miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #16

Capítulo: #16

Because I want you.

Me apoyé sobre el borde del balcón y observé el crepúsculo. Era tan hermoso, tan pacífico, tan cálido. El cielo predecía que iba a ser un día hermoso…Con sus tonos naranjas, rosados, amarillentos, rojizos.
Bajé mi vista. En la calle, ya había gente caminando. Gente, simples personas, con su mente ocupada o perdida.
Me quedé allí, simplemente con la mirada perdida entre los leves rayos del sol que apenas nacían en aquel crepúsculo tan hermoso. No pensé en nada, no quería pensar en nada…Hubiera dado lo que sea para desconectar mi mente aunque sea por un par de horas, tan sólo para no pensar en ella, en él, ni en mí…
Y si…¿Lo mejor era dejar que las cosas tomaran su propio rumbo y yo busque ser feliz con otra persona? Tal vez sería lo mejor…Tal vez debía conseguirme una pareja estable…Me refiero a una mujer, una mujer que me ame y a la que yo pueda amar.
- Eso haré…Lo haré por ti, mi amor…-musité para mí mismo-Y lo haré por mí.
Cuando el sol se elevó del todo, volví a entrar a la habitación, para así no despertar a Gerard. A todo esto, él seguía dormido en la misma posición en que estaba cuando lo dejé.
Me volvía a acostar y me tapé con las sabanas. Cuando me acosté, le di la espalda a Gee. Digamos que mucho no duré así, pues me volteé al poco tiempo. Me acerqué a él hasta sentir su tibia y lenta respiración, hasta escuchar el latir de su corazón. Alcé una mano y apenas con la yema de mis dedos, acaricié su rostro. Se veía tan lleno de paz, tan tranquilo, tan hermoso…
Unas lágrimas escaparon de mis ojos…Odiaba no poder estar con Gerard, me destrozaba, me carcomía, me mataba, me quemaba, me aniquilaba poco a poco, lenta y dolorosamente…
- ¿Por qué, Gee?-sollocé, bajo- ¿Por qué no puedo ser feliz contigo, amor?...
Lo abracé con delicadeza y aspiré su aroma. Sentía mis lágrimas caer una por una, lentamente…Como la lluvia de primavera. Permanecí así por un largo tiempo, hasta que sentí que ya no tenía lágrimas que llorar. Aún abrazando a Gerard, miré un reloj que había en la pared que daba con el respaldo de la cama. Eran las 8:45. Todavía faltaba para las 10:00. A esa hora, Brian iría de puerta en puerta en los cuartos que nos habían tocado, para despertarnos y avisarnos que era hora de ir a tomar el desayuno. Luego, iríamos a preparar el escenario para el concierto de apertura. Revisaríamos el sonido y a las 12:45 empezaríamos a tocar. Como éramos teloneros, el concierto duraría poco…Terminaría alrededor de la 1:15. Después descansaríamos un poco y empezaríamos a tocar por nuestra propia cuenta en un escenario secundario. Eso sería como a las…
- ¿Gee?-dije sobresaltado de repente. Había sentido sus brazos alrededor de mi torso y, como no se había movido antes ni nada, me sobresalté.
- Frank…¿Me amas?-preguntó refugiándose en mi cuello.
- Demasiado, amor mío-entrelacé mis brazos detrás de su espalda, abrazándolo también.- Gerard…Querría…Hablarte sobre algo…Que estuve pensando…-le comenté, incorporándome en la cama. Él lo hizo también y me miró fijo.
- ¿Qué pasa?-preguntó. Pude notar el nerviosismo en su voz…Tenía…Miedo…De lo que pudiese decirle.
- Estuve pensando mucho y…creo que lo mejor sería que terminemos con toda relación entre nosotros que esté fuera de lo que es una buena amistad.-dije tratando de ser firme y que mi voz no se quebrara.
- Pero…Frank…-balbuceó con sus ojos cristalizados y casi con desesperación. Sin embargo, continuó…- Frankie, mi amor…Tú…Tú me amas, ¿no es así?-dijo tomando mis manos entre las suyas y comenzando a llorar…
- Más que a nada…Pero por favor, Gee…No llores-no logré mantenerme mucho en mi puesto del niño fuerte, mi voz se quebró. Abracé a Gerard nuevamente y lloramos juntos. Él lo sabía, yo lo sabía…Nunca seríamos felices porque nunca podríamos estar juntos sin preocuparnos por nada ni nadie…Todo era tan injusto…Tan injusto…
No tengo idea de cuánto tiempo estuvimos abrazados llorando, pero pareció una eternidad…Una eternidad en la que nuestras almas sufrieron juntas y nuestros corazones maldijeron el día en que todo se había ido al carajo, literalmente.
- Frank…Vayámonos de aquí…-dijo Gerard, sin rodeos.
- ¿Qué?-cuestioné atónito. ¿Acaso Gerard…El mismo Gerard que había conocido hace ya casi cuatro años…Me estaba pidiendo que me escapara con él?

No hay comentarios:

Publicar un comentario