miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #11

Capítulo: #11

Now it’s raining more than ever.

Dos semanas más pasaron desde la “feliz” llegada de Liz. No sabía como podía resistir. Gerard estaba tras ella todo el tiempo, la abrazaba, la besaba, le susurraba al oído, le daba pequeños besos en el cuello y una infinidad de cosas más. ¡Era insoportable! Iba a explotar en cualquier momento e iba a decirle a Liz que se vaya, que dejara a Gerard de una vez que era sólo mío, pero no podía…Gee me había hecho una promesa y yo debía de ser paciente y esperar…Esperar...Pero no podía esperar para siempre…No podía.

Como decía, dos semanas después de la llegada de la pequeña y adorable Liz, paramos en Bellevue, Washington, para tomarnos un pequeño descanso. Ya habíamos estado más de un mes y medio en tour y lo necesitábamos, necesitábamos dormir en una cama de verdad, necesitábamos una maldita ducha.

En fin, luego de terminar todos los conciertos de ese día, aproximadamente a las 6:30 de la tarde, como se acostumbraba, una caravana de casi cien buses de casi cien bandas, se dirigieron al centro de Bellvue. Había alrededor de…12 hoteles allí, así que estaríamos todos bien. Nuestro bus era uno de los primeros, por ello no nos costó nada encontrar hotel. Cuando pudimos dejar el bus en un estacionamiento bastante apartado, ya que había fans por todos lados, bajamos nuestras cosas y fuimos todos al hall del hotel. Nos registramos y nos asignaron las habitaciones.

Gerard, como era de esperarse, pidió una con una cama matrimonial para él y su querida Liz. Yo tuve que tragarme mi envidia y demás e irme con Mikey, con él me había tocado compartir la habitación. Subimos al piso Nº 13, buscamos la habitación 341. Cuando la encontramos, entramos, dejamos nuestras cosas y peleamos por quién usaría primero el baño. Gané yo, por suerte. Mikey tenía movimientos algo torpes y lentos, lo que facilito mi tarea. Llené la bañera de agua caliente y, cuando estuvo llena, me despojé de mi ropa y me metí dentro de ella.

Mis problemas parecían desvanecerse junto con el vapor…Era tan relajante…No sé cuánto tiempo habré estado allí, pero cuando el agua ya estaba fría, salí, tomé una toalla, me sequé, me la envolví la cintura con ella y salí del baño. Mikey ya no estaba así que me deshice de la toalla, quedando desnudo en el medio del cuarto. Fui hacia mi maleta, saqué un par de jeans, una remera, un par de medias y me vestí.

Salí a dar un paseo por el centro de Bellvue, sin antes ponerme un par de lentes oscuros. Me habían comentado que era una ciudad hermosa y quería comprobarlo con mis propios ojos. Cuando salía de la habitación donde me quedaba con Mikey por cinco días, me encontré con la única persona que no quería ver en ese momento…: Liz.

- ¡Frank, Frankie! Ven., ven por favor, ¡tengo algo que contarte!-chilló totalmente eufórica. ¿Qué tenía para contarme ahora? ¿Gerard la había invitado a cenar? Bueno, yo sólo fui con ella, de mala gana, pero lo disimulé.

- ¿Qué ocurre, Liz?-le dije en el tono más amable posible, con una sonrisa dibujada en mis labios. Ella alzó su mano izquierda y me mostró una hermosa sortija de plata con una pequeña y fina fila de diamantes en el centro…- ¿Qué…qué es eso?-pregunté totalmente atónito. Mi sonrisa se había borrado, desde luego.

- ¡Gee y yo vamos a casarnos!-chilló nuevamente dando pequeños saltos de felicidad ante mí. Luego me abrazó y me dijo “¿No es genial?” a lo que yo no respondí…Estaba en total shock…

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