sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers III; Capítulo: #14

Capítulo: #13

Las sirenas de los autos de policías se escuchaban lejos, multiplicadas por el eco de los lotes vacios de la deprimida New Jersey, Frank se sentía renovado con su ropa limpia, Nicholas la había lavado bien, ¡Una maravilla! Jabón de hotel barato y restregada en lavamanos, un talento que sumar al objeto de su profundo odio y aterrador deseo.

Hacia frio, Nicholas odio no llevar un hoodie, un abrigo, algo que frenara el golpe del viento en su cuerpo, observó a Frank de reojo, no se sentía capaz de verlo de frente, habló en tono bajo mientras cruzaban la calle al dejar el hotel

- Deberíamos llamar a mi papá, quiero hablar con Junior y tenemos que permanecer en contacto e informados de todos los movimientos que hagamos.

- No quiero hablar con Gerard, solo quiero encontrar a Palladinno.

Respondió secamente, mirando a cada lado de la calle, observando a lo lejos las luces de las patrullas, rió con desgano

- Nos están buscando Nicholas… deberíamos dejarnos encontrar

- Ahora sí, acabaste de enloquecer –

Rió también con desgano, y antes de doblar la esquina sintió la mano de Frank halarlo de la correa en su pantalón.

- Espera Way, por ahí no – No lo liberó, lo acercó más a él, rozándole el cuerpo con el suyo, pegando sus labios de la mejilla derecha de Nicholas, hablando casi en un susurro – No seas imprudente, primero debemos ir al bulevar de Garbage por información – Lo liberó finalmente, no sin antes apretar entre sus labios la blanca piel del hijo de Gerard.

Los pasos de Nicholas detrás de Frank eran torpes, su sistema había colapsado un poco al sentir la proximidad de Iero, resopló sin ser visto, llenándose otra vez de rabia consigo mismo, de nuevo, Frank le hacia olvidar quienes eran, a quienes amaban, a quienes le debían fidelidad. Empuñó con fuerza sus manos, repitiéndose una y otra vez que no caería en los juegos de Frank, no, él no se dejaría arrastrar por la locura del padre de su novio, del novio de su padre… rió sin poder evitar que Frank lo escuchara

- ¿Te estás enloqueciendo también que te ríes solo?

Nicholas avanzó igualando a Frank en la marcha, rió otra vez con intensidad aclarándole el por qué de su risa

- Es que pensaba en Junior, y me da risa que seas el papá de mi novio y el novio de mi papá… nosotros no estamos de verdad locos es por un milagro.

Iero giró delicadamente el rostro hacia Nicholas, sonriéndole lleno de picardía

- Y pensabas en eso porque… ¿Buscas excusas o razones para no hacerle caso a la dureza en tu pantalón cada vez que te insinúo algo sexual?

La sonrisa en el rostro de Nicholas se borró al instante, bajó la mirada y en un tono casi suplicante habló

- Deja de jugar con eso, te parece divertido, estás tan loco que crees que es una banalidad hablar de tener sexo conmigo… con el novio de tu hijo… con el hijo de tu gran amor, ni siquiera estás pensando bien, dices tener rabia con Gerard, supongamos que me acuesto contigo, supongamos que arrojo a la basura los seis años que esperé por Junior, y el amor y respeto que siento por mi padre, dime Frank, después de tener sexo conmigo, se te quita la rabia que tienes contra Gerard ¿Qué demonios harás con tu conciencia? Con el desprecio que mi papá pueda llegar a sentir por ti, y esa es solo una terrible consecuencia, porque ni hablar del odio que Junior llegaría a tenerte.

Frank detuvo su marcha, parándose frente a Nicholas, mirándolo fijamente sin importarle que sus ojos comenzaran a colmarse de lágrimas

- Voy a decirte algo que nadie sabe – Aspiró aire profundamente, cruzando los brazos sobre su pecho – Para mí Gerard murió hace 16 años, el hombre que vino a mí en el jardín de mi casa, bajo el jazmín de noche no es más que una sombra del ser que amé, y he pasado los últimos seis años tratando de convencerme que es él, que no ha cambiado, que lo amo igual que antes – Apretó los labios, sonriendo después lleno de amargura – Pero ese Gerard que tú conoces no es el mismo Gerard del que me enamoré.

- Frank… - Nicholas se cruzó también de brazos, mirando lleno de lastima a su interlocutor – Yo tampoco soy el Gerard de quién te enamoraste.

- Lo sé Way, lo sé, pero te pareces tanto a él que mi corazón, mis sentidos y hasta mi libido se engañan – Descruzó los brazos, acomodándolos alrededor del torso de Way, rozando su frente en la nariz de Nicholas, hablando con los dientes apretados - ¡Maldita sea, me siento tan solo! – Separó su rostro para poder ver mejor los ojos olivos de aterrada expresión – Gerard ya no es el mismo, mi hijo muere por ti, Silvia y Ale están muertas, no sé dónde demonios está Mikey con Tsukie… - Soltó al joven, llevando ambas manos a su propio rostro, cayendo preso de la desesperación – Y ahora resulta que el único en quién puedo confiar es en ti… ¡En un Jordan!

Comenzó a reír entre llanto, golpeando a puño cerrado el poste de un farol de la calle – Y aparte de todo, ¡Me estoy volviendo loco!

Nicholas se abalanzó sobre él, conteniéndolo con toda la fuerza en un abrazo apretado, angustiado por verlo así, era obvio, Frank también notaba que no estaba muy bien de la cabeza y eso lo atormentaba, se dejó caer con él en el asfalto, sin soltarlo, repitiendo varias veces un “Cálmate Frank”



Los ojos de Junior no se cerraban a pesar que sentía sueño, el solo ansiaba ver las luces de Jersey, sentir el aroma nocivo expedido por las fábricas de su ciudad, sentía la enorme urgencia de caminar por esas calles malditas, de rastrear como un cazador a Palladinno y de incrustarle una bala en la cabeza, después de todo, matar era para él tan fácil como respirar.

- Gerard… - Pronuncio el nombre de forma en extremo condescendiente, girando medio cuerpo en el asiento del copiloto, pegando fijamente su mirada de enormes ojos verde avellana en el conductor, meneando negativamente la cabeza mientras hablaba – Entiendo perfectamente que tuvieras que huir del apartamento al matar a Novak, pero, ¿no pudiste sacar el maletín con armas, ni el celular? Te estás volviendo viejo y lento Way.

Gerard detuvo el auto frente al letrero de la carretera que daba la bienvenida al “estado jardín”, apagó el motor y volteó a ver a Junior, respiró profundamente y comenzó a hablarle con una dulzura que ocultaba la ira que sentía

- Es la primera vez que me faltas al respeto Gerard Junior, por ser la primera vez, haré como si no hubieras dicho nada, sé que estás molesto, dolido por la muerte de Silvia, pero eso no te da derecho a hablar y actuar como lo haces – Sostuvo firme su mirada en la del chico, sacando su Colt de entre su pantalón, llevándola a la altura del rostro de Junior – Esta es mi arma, ¡Mi arma! No es para que juegues con ella a ser un matoncito, y de una buena vez te lo advierto, o cambias esa actitud y piensas en lo que hiciste, o tendrás un grave problema conmigo.

Junior no reaccionó, no se atemorizó como lo esperaba Gerard, es más, tan solo se encogió de hombros y se acomodó en el asiento

- ¿Pensar en lo que hice? Te salvé la vida imbécil, además, no tienes porque decirme que debo hacer o no, al final que tú no eres mi papá

- ¿Imbécil? –Preguntó, esperando haber oído mal

Junior tan solo hizo un gesto despectivo, girando el rostro hacía la ventanilla – ¿Será que podemos continuar? Tengo muchas ganas de ver a Nicky, y hacerle las mil porquerías que no me puedo sacar de la cabeza.

Gerard resopló, con rabia, con decepción, resopló tres veces seguidas, repitiéndose mentalmente “calma, calma Gerard, acaba de ganarse su primer muerte, acaba de perder a quien era como su madre… calma” acomodó la llave en el encendido, pero no la movió, se quedó viendo fijamente la carretera, empezando a hablar para sí mismo, cómo si Junior no estuviese ahí

- ¡Claro!, ahora entiendo el enojo de Frank, y entiendo por qué Nicholas se fue con él, ¡Es mi culpa por no actuar a tiempo! – Rió suavemente, mirando al chico de reojo – Si hubiera acompañado a Frank a terminar con Palladinno desde un principio nada de esto estaría pasando, tú serías el mismo niño inocente, lujurioso, pero inocente de la maldad de la vida – Puso el auto en marcha, conduciendo despacio – Ahora, te arruiné de por vida, por cierto Junior… - Retiró la mano de la palanca de cambios, llevándola pesadamente a la cabeza de Iero – Ya que estás en el papel de matoncito superado, puedes perfectamente recibir una paliza de mis manos, y no me va a doler dártela… al fin que… no soy tú papá.

Las últimas palabras las dijo con dolor, con el mismo dolor que sintió al escuchar a Junior pronunciarlas, pero si el chico quería jugar así, él no se iba a poner con consideraciones.



- ¡Has algo Nicholas! – Frank gritó ahogadamente, arañando los brazos de Way, sujetándolo con fuerza, temiendo que al soltarlo él se fuera del mundo - ¡Ayúdame a aplacar esta desesperación que me está matando!

Nicholas Way sentía temor, por el lugar descubierto en que estaban, por el frío que se intensificaba, y sobre todo, por el hombre que se desmoronaba en sus brazos. Intentó levantarse con Frank, internarse en los dominios de Garbage, dónde estarían seguros, pero no pudo con el peso de Iero.

Miró las calles, estaban vacías, por el momento no había peligro, así que optó por sostener con fuerza a Iero entre sus brazos, cerrando los ojos, intentando infructuosamente de no sentir el aroma de esa piel que empezaba a enloquecerlo

- No sé qué hacer, no sé cómo ayudarte Frank… no sé ni cómo ayudarme a mí mismo…

La espalda de Nicholas pegada contra el poste de luz que Frank golpeaba hace unos minutos atrás, sus piernas flexionadas alrededor de Frank y su nariz inconscientemente pegada al cuello del hombre que se negaba a soltarlo

- Tu corazón late de forma extraña – Advirtió Frank, levantando su cabeza para ver el rostro de Nicholas – No, desde este ángulo no es tanto el parecido, Gee tiene las facciones más delicadas, delineadas como si fuera una escultura renacentista… tú tienes más cara de macho, ja!

Nicholas sonrió, apretando suavemente el abrazo con que contenía a Frank, se quedó unos segundos en silencio observándole el rostro, bajando el suyo para rozarlo, aguantando un suspiro al sentir la punta de su nariz chocar delicadamente con la de Frank

- Esto no está bien, no… no está nada bien…

- ¡Pero se siente tan bien! – Agregó Frank, levantando sus manos para tomarle con fuerza el rostro – En dos segundos te voy a besar Nicholas Way, de ti depende que lo haga o no.

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