sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers III; Capítulo: #19

Capítulo: #19

El sol emitía sus fuertes rayos de forma casi vertical, Nicholas no tenía reloj en su muñeca, pero podía advertir que era medio día, ajustó el alcance de los binoculares que Frank había comprado, le pegó otro mordisco al pernil de pollo frito que tenía en la caja sobre el marco de apoyo de la ventana, y continuo su vigilancia, esforzándose por ignorar lo que Frank repetía una y otra vez desde poco más de media hora

- Las paredes… yo las veo blancas… pero pestañeo y están azules… y el cielo, a veces se pone rosa pálido y luego azul… y las nubes, Nicholas, las nubes son de mil colores… ¡Ja! Es hasta divertido… no tanto cuando te miro y tienes la piel fucsia, pareces marciano

- Frank, aunque todo frente a ti sea un festival psicodélico, deberías tomar los otros binoculares y ayudarme a vigilar

Iero caminó sosteniendo los binoculares en su mano derecha, se paró muy junto a Nicholas, prácticamente pegando brazo con brazo, llevó los binoculares a sus ojos y se quedó quieto viendo el horizonte

- Después de la muerte de Palladinno, habrá una muerte más.

Nicholas dejó de vigilar para ver a Frank – ¿A qué o quién te refieres?

- A mi muerte Way, cuando mi hijo se entere, me va a matar. Lo sé, Gerard va a llorar, me va a reclamar, me va a recordar las otras veces que me acosté con alguien más, dirá un discurso romanticón que culminará con un “Frank, te amo más que a la vida misma, por eso te perdono” y de seguro mi hijo y él te van a perdonar… pero Junior… a mí, no.

- Entonces… no, no… no les contemos nada, no tienen por qué saberlo

Frank dejó de ver por los binoculares y encaró a Way, riendo con algo de desconsuelo

- Uh!, pero hay un problema, Gerard me conoce muy bien, y cuándo me pregunté qué me pasa, qué le oculto, sé que voy a cantar como un pajarito y le voy a decir todo, yo a él no puedo mentirle.

- Bien, dile a mi papá… pero hazle jurar que no le cuente a Junior

- ¿Te importa? – Giró bien su cuerpo hacía Nicholas – Es decir, hace un rato me querías confesar no sé qué sentimiento… y ahora te preocupas por qué Junior se entere

- No me mal interpretes Frank – Bajó la mirada y habló con algo de duda en su voz – A ti te deseo de forma insana, pero a Junior lo amo, es solo que… - Mordió sus labios antes de respirar profundamente – Tu eres tan hombre y…

Decidió callar, y voltear a ver el cuartel con los binoculares

- ¿Y mi hijo muy chico? Eso lo sabías desde que llegaste de Londres a cogerte a Junior en cada rincón de nuestra casa, no seas atrevido Nicholas. Y si te parece muy chico, pues debiste esperar más… o simplemente olvidarte de él

Nicholas iba a responderle algo, pero la figura de Palladinno sentado en la parte trasera de un Rolls-Royce Phantom color negro le hizo olvidar lo que tenía para decir, codeó repetidamente a Frank

- Ahí sale, en ese Phantom ¡Ja, no sabía que en la DEA pagaban tan bien como para tener uno de esos!

- Seguro no es suyo, Palladinno es un pobre muerto de hambre – Tomó los binoculares y observó el auto salir por la rampa y seguir derecho, atravesando la calle lateral que circundaba el edificio en el que estaban

- Pasó cerca, muy cerca de nosotros. Anotaré las placas.

Nicholas dejó los binoculares junto a la caja de pollo frito, y a falta de papel o lápiz rayó la pared con la culata de la Colt “7694-egt-253”

- Ya está, iré al baño, Frank, no te distraigas con los colores, solo recuerda que el auto en que se mueve Palladinno es un Phantom con placas que comienzan por…

- 7694, ya sé – No despegó los ojos de los binoculares a pesar que el constante alejar y acercar el campo de visión le empezaba a causar un intermitente dolor de cabeza – No te tardes Jordan, no me estoy sintiendo bien y me da un poco de miedo estar solo

- No te preocupes Frank, pero sí quisiera pedirte, que jamás me vuelvas a llamar Jordan

- Fue el único nombre tuyo que recordé en el momento – Susurró sin saber, sin importarle si Nicholas lo había escuchado o no.

Unos 4 minutos después el auto en que se movilizaba el sargento volvía a pasar por la misma calle en dirección a la DEA, pero Palladinno ya no estaba dentro del vehículo. Los dos notaron el hecho en silencio, como también guardaron silencio cuando el auto volvió a salir del cuartel 15 minutos después, bajando por la misma calle

- ¡A la azotea Nicky! –

Frank habló apurado y salió corriendo del apartamento, Nicholas corrió detrás de él, y al llegar a la azotea, ambos se tiraron bocabajo en el mohoso piso, sus cabezas sobresalían del edificio, pero no eran perceptibles desde la calle, en una edificación con 17 pisos eso era algo muy difícil.
Observaron el auto negro avanzar despacio hasta un Deli a tres cuadras de allí, detenerse y esperar 30 segundos, tiempo en el que Palladinno dejó el local de comidas y se subió al Phantom, después de recogerlo el auto giró en la calle para retomar el camino al cuartel

- Ahí es donde almuerza el desgraciado- Frank se volteó de cara al cielo, cerrando los ojos al sentir el intenso brillo del sol en su rostro - ¿Será qué ahí cena también?

- Ojalá así sea, será muy fácil Frank, ¿Viste que entró sin escoltas?

Frank pronunció un ahogado “ajá”, y se sentó cubriéndose la cabeza con ambas manos – Voy a bajar, este sol me quema – Giró su rostro a donde provenía la voz de Nicholas y sin abrir los ojos pidió – ¿Podrías conseguirme algún analgésico? Me está matando una jaqueca que cada vez aumenta más


Mientras Nicholas salía a la calle, Frank marcó el número de la casa de Saldivar, una mujer le contestó y él pidió hablar con Junior

El chico entró corriendo del jardín al ser llamado, tomó el auricular y se sentó en el suelo al lado de la mesita del teléfono

- ¿Hola? –

- “hijo” – Frank luchó para controlar el tono de su voz, sentía que se quebraría en cualquier instante – “¿Estás bien Junior?”

- Sí papi, bien ansioso de ir a la ciudad ¿Tú y Nicky están bien?

-“No, pero lo estaremos una vez ustedes estén aquí, te amo muchísimo Junior, te amo con toda mi alma, nunca, pero nunca olvides eso”

Junior entrecruzó las piernas y con la mano izquierda empezó a jugar con el cordón de uno de sus zapatos

- No hables así pá, me da miedo cuando la gente habla así

- “¿Acaso no puedo decirte que te amo?” – Rió dulcemente – Junior, ¿Recuerdas cuando eras un niño y te hacías el bobo? – Volvió a reír con un poco más de energía

- Argh! Papá, ¿Por qué estás recordando eso?

- “Eras todo en mi vida, y aun eres todo en mi vida… yo pude soportar la supuesta muerte de Gerard gracias a tu hermosa presencia. Eres lo más perfecto que he podido hacer” – Aspiró profundamente una suficiente bocanada de aire y logró contener el nudo en su garganta por unos segundos más – “Junior, los humanos somos tontos, muy tontos a veces y nos equivocamos, pero cuando hay amor… el perdón…” – No logró contenerse, la culpa que sentía era mayor a sus propias fuerzas, y aunque el llanto le cortaba las palabras siguió hablándole a su hijo – “el amor, cuando es… fuerte… verdadero… eterno, sabe… sabe perdonar Junior, y es en los tiempos más duros… en los momentos más difíciles en los que… logramos medir a cabalidad el amor que sentimos… por los demás, por nuestros padres… por…”

- ¿Papi, por qué hablas así? – Se sobresaltó, levantándose del suelo, casi tumbando el teléfono - ¡¿Le hiciste algo malo a Nicholas?! Por eso dices esas cosas… ¡Qué le hiciste a Nicky, pásamelo ahora mismo, quiero hablar con él!

- “Cálmate Junior, Nicky está bien, no te lo puedo pasar ahora porque fue a una droguería a comprarme unos analgésicos, solo te digo estas cosas… porque…” - Apretó los labios, miró a la ventana y se odió una vez más por mentirle de nuevo a su hijo – “Estoy muy enfermo y solo quería que supieras que te amo…” – Vio la puerta abrirse y a Nicholas entrar por ella, le sonrió fugazmente y volvió a hablarle a Junior – “Acá llegó tu novio, ahora te lo paso” - Volvió a llenarse de fuerza para hablar y con un poco menos de llanto siguió – “Ese novio que esperó 6 años por ti, es un amor muy grande ¿No crees hijo? Un amor de esos no se puede lanzar por la borda, por culpa de los errores que se cometen cuando las circunstancias son adversas… él te ama demasiado… yo lo sé, porque al igual que él esperé muchos años por tener a quien amo entre mis brazos y créeme Junior, si el amor no es inmenso, es imposible esperar”

Nicholas escuchó aterrado las palabras de Frank, sintió que todo su cuerpo se congelaba, ¿sería acaso que Frank le contó todo a Junior? Se quedó de pie bajo el marco de la puerta, viendo a Frank llorar ahogadamente mientras hablaba con Junior

- “Voy a despedirme y a pasarte a Nicky, sabes que te amo, te amo… - Imprimió fuerza en cada te amo, como si quisiera hacerle saber a Junior que cada “te amo” era absolutamente real – “Te amo muchísimo”

Estiró la mano con el celular entregándoselo a Nicholas, quien lo tomó y antes de llevarlo a su oreja le preguntó en voz baja

- ¿Le contaste todo? –

- No, no fui capaz, no te preocupes – Respondió sin ocultar la amargura que sentía, prácticamente le arrebató los analgésicos a Nicholas y se fue a la ventana, a observar el cuartel con los binoculares

- ¡Hola amor! – Way se volteó de cara a la pared, recostando la frente en ella - ¿Cómo estás?

Junior volvió a sentarse en el suelo, se tranquilizó al escuchar la voz Nicholas y volvió a jugar distraídamente con el cordón de su zapato

- “Bien amor, extrañándote, deseándote, muriéndome de ganas por besarte cada rincón del cuerpo” – Sonrió, encogiendo todo su cuerpo al imaginar lo que decía – “¿Me extrañas y me deseas Nicky?”

Y en ese momento fue Nicholas Way quién no pudo contener la culpa que se escapó de su alma como lágrimas por sus ojos, como debilidad en su voz, asintió rápidamente con su cabeza, cómo si Junior pudiera verlo y susurró ahogadamente

- Te extraño, mucho, te deseo… también te deseo… y te amo

- “¿Nicky, qué demonios pasa con ustedes que los dos se ponen a llorar cuando hablan conmigo, y qué es toda esa mierda que mi papá me decía del amor y el perdón, acaso voy a tener que perdonarles algo?”

Nicholas no pudo evitar sonreír en medio de su llanto, había olvidado la perspicacia de Junior y cuanto amaba esa cualidad en él

- Amor, no te preocupes, es solo que Frank y yo tenemos miedo de fracasar en la caza de Palladinno y eso sería como fallarte… tal vez lo decía por eso

- “Ajá, cuando nos veamos me metes el dedo en la boca a ver si tengo dientes” – Dejó dejugar con el cordón y se levantó otra vez, cruzo un brazo debajo del otro con que sostenía el auricular – “Sabes que puedo ser lo que quieras, menos tonto, y algo muy raro está pasando, gracias a Dios son las 12:37 o sea que en menos de media hora saldremos para la ciudad, y cuando nos veamos frente a frente me vas decir la verdad Nicholas Way o el problema que te voy a armar será peor que una guerra mundial”

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