sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers III; Capítulo: #15

Capítulo: #15

La sangre en el cuerpo de Nicholas era bombeada con ferocidad por su corazón, sintió el aliento de Frank en su propio aliento, y al instante justo en que sus labios temblorosos encontraron los húmedos labios de Iero olvidó hasta su propio nombre.

No le dedicó ni un solo segundo de su tiempo para pensar en Junior, o en su padre, o en sí mismo, lo único que el joven de 23 años pudo hacer en esa fría noche, en el centro de New Jersey, fue aferrarse violenta y ansiosamente a los labios de Frank.

Sus brazos dejaron de sostenerlo, decidió que era mejor recorrerle con ellos el cuerpo, deslizar sus dedos sobre esos tatuajes que siempre le inquietaron, sentirlos, reconocerlos, y a pesar que su boca solo se abría para dejar entrar la lengua de Frank, pudo gemir, larga y profundamente al momento en que sintió la mano invasiva colarse entre la pretina de su pantalón.

El hombre que parecía haber perdido la cordura por completo se olvidó que era padre, olvidó que quien se estremecía con sus caricias era la felicidad de su hijo, lo olvidó ó no le importó, a Frank lo único que le importaba en ese momento era aumentar la dureza entre el pantalón de Nicholas, dejar sus propios labios a merced de quien no paraba de morderlos en cada beso.

Sintió su cuerpo ser apretado nuevamente por los brazos de Nicholas, y se disponía a bajarle el cierre del pantalón, pero Way lo detuvo.

Detuvo también el casi interminable beso que le estaba dando, retiró su rostro con violencia, cerrando los ojos ante la imagen de Junior que se impuso en su mente, reclamándole por ese deseo mal sano que estaba sintiendo.

- No – Dijo en un murmullo – No puedo, no quiero estar con alguien que no sea Junior.

Sin ocultar la molestia que sentía por ser rechazado, Frank se sacudió suavemente del abrazo de Nicholas, se levantó del asfalto y mirándolo desde arriba sonrió, dándole a Nicholas una mirada llena de desprecio.

- Eres igual de cobarde que tu padre.

Nicholas extendió la mano pidiéndole a Frank ayuda para levantarse, sacudió la parte trasera de su pantalón y negó con la cabeza

- Todo lo contario, negarme a ti fue un acto de valentía

Frank no comprendió del todo las palabras de Nicholas, ¿Era acaso miedo, Way lo notaba tan mal de la cabeza que pensaba que rechazarlo desencadenaría una violenta reacción en él? No le dedicó mucho de su pensamiento, le hizo una señal al joven y continuaron su camino al bulevar de Garbage.

A pocos metros de llegar, notaron las intensas luces de la decena de patrullas en el lugar, Nicholas Way se adelantó solo un par de pasos, cuidando de no dejarse ver por los policías y paramédicos que atestaban el lugar

- Muerto… ¡Mierda, Garbage está muerto!

- Es obra de Palladinno – Frank metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón, contrayendo por completo su cuerpo – Es solo un nombre más que sumaremos a la lista de venganzas en contra del malnacido

- Ahora – Nick retrocedió, empujando suavemente a Frank para tomar otro camino - ¿Qué vamos a hacer? Estamos solos en esto, y no es tan sencillo cómo pensamos…

- Debemos llamar a Gerard – Resopló al decirlo, aun no quería hablar con él, pero era algo que tenía que hacer – Intentaré por última vez hacerlo entrar en razón y pedirle ayuda

Se escondieron en una farmacia abandonada, los estantes estaban vacios, pero las ventanas tenían tablones de madera que les brindaban protección. Nicholas acomodó algunos muebles desvencijados contra las posibles entradas, ninguna precaución sobraba en ese momento, y más sabiendo que Palladinno les seguía la pista muy de cerca.

Frank se sentó en el suelo, recostando su espalda en la pared del fondo, recibió de manos de Nicholas el celular y marcó el número.

No obtuvo respuesta alguna. Marcó nuevamente, empezando a desesperarse más en cada disonante “bip” que escuchaba, miró con angustia a Nicholas que se había sentado frente a él

- No responden… - Contuvo la respiración, marcando nuevamente

- Tal vez… tal vez duermen – Intentó un razonamiento que le espantara el terror que empezaba a sentir, llevó ambas manos al pecho como si se contuviera el corazón de esa forma – Ellos están bien Frank, tienen que estar bien – Se llenó de angustia y remordimiento, y, ¿Si algo horrible le hubiese pasado a Junior justo en el momento en que él traicionaba descaradamente ese amor por el que ambos esperaron 6 largos años?

El semblante de Frank tampoco era bueno, sus ojos denotaban la profunda angustia que estaba sintiendo, dejó el celular sobre su regazo y le habló a Nicholas sin verlo a la cara

- No hay que preocuparse, las malas noticias son las primeras en llegar, sé que están bien – Lo dijo no muy convencido, pero tenía que decirlo para calmarse a sí mismo.






Junior notó que Gerard bajaba la velocidad del vehículo, levantó la mirada a la carretera y a menos de 30 metros de ellos las luces intermitentes de las patrullas le dieron una idea del por qué.

- Es un retén policial – Gerard le confirmó las sospechas, apagó el motor y resopló molesto – ¡Maldito Palladinno, seguro tiene todas las entradas a Jersey completamente custodiadas!

- ¿Qué esperabas? Es obvio que lo haría – Respondió al bajarse del auto, observó con desconsuelo el extenso campo cultivado a cada lado de la carretera, miró sus pies, meneando en silencio la cabeza imaginando lo que el terreno le haría a sus “vans” – Ahora, tendremos que ir a la ciudad atravesando el campo, y rogando por encontrar un teléfono – Avanzó hasta igualar la marcha que Gerard ya había emprendido sobre el cultivo de hortalizas, se aferró al brazo del mayor, hablando en un susurro – Tenemos que advertirles de la traición

Sonriendo, Gerard giró el rostro para ver al chico - ¿Por qué susurras? Por acá nadie puede oírnos

- Fue inconsciente – Murmuró – Tengo miedo Gerard.

Respiró profundamente, entendiendo que las acciones y palabras del chico eran motivadas más por el miedo que por rebeldía. Rodeó los hombros de Junior con su brazo, y continuaron caminando iluminados solo por la luna que a ratos se escondía detrás de pesados nubarrones, no era un panorama muy alentador, y durante la media hora que tardaron en encontrar una estación de servicio, Gerard rogaba porque no se fuera a desatar un vendaval.

Los dos se pararon frente al teléfono público, ambos intentaron tomar el auricular al mismo tiempo, no había que esconderlo, el ansia por escuchar la voz de quienes amaban era enorme

- Habla tu primero Junior, seguro Frank contesta y si aun tiene rabia, seguro me cuelga.





Nada más que las respiraciones se escuchaban en el interior de la farmacia abandonada, Nicholas se había dejado vencer por el sueño, y sin saberlo descansaba su cabeza en el regazo de Frank.

El celular sonó, despertando a uno y alertando al otro que contestó de inmediato

- ¿Diga?

Suspiró aliviado al escuchar la voz de su hijo pronunciando un entusiasta “¡Papi!” sonrió, solo por un segundo, no pudo decir nada más, en su boca aun tenía el sabor de Nicholas, y no pudo más que entregarle, casi arrojarle a Way el celular

- ¿Qué, quién? – Inquirió asustado mientras llevaba el teléfono a su oreja - ¿Hola? –

- “¿Qué es lo que pasa, por qué mi papá no me habla?”

- ¡Junior! ¿Estás bien, dónde estás, qué pasa con su celular, mi papá está bien, dónde están?

Una risilla escuchó Nicholas por el celular, respiró aliviado al igual que Frank, y al igual que él, calló, con el remordimiento que el olor de Frank aun adherido a su piel le hacía sentir. Escuchó el relato de Junior en silencio, rompiéndolo solo para comunicarle a Frank lo que consideraba importante, rió con amargura cuando Junior le contó que sus “vans” negros estaban color café por todo el barro que tuvo que pisar. Nicholas sentía ganas de llorar en cada “te amo” que el chico no se cansaba de pronunciar entre frase y frase, y cuando Junior terminó de contarle todo, solo pudo despedirse con un “cuídate mucho Junior” porque le fue imposible vencer el nudo en su garganta para pronunciar un “también te amo”

Frank tomó el celular de manos de Nicholas, se estremeció al oír la voz de Gerard, no pudo contener las lágrimas que se resbalaban silenciosas por sus mejillas y no podía comprender por qué se sentía tan culpable, tan infeliz. Cada palabra de Gerard le hacia cambiar sus sentimientos, un doloroso arrepentimiento por traicionar el amor inmenso que alguna vez sintió por él, una ira implacable por sentir que Gerard había cambiado tanto que no era más el mismo, y luego una extraña alegría que le recordó viejos tiempos, cuando Gerard le contó en detalle como asesinó a Novak y huyó por la escalera de incendios.



- Te amo mucho Frank – Le susurró por la bocina, reposando su frente en la caja metálica del teléfono, jugando sin darse cuenta con el cable metalizado – Tan pronto encontremos un lugar seguro te llamaré, juntos mi amor, vamos a exterminar a Palladinno.

Decidió no contarle de las acciones de Junior, era mejor decirle de frente que no había podido cumplir con su cometido y en un descuido suyo, Junior se había convertido en un asesino.



Los dos que se escondían en la farmacia sonrieron, con algo de amargura pero con mucha tranquilidad, quienes amaban estaban a salvo y cerca de ellos, para Nicholas era la mejor noticia que podía recibir, con Junior junto a él no caería en la cada vez más creciente tentación de estar con Frank.

Nicholas se dejó caer en un profundo sueño, extendido por completo en el piso de la farmacia, acomodando su cabeza en unas viejas bolsas de algodón que encontró en la parte baja de las estanterías. Frank por su parte dormía a intervalos, cualquier ruido o reflejo de luz lo despertaba, alertándolo, llenándolo de adrenalina por si tenía que correr. A eso de las 4 a.m. se despertó después de escuchar el sonido inconfundible de una SUV que rastrillaba el asfalto al doblar una esquina a demasiada velocidad, Frank se inquietó, olvidó dónde estaba, olvidó que fecha era, recorrió el lugar con su mirada tratando de recordar, todo lo que vio fue los anaqueles vacios, la oscuridad rota a intervalos por las luces que se colaban por las rendijas, y de nuevo el sonido de la SUV.

Se puso de rodillas con torpeza, mirando a Nicholas tendido bocarriba en el suelo, y su debilidad mental lo mal informó, haciéndole confundir el tiempo y el lugar, llenándolo de la urgencia de proteger a “Gerard” gateó hasta el joven, recostándose junto a él, rodeándolo con su brazo derecho, susurrándole tiernamente en el oído

- Resiste Gee, las chicas vendrán por nosotros… - Levantó la cabeza queriendo ver más allá de las tablas que cubrían las ventanas – Ellas no se pueden tardar… escucho las SUV de los Bloody Hunters, están cerca, rodeándonos… - Volvió a poner su cabeza junto a la de Nicholas que se había despertado y no podía salir de su perplejidad al ver a Frank hablándole de esa forma – Pero no te preocupes Gee, te voy a proteger con mi vida si es necesario.

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