miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #13

Capítulo: #13

Don’t you feel my heart’s beating for you?

- ¿Gerard?-No sabía cómo podía ser tan descarado como para ir a interponerse en mi camino después de lo que me había enterado…- ¿Podrías dejarme tranquilo de una buena vez?-lo miré lleno de rabia e indignación.

- ¿Quién era ella?-cuestionó de inmediato.

- ¿Te importa?-no cambiaba mi actitud. Era…Dios, era estúpido lo que hacía. No tenía sentido estar “celoso” de Anne, cuando ahora él se iba a casar con Liz.

- Pues…sí, sí me importa.

- No puedo creer lo que estás haciendo, Gerard.-dije dispuesto a irme nuevamente.-Realmente no puedo creer que tengas las agallas para hacerlo.-caminé hacia el ascensor pero él se interpuso en mi camino de nuevo.- Oye, para ya con tu jueguito.

- Frank…Dime algo.-dijo con total tranquilidad como si nada. Estaba logrando algo que nunca pensé que lograría…

- ¿Qué mierda quieres ahora, Gerard?-interrogué colérico por sus actos.
- Me amas aún, ¿no es así?

- ¿Sabes qué, Way? Puedes irte bien a la mierda. Tú, tu linda Liz y tu puto futuro. Ya no me interesa lo que hagas. Me mentiste, Gerard. Rompiste tu promesa y, lo que es peor, me decepcionaste. Y te digo una última cosa: nunca lograrás ser feliz. Y ¿sabes porqué?-meneo su cabeza en señal de que su respuesta era un “no”.-Porque nunca encontrarás a otra persona que te ame como yo lo hice y lo hago. Nunca encontrarás a una persona tan incondicional como yo, nunca…-me interrumpió. Iba a golpearlo, lo único que tenía en mente en ese momento era que quería golpearlo y dejarlo con tu bella y delicada nariz rota y sangrante.

- Tú sí serás feliz sin mí, Frank. Piénsalo.

- Sabes que nunca sería feliz si no estoy contigo, Gerard…No puedo creer que seas así…

- Serías más feliz al lado de una mujer u otro hombre que a mi lado, Frankie…-hizo ademán de acariciar mi rostro pero lo rechacé.-Parece que tendré que dejar de ocultarme detrás de la máscara del “flamante frontman de My chemical romance”, ¿no es así?-comentó dirigió su mirada hacia el suelo.

- ¿A qué te refieres?-pregunté confundido. ¿Qué me ocultaba Gerard ahora? ¿Acaso era eso de lo que yo siempre había sospechado y…?

- Me refiero a mis “famosos problemas”, mi amor…a eso.-mis pensamientos fueron interrumpidos por él para decirme lo que yo ya sabía. Pero ¿cuáles eran esos malditos problemas? Me desesperaba ya no saberlo…

- Primero: no soy tu amor, pedazo de idiota. Segundo: ¿serías tan amable de por lo menos decirme cuáles son esos problemas que están fuera de mi conocimiento?

- Por favor, Frank, no me odies…-levantó su vista y pude ver lágrimas rondando por el borde de sus párpados. Si lloraba, no lo soportaría y le diría que todo estaba bien…Lo abrazaría y besaría como antes...Me rendiría a sus pies, tal y como siempre había sido.-No por tratar de cuidarte…

- ¿Cuidarme? ¿Escuché bien, Way? ¿Haz dicho “tratar de cuidarte”?-hice énfasis en la última palabra. No me imaginaba lo que estaba haciendo…Estaba completamente cegado…-

- Frankie, no me hagas esto…-su voz se quebró. Él me hablaba bien, y yo lo trataba peor que a alguien que merecía ser repudiado…como a un…Violador o algo así. Pero yo no me daba cuenta…Yo no sabía cuánto le dolía a Gee que yo lo tratase de esa forma.

- ¡No, Way! Otra vez a mí con tus llantos no… ¡No otra vez! ¡No lograrás doblegarme esta vez, Gerard! ¡No como siempre lo hacías y yo simplemente me rendía ante tus pies!-vociferé lleno de ira. Ese no era yo…Definitivamente, algo llamado despecho me había poseído en mi totalidad.

Cuando terminé de gritarle todo lo que tenía dentro, él no tardó ni dos segundos en romper en llanto. Decía cosas pero no podía entender ni una sola palabra, sus sollozos eran fuertes y su llanto ni hablar. Trataba de acercarme a él, para consolarlo o algo, pero no había caso, no podía…No tenía las malditas agallas para ir y abrazarlo después de toda la basura que le había dicho.

- Frank, abrázame…abrázame, mi amor, te necesito…-fue lo único que pude entenderle y lo que más claro dijo. Y eso hice…Lo acobijé entre mis brazos y él paró de llorar, me miró a los ojos y reprodució uno de sus tantos te amo. La verdad era que ninguno de los dos soportaba ver al otro llorar, era algo más fuerte que nosotros.-Te amo, Frankie…Te amo y siempre te amaré…Por siempre.-dijo con firmeza, ocultando su rostro en mi cuello.

- También te amo, Gee…Yo también te amo y te amaré por siempre.-corrí algunos mechones de cabello que tenía en su frente y la besé. Nos quedamos un buen rato así, callados, abrazados. Cada tanto, nuestras miradas chocaban unas con otras, colisionaban y daban a luz a una hermosa y sincera sonrisa que, sin duda, provenía del corazón de cada uno de nosotros. Nos amábamos y nuestro amor era igual a aquellas puestas de sol que adorábamos ver: nuestro amor era puro, hermoso e indescriptible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario