sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers III; Capítulo: #25

Capítulo: #25

Joseph Danes y William Roth se pararon dándole la espalda al fuerte sol de la mañana, a pesar del calor, ninguno se quitó el largo abrigo de paño que les cubría hasta arriba de los tobillos.

Danes tomó un sorbo de su café, miró alrededor, alegrándose con los árboles y el cuidado paisaje que los rodeaba

- No sé por qué los cementerios son tan hermosos, si quienes los habitan no los pueden disfrutar

- Bah, seguro es para que los vivos no sientan culpa de ver a sus muertos, es decir, de verlos en un lugar feo – Roth respondió sin ganas, sacó la cámara digital de su bolsillo y la enfocó sobre las lapidas que tenía en frente - ¿Le saco foto a una por una, o a todas juntas?

- A todas juntas y después una a la vez, el capitán quiere adjuntarlas a los certificados de defunción, para enviárselas al FBI, a ver si nos dejan de joder con este asunto.

Roth retrocedió y se inclinó un poco, tratando de abarcar las cuatro lápidas de mármol blanco, en la primera resaltaba en letras negras el nombre “Nicholas Way” junto a esa, estaba la de “Gerard Junior Iero Way”, algunas hojas habían caído sobre la siguiente, Roth se lo indicó a Danes, quien sin respeto alguno las retiró con el pie y se pudo leer mejor la inscripción que decía “Frank Iero”, y al lado, no muy alejada, estaba la última lápida, con el nombre “Gerard Way” en ella.

- Bien, ahora a cada una, ¡Que maldito trabajo este! – Se quejó

-Y eso que nos falta ir a New York, a sacarle fotos a la de Mikey, Tsukie y Sofía Way – Sorbió un poco más de su café y se quedó viendo los arboles que adornaban el cementerio.

Walter Cohen, subdirector estatal del FBI abrió la correspondencia después de su hora de almuerzo, del sobre sacó algunas fotografías y certificados oficiales, firmados por August Ross, director del Departamento Anti Drogas de New Jersey. Tomó la carta escrita a puño y letra por el señor Ross y comenzó a leerla

Señor Walter Cohen, en el sobre le adjunto los certificados de defunción y las fotografías de las lápidas de los occisos, a continuación, pasaré a relatarle los hechos y conclusiones a las que llegamos con la investigación.

Después de minuciosas indagaciones, llegamos a la conclusión que el incidente ocurrió de la siguiente manera:

El sindicado Gerard Way le disparó en la nuca al joven Nicholas Way, con una Colt calibre 44, acto seguido, el menor de edad Gerard Junior Way Iero, le disparó entre los ojos a Gerard Way con una Smith Wenson calibre 38. El sindicado Frank Iero tomó de entre las manos del ya muerto Gerard Way la Colt 44 y le disparó a su hijo tres veces, dos en el pecho y uno en la cabeza, lazándose por la azotea pocos segundos después del crimen.

Lastimosamente, cuando la unidad investigativa llegó al lugar, los cuerpos habían sido retirados ya. Tenemos fuertes razones para sospechar que el narcotraficante Marcos Saldivar fue quién se llevó los cuerpos y les dio cristiana sepultura.

Nuestro estimado sargento Guido Palladinno fue cruelmente torturado y asesinado por la ya inexistente mafia Way-Iero.

Con la presente certifico que yo mismo presencié la exhumación de los cadáveres, y verifiqué que pertenecían a los sindicados; le anexo además, las certificaciones y fotos de los occisos Mikey, Tsukie y Sofía Way. Muertos a manos de los New Yorkers, en retaliación por la muerte de Roger Novak.

Me despido cordialmente, con la alegría de informarle que la estirpe Way-Iero, ha sido exitosamente eliminada.

August Ross.
Capitán de la división de la DEA Trenton, New Jersey.

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