Capítulo: #3
Desconocido.
~ Desperté cerca de la 1:30 p.m., “Último día de libertad” me recordó mi conciencia. Luego de ese día nada sería igual, mi cuerpo tendría experiencia y mi vida giraría en torno a un matrimonio que desearía cancelar.
Me fui al muelle, nada estaba bien, el vacío aumentaba con cada respiro, dolía respirar, dolía vivir…
Llegue al lugar, me senté, no estaba ahí, tenía cierto presentimiento, no sabía bien cuál era el significado, pero a esa altura nada podía ser peor así que, me ‘despreocupé’.
Refugiado en mis piernas, mirando dentro de mis párpados, lloré, lloré y maldije, temí…
El problema no era dejar de ser virgen, el problema era saber que no sería feliz, que no estaría completo, que mi mitad nunca sería encontrada, que mis hijos serían fruto de una amistad inquebrantable y no de un profundo amor. Mis sollozos eran sonoros, sabía eso, pero no era mi problema; además… estaba solo.
Pero… Si estoy solo, ¿qué es ese peso en mi espalda? .
Me giré preocupado, diciéndome: “Contracturas… ¡lo único que me faltaba!” .
Y valla sorpresa me llevé.
-Perdón por abrazarte, pero creo que lo necesitabas tanto como yo necesitaba tu silencio.- me dijo, tenía razón, necesitaba su abrazo.- Si querés te dejo solo…- bajó la mirada al encontrarse con mis ojos.
-Gracias, no me molesta, quedate…- sus ojos me miraron con tranquilidad y ¿alivio?, no lo sé, pero de algo sí estaba seguro, eran los más hermosos que había visto jamás. Su pelo negro, lacio, sedoso, caía levemente sobre su frente de manera extremadamente serena.
¡Increíble!, hasta su pelo me transmitía paz en esos momentos. Las lágrimas cesaron, aún no entiendo por qué.
-Podes contarme si lo necesitas…- dijo mirándome tímido.
Lo pensé unos segundos, en verdad necesitaba hablar con alguien, pero… ¡Apenas lo conozco! ¡Es la primera vez que le dirijo la palabra!, y… por otro lado, me transmitía esa confianza y me miraba de esa forma que…
“¡Qué mierda estas pensando Frank Anthony Thomas!.”
Es verdad, puedo confiar en él, lo presiento…aunque creo que…
-O sea… es solo una idea, digo, después de todo… sigo siendo un extraño para vos…- me interrumpió desanimado.
¿Cuánto tiempo habré estado debatiendo con mi mente?
-Yo… la verdad es que… ¡Demasiada presión! Digo… ¡Me tienen recontra arto! ¡Manejan mi vida! ¡Me quiero ir a la mierda y no puedo!- asentía con la cabeza, entendía mi situación.
-¿No podes irte unos días a la casa de algún amigo o algo así?- me preguntó haciendo una mueca de “estoy pensando” que me resulto extremadamente graciosa. ¡Fantástico! La primera sonrisa después de dos días…
-Se darían cuenta que estoy allí, saben todo de mis amigos, bueno… en realidad no es que tenga muchos… pero saben TODO de los que tengo, les hacen una especie de “radiografía” en cuanto pisan suelo Iero. Es realmente molesto…-
-¿Iero? Me suena… creo que tengo unos conocidos Iero…-
-No es por nada… pero mejor que te alejes… no muerden pero… andan ahí... jajaja –se rió conmigo- no son malos… es decir, son insoportables represores, conservadores de mierda, pero malos no… sino… ¡Mirá esta hermosura que tenés en frente!-
-Tu novia debe ser la envidiada de la ciudad…-
-Ese es otro de los problemas… mi novia…-
-Entiendo…-
-No, de seguro no entendés. Pero es bueno que pienses que si…-
-Buuu… ¡Chico misterioso! jajaja-
-Tenés linda sonrisa, lastima que la mostras poco…- su rostro se contrajo- Podes confiar en mi… digo, ni siquiera se tu nombre y ya te conté parte de mis problemas…-
Me miró, sonrió y estiró su mano derecha.
-Gerard Way, un gusto… Sin nombre Iero-
-Gracias Gerard, Frank Iero-
-Te entiendo, ¿sabías Frankie?- “Frankie… ¡oh dios que lindo suena en boca de otra persona que no sea mi madre!”- me siento tanto o más vacío que vos… solo que mi situación es un tanto diferente…
-Entiendo, o por lo menos pienso hacerlo…-me quedé pensativo- al menos sos persona libre… yo pierdo mi libertad mañana…- dije triste.
-¿Delinquiste?- preguntó tratando de ponerle un poco de humor a la charla, tratando de salir de ese mundo de soledades y tristezas en el que parecíamos estar estancados, juntos.
-Para mi padre si.- me miró sin entender- algún día capas lo entendés…
-Está bien… no te voy a presionar… por ahora-
-¡oh el señor Way es mafioso! Buuu… miedo-
-Mafioso no, solo me acusan de llevar una mala vida, pero no fue mi elección…-
Estaba a punto de convertirme en el chismoso número uno y preguntarle a qué se refería con todo eso, pero, el destino quizás, hizo que su alarma sonara.
-¡Ups! Tengo que irme Frankie, fue bueno hablar contigo… te veo uno de estos días, ¿ok?-
-Gracias por todo Gerard…- dije tristemente, de verdad quería que se quedara conmigo.
-Gee para los amigos- dijo girándose luego de avanzar unos cuantos pasos. Sonreí y lo salude con la mano.
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