miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #12

Capítulo: #12

You can stand under my Umbrella.

- ¿Y Frankie, no vas a felicitarme?-dijo ella totalmente feliz…En ése momento comprendí que Gerard la había preferido a ella…Y que esa promesa de la cual dependía mi mundo, estaba rota, quebrada al igual que mi corazón...Sin poderlo prever, una lágrima corrió por una de mis mejillas.-Frankie…¿Estás bien?-preguntó algo preocupada.

- No te preocupes, Liz…es…Es la emoción de que uno de mis mejores amigos por fin pueda ser feliz con quien ama…-mentí-Felicitaciones, Liz…Sé feliz. Te lo mereces.-le di un beso en una mejilla y retomé mi camino: ahora, se dirigía adonde sea que mis piernas me llevasen.

Ya nada me interesaba…Ya no valía nada. Dirán que es todo muy injusto lo que Gerard me hacía y yo también lo pensaba, pero…Comprendí que él sólo quería ser feliz junto a una mujer, a la que seguro amaba al igual que ella lo amaba a él. Seguramente quería formar una vida con un futuro hermoso y resplandeciente, lleno de niños corriendo y jugueteando por doquier. Eso…Era algo que yo no podía darle.

Caminé y caminé, mientras mis lágrimas no cesaban de caer. Nacían en mis ojos, vivían en mis mejillas y morían en el suelo. Morían por su voluntad…

Aún no sabía y no lograba entender el porqué de la situación: Gerard me había prácticamente jurado que formaríamos una vida juntos, los dos…Que dejaría a Liz por mí…No que se casaría con ella y ese futuro no me comprometía en nada con él. Ese futuro era mío…

- ¿Cómo pude ser tan estúpido?-susurré para mí mismo, riendo al mismo tiempo que lloraba. Era totalmente irónico, era víctima de una broma pesada del destino…O era víctima del más hermoso asesino que pudiese existir en el mundo.

Igualmente, en ese momento pensaba que yo era un idiota por haberle creído una vez más a Gerard. Lo malo era que lo amaba. Lo amaba me gustase o no, las cosas eran así y yo no podía cambiarlas. Yo no era dueño de nada en la vida…

- ¡Oye, idiota, fíjate por dónde vas!-gritó una mujer…Alcé mi vista y ella estaba mirándome llena de furia.- ¡¿Qué tanto miras?! ¡¿Tengo monos en la cara o qué?!

- Lo…Lo lamento…-fue lo único que atiné a decir.-Yo…No…No quise, de verdad. Lo lamento.-ella me miró fijamente a la cara. ¿Sería porque estaba llorando aún?

- Discúlpame tú a mí. Por gritarte digo…-dijo ella, avergonzada de su actitud ante mí.

- No hay problema.-suspiré y enjuagué las lágrimas de mi rostro.

- Oye… ¿estás bien?-preguntó con suavidad, acercándose a mí.

- Mentiría si dijese que sí…-la miré directo a los ojos. Era preciosa…

- ¿Quieres un café? Yo invito.-propuso con una leve sonrisa en su bello rostro. Yo accedí. Aunque ella fuese una extraña, me inspiraba una especie de calidez y confianza increíbles.

Fuimos a una confitería del centro de Bellvue. En el camino nadie habló. En el local, pedimos un café cada uno y ahí empezamos a charlar.

Ella era Anne, tenía 23 años y era baterista de una de las bandas que participaban del warped. Vivía en Anderson, Indiana pero se había criado en Bridgeport, Connecticut; tenía una carrera a medio terminar de odontología. Era muy agradable hablar con ella, solo que no hablaba mucho. Parecía tímida, me agradaba. Tenía mi altura más o menos, cabello fino y negro, tan oscuro como sus ojos cafés. Tenía unos labios muy bonitos, eran casi iguales a los de Gerard…

En fin, cuando pudimos darnos cuenta, ya eran más de las 01:45 a.m., la estábamos pasando bien los dos juntos, hablando, tomando café y comiendo tarta.

Llamé a un mesero para así pedir la cuenta y pagarle.

- Oye, ¿qué crees haces?-preguntó, mirándome casi con rabia, cuando llamé al mesero y saqué mi dinero.

- ¿Pago?-dije en tono irónico. Por el momento, Gerard había salido de mi mente.

Pasar ese tiempo con Anne me había distraído mucho, era muy linda, en todos los aspectos de la palabra. Es decir, tanto física como psicológicamente. Por lo que había visto, tenía una gran, gran personalidad. Quería conocerla más a fondo…

- No me hagas reír, Frank. Te dije que yo invitaba.-hizo énfasis en la palabra “yo”- Así que pon tu dinero donde estaba.-tomó su cazadora, que por cierto era de Rutger's university Camden, donde yo había estudiado, sacó $20³ de uno de sus bolsillos y se dispuso a pagar.

- Deja eso, Anne. Yo pagaré.

- No lo harás, yo te invité.

- No me interesa. Soy un caballero, aunque no parezca.-mi comentario la hizo reír. Tenía una linda sonrisa, lastima que no la utilizaba mucho.-Hey, es verdad. Y por eso, pagaré yo.-iba a decir algo, pero me adelanté y pagué al mesero, que estaba parado a un lado de la mesa, casi riendo por el motivo de nuestra discusión con Anne. Era algo tonto, sí, pero bueno.

Me ofrecí a acompañarla al hotel donde se hospedaba y me sorprendí al ver que era el mismo que el mío. Me había mencionado el nombre de su banda…Creo que era The Ataris, no estoy seguro…Nunca fui bueno para los nombres.

- Supongo que…Nos vemos luego, ¿no?-dijo no muy convencida de sus palabras.

- Por supuesto. Tenlo asegurado.-esbocé una sonrisa sincera. Era la primera vez en el día que sonreía.

- ¿Cómo me habías dicho que se llamaba tu banda?-preguntó antes de irse.

- My chemical romance. Si quieres y si no tienes un concierto programado, mañana a las 12:45 nos presentamos en el escenario principal, como teloneros de MXPX…Me gustaría verte allí.-volví a sonreír.

- Hmm, déjame pensar…-comentó dudosa. Me parecía que lo hacía en broma…-Mentira. Obvio, Frankie, estaré allí. Si no me equivoco…Nuestros conciertos comienzan a eso de las 2 p.m. y finalizan a las 5. La prueba de sonido es a las…1:30…Qué mierda, no importa. ¡Me verás ahí en primera fila!-rió un momento, junto conmigo y luego volvió a su estado “normal”, seria.-Entonces, nos vemos mañana.

- Nos vemos luego. Son más de las 2 de la mañana, Annie.-ella volvió a reír.

- Tienes razón. Entonces, hasta luego. Duerme bien.

- Gracias, tú también.-contesté sonriéndole. Ella se inclinó ante mí y me dio un suave beso en mi mejilla derecha. Luego, se retiró.

Estaba dispuesto a hacer lo mismo pero alguien me lo impidió. Era…

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