedar aquí, pero no por eso, vamos a esperar a Novak que viene en la noche, y mañana iremos a Jersey, Junior, yo no quiero enfrentarme tan pronto a Palladinno, pero tampoco voy a dejar a mi hijo y a Frank a sus suertes… más sabiendo que Frank está mal de la cabeza
Gerard armaba y desarmaba la Colt que recién había comprado, tenía que conocerla bien, sentirla y apropiarse del arma, Junior se sentó junto a él en el piso de la sala, tomando una bala en su mano
- Me inquieta y me maravilla que algo tan pequeño pueda matar
- Las balas no matan Junior, los humanos sí
- Gerard, ¿Por qué dices que mí papá está mal de la cabeza?
- Porque lo conozco más que a mí mismo, y esta madrugada lo vi desmoronarse cómo nunca antes, se siente culpable por lo que pasó en el centro de rehabilitación, se siente dejado a un lado por nosotros, y creo Junior que le duele que te hayas convertido en “hombre” – Sonrió al decir lo último, quitándole de las manos la bala calibre 44
Junior lo miró desconcertado - ¿Convertirme en hombre? Y es que antes que era, ¿Un mapache? – rió
- Sabes a que me refiero, tú fuiste durante muchos años la única razón que Frank tenía para vivir, y es tu culpa que él siempre te viera como una criatura indefensa, y acéptalo Junior, creciste más rápido de lo esperado.
El chico asintió lentamente con su cabeza, mordió sus labios y se quedó mirando al vacío – Yo crecí más rápido que cualquier otro niño porque siempre supe lo que mi familia hacía, y cada día desde que comprendí que mi papá era un delincuente, pensaba qué ése podría ser el último día que lo viera… tal vez por eso siempre me obligué a ir a un paso adelante del mundo.
- Tú y yo nos parecemos un poco Junior, yo a tu edad ya trabajaba en las calles, y me tocó crecer rápido – Dejó el arma en el tapete, y se quedó viendo fijamente el techo
- Hay algo que me preocupa Gerard, mi papá y Nicky no se llevan bien… ¿Qué tal si en un arranque de ira… mi papá me deja viudo?
- ¡Ja!, eso no va a pasar, Frank está perdiendo la cordura, pero sería incapaz de causarte un dolor, sobre todo esa clase de dolor por el que él ya pasó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario