miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #10

Capítulo: #10

Atrévete a quererme.

- Pero Gerard, te lo digo como tu hermano…Deberías buscar ser feliz con él.-opinó mi hermano, una vez que terminé de relatar mi historia con mi Frank.

- No lo sé, Mikey…Como te dije antes, lo único que quiero es que sea completamente feliz…Y si está conmigo, no lo será. Y es por…-me interrumpió.

- Ya, ya lo sé… ¿Y que tal si las dejas?-preguntó en noto irónico. Odiaba su sarcasmo.

- No es tan fácil como crees. Y déjame decirte que ya lo he intentado…-desvié mi vista hasta Frankie y él seguía con sus ojitos cerrados…-Soy un desastre, Mikey…-suspiré…Esos suspiros…Auspiciaban lágrimas, en mí…-Ya…Ya no puedo más…-como supuse, comencé a llorar.

- Hey Gee…No llores…-mi hermano menor me abrazó, intentando decirme que no estaba solo en ello, como yo siempre pensé. Sólo…Sólo debía de confiar en él. Él nunca me rechazaría por nada, él era mi hermanito, al que yo siempre había cuidado y siempre lo seguiría haciendo…Pero, como él me dijo una vez, hasta los hermanos mayores necesitan del cuidado de sus hermanos menores…Escondí mi rostro en el cuello de Mikey y lloré, tan solo lloré como no lo había hecho en meses.

Necesitaba llorar, necesitaba tanto hacerlo, debía descargar todo lo que tenía dentro mío, y qué mejor forma que llorando…

- ¿Ge…Gerard…?-musitaron…Era Frankie…Había despertado al fin.

Frank’s POV

Luego de una X cantidad de tiempo, volví en mí…Dios, qué dolor de cabeza tenía, era horroroso. Bueno, desperté y escuché voces…Me parecían conocidas, pero no podía distinguirlas, no estaba del todo bien aún…Abrí un poco mis ojos pero no sabía donde estaba. Era un lugar pequeño, con una especie de cortina donde estaba encerrado. Era algo así como una cama con una cortina que la recubría. Empecé a escuchar sollozos…Esos sollozos…Me eran conocidos…Eran…Era sus sollozos…

- ¿Ge…Gerard…?-musité. El dolor de cabeza me mataba, no podía hablar casi.

Tampoco sabía qué me había pasado.

En menos de 15 segundos, lo vi…Había corrido esa cortina totalmente opaca que me separaba de todo y todos. Efectivamente, estaba llorando.

- Mi amor…-susurró Gee, abrazándome con fuerza y dándome pequeños besos en el cuello. Detrás de él, pude ver a Mikey… ¿Qué hacía Mikey ahí? ¿Y porqué Gerard me había llamado amor en frente suyo?- Lo siento, pequeño, lo siento mucho…-dijo entre sollozos. ¿Qué le pasaba a Gee?...

- Gee… ¿Qué te pasa?-lo separé un poco de mí y escurrí algunas de sus tantas lágrimas que aún fluían por su rostro…-No llores…-

- Perdóname…-dijo entre sollozos. Me partía el alma verlo así…-Tan sólo perdóname, Frankie.-se cubrió el rostro con las manos y continuó llorando.

- Creo que…es mejor que me vaya…-dijo Mikey y a continuación se fue, dejándonos solos…Sin más ruido que los interminables sollozos de Gerard.

- Abrázame, Gerard…-dije luego de un largo rato de silencio. Lo necesitaba…Mucho, mucho más de lo que cualquiera pudieses pensar. Prosiguiendo, Gee se acostó a mi lado y me abrazó. Sus lágrimas habían cesado ya, sólo habían dejado rojizos sus hermosos ojos verde miel y algo hinchados también. Me abracé a él, para sentirme protegido, protegido como no había sido en tanto tiempo sin él. Me refugié en su pecho y aspiré algo de su perfume, era el mismo ángel del que había velado el sueño tantas noches, el mismo que me había hecho reír, que me había hecho llorar, al que había besado, al que había amado…-Te amo, Gerard…¿Me amas también?-pregunté alzando la vista. Él me estaba mirando, tan atento como la primera vez…

-Te amo…Nunca, nunca dejé de hacerlo…-Gerard unió sus labios con los míos en un beso que queríamos eterno. Luego, los días se hicieron semanas y las semanas eran interminablemente felices, como en mucho tiempo no lo habían sido. Con Gee, habíamos empezado una relación totalmente nueva, sin rencores, sin secretos (o eso creía yo). Mikey nos ayudaba mucho para que pudiésemos estar juntos, además prometió guardar bien el secreto. Gee me había prometido que apenas termináramos el tour y volviésemos a casa, hablaría con Liz y comenzaríamos una vida totalmente nueva, los dos juntos, como debería de haber sido desde el principio…Transcurrido un mes, luego de una presentación, estaba ayudando a los técnicos de sonido desconectando amplificadores, no tenía nada bueno que hacer y Gee se había ido a Dios sabe dónde. Un detalle que se me olvidó mencionar, es que Gee desaparecía…Simplemente se iba en la noche y no regresaba en horas, luego, si lograba mantenerme despierto, le preguntaba dónde se había metido y él me evitaba, era extraño…

Prosiguiendo, aquel día luego del show, estaba desconectando amplificadores cuando escucho su voz llamándome: volteé y la vi…La vi ahí, abrazando a Gerard…Sentía cómo mi mundo poco a poco decaía, mientras veía sus sonrisas, el brillo de sus ojos… ¿Podría Gerard ser más feliz con ella? No tenía tiempo para pensarlo…Me eché a correr, algo cobarde, lo sé pero no quería quedarme y fingir que ella era una princesita. Me fui al bus, me “encerré” en mi litera, me abracé a mi almohada y no salí de allí…

- Dios, esto no puede estar pasándome, no ahora...-musité cubriéndome el rostro con mi almohada. Empecé a pensar en que Gee de verdad podría ser más feliz a su lado…Gerard siempre había querido tener hijos al igual que yo, yo amo a los niños, pero ni yo ni él nunca podríamos tener uno, obviamente, somos hombres. Comencé a llorar…sólo llorar, en silencio y solo.

Al cabo de casi veinte minutos, escuché que alguien entraba a aquella sección del bus: era Gerard.

- ¿Frankie estás aquí?-no contesté a su pregunta. Tan solo me di la vuelta y miré la pared del bus, abrazado a mi almohada, tratando de no sollozar y no emitir ruido alguno.- Frank, amor…Por favor…-sentí que se inclinaba ante mi litera y apoyaba sus manos en su cabeza y los codos sobre el borde. No contesté…No quería…el silencio reinó entre los dos…-Está bien, Frank…Si no quieres hablar, está bien, no insistiré.-se paró de allí y se dispuso a irse…

- No me dejes solo…-dije entre sollozos, llorando con fuerza, como si el mundo se acabara. Gee volvió a su lugar, corrió la cortinilla de la litera y se acostó conmigo, abrazándome por la espalda.

- Nunca te dejaré solo, mi niño…Nunca…-susurró a mi oído. Lo amaba tanto…

- Prométemelo…

- Te lo juro, mi amor…Te lo juro por mi vida que eres tú.

- Hablarás con ella, ¿cierto?-dije luego de calmarme. Me di la vuelta y lo miré a los ojos, abrazándolo también.

- Trataré, mi amor…Trataré…-acarició mi cabello y me besó la frente. Luego bajó con sus besos hasta mi boca. Y así estuvimos por un rato…Sin nada más que nosotros mismos, nuestro amor y la promesa de nunca separarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario