miércoles, 4 de julio de 2012

Dirty little secret; Capítulo: #7

Capítulo: #7

“¿Cuándo saldrá el sol para mí? Será...será que tendré que esperar a que ésta terrible tormenta acabe. ¿Acaso acabará?”

Todo en mi vida volvió a la “normalidad”. Es decir, volví con la banda e hice mi papel de aquí no ha pasado nada. Con respecto a Gerard…Bueno, Gerard…Él estaba saliendo con aquella “niña linda” que había mencionado. Se veía tan feliz…La envidiaba tanto, pero tanto…Igualmente, no era mala ni nada por el estilo. Es más, ella era adorable, era un amor, un completo caramelito. Lo único bueno era ver bien a Gerard…Sólo podía esperar. Y muchas veces me pasó por la cabeza qué será de la niña enamorada de Gee si él la deja por mí…Parecía egoísta, lo sé, sería pensar sólo en mí, pero si yo no pensaba en mí, ¿quién más lo haría? ¿La niña? Lo dudo mucho. Ella no debía de saber cuánto era el dolor en mi interior por verla besar, abrazar y hacer sonreír a Gerard de esa forma; verla estar en los brazos del hombre que yo amaba con tanta pasión y fuerza…A veces me preguntaba si sólo debía de olvidarme de Gee, cerrar ese capítulo de mi vida y comenzar otro, con otra mujer u otro hombre, el o la cual me ame como yo a ella o él. Pero…No podía.

Simplemente no podía. Gerard era demasiado para mí y yo era poco para él. Él se merecía a alguien que alcanzara su rango social, etc. En fin, los meses pasaron…Todo muy bonito, pero Gerard no cumplía su promesa… ¿Qué andaba mal con él? ¿Porqué yo no podía ayudarlo?

Prosiguiendo, casi inmediatamente, cuando volví a la banda, nos pusimos a componer un nuevo disco. Era “la” promesa para My Chemical Romance. Eran ya principios de octubre del 2003. El tiempo había pasado…Vaya que había pasado rápido desde que había entrado a MCR. Al poco tiempo, mi cumpleaños. Hubo una gran, gran fiesta con amigos de la banda, otras bandas, etc. Pero eso no importaba mucho ahora.

Mes de enero, frío que calaba los huesos en New Jersey, pero una noticia buena había alrededor: nuestro segundo disco estaba terminado. Era magnífico, el sonido era genial y la voz de Gee acompañaba muy bien. Nuestro arduo trabajo de casi cuatro meses había cobrado vida, ahora necesitaba florecer y dar frutos.

Realizábamos giras de no más de dos, tres o hasta cuatro semanas. En ese momento, para nosotros, era toda una revolución, era extraño vivir en un bus, tocar todos los días y no hacerlo en antros, hacerlo al aire libre, y lo peor, de día.

No estábamos acostumbrados. No éramos de esas bandas que tocaban en festivales ni nada. Tocábamos mayormente en los antros más “underground” de New Jersey, donde sólo había luces de pequeños reflectores. Bueno, los meses pasaron…Fuimos ganándonos más fans de los que pensábamos, todo era como…irreal. Un sueño y una pesadilla hechos uno. Al poco tiempo, Matt, nuestro baterista, nos dejó por problemas internos, discusiones, etc. Además, no estaba tocando muy bien en vivo así que debimos decirle que nos abandonara. Luego, mientras estábamos en una pequeña gira por Utah, conocimos a una banda bastante famosa: The Used. Junto con ellos, vino el mejor regalo que podríamos haber pedido para la banda: Bob Bryar. Sonidista de The Used en gira y, para nuestra suerte, baterista. Nos fuimos conociendo. Eran un gran tipo, nos llevábamos bien con él. Le preguntamos si quería unirse temporalmente mientras estábamos en ese tour y todo fue bien. Luego, Bob se quedó. Nos sentíamos tan a gusto con él como él con nosotros.

Año 2005, dos meses antes de que nuestra querida Liz se uniera a nosotros en la actualidad. Nos habían convocado para el famoso “Vans Warped Tour”. El tour que daría un giro de 360º a mi vida…
Viernes 6 de mayo del 2005. Eran aproximadamente las 12 del mediodía en Bellville. Teníamos que partir lo antes posible a Carson, CA, para las 6:00 p.m. del día siguiente e instalarnos, conocer los escenarios, ensayar, etc, etc, etc. Brian, nuestro anteriormente mencionado manager, pasó por Ray, nuestro guitarrista.

Más tarde por mí y después por los hnos. Way, por último pasaríamos por Bob, ya que él no era de New Jersey, era de Chicago, Illinois. De camino a la residencia Way, pensaba en qué sería de mí teniendo a Gerard tan cerca y sin Liz...

-Oye, Frankie, ya vuelve de tu nebulosa.-exclamó Ray haciendo reír a Brian. Yo simplemente estaba ajeno a la situación, en mi “nebulosa” perdida en tiempo y espacio. El sonido del claxon de nuestra van hizo que reaccionara, ya que habíamos llegado donde los Way.

Allí, esperamos por ellos más de veinte minutos…Y nada. No había señal de vida de los hermanos.

-Que alguno de uds. baje a ver qué hacen ese par de revoltosos.-propuso Brian, desganado y cansado de esperar por ellos.

-Frank, ve tú.

-Hey, y ¿porqué yo?-pregunté casi indignado por su decisión “unánime”.
-Porque tú conoces la casa y tienes llave. Además…Ninguno de nosotros tiene ganas de ir y buscarlos. Ve tú, chiquitín. Haznos el favor… ¿Sí?

-Ash, ¡está bien! Pero que conste-hice énfasis en la palabra “conste”- que ya me deben…-pensé un momento- muchas.-bajé de la van, saqué mi llave de la casa Way, la coloqué en la cerradura pero justo en ése momento, se abrió estrepitosamente la puerta.

-¡Gerard, ya levántate, por Dios!-vociferó el menor de los Way, desde afuera de su hogar hacia adentro, con sus maletas en mano. Se notaba molesto. Mikey tenía sus diferentes expresiones serias. Unas muy, muy serias y otras no tanto.-Disculpa, Frank. Es que Gerard me saca de mis casillas. ¡Todavía no se ha levantado de su cama! ¿Puedes creerlo? No puedo creer tener un hermano así…-comentó con un notable mal humor. Al parecer, ya empezábamos mal nuestro primer gran tour. ¿Qué nos esperaría luego?

-¿Quieres…Quieres que yo vaya con él y…No lo sé…Intente convencerlo de que se levante?-en verdad quería volver a verlo dormir, tal como lo hacía antes, y ésa era una buena oportunidad que no dejaría escapar.

-Haz lo que se te pegue en gana, Frank.-Mikey se dirigió a la van, subieron sus maletas a la parte trasera y él también subió. Y yo hice lo que se me pegó en gana: fui donde Gerard.

Entré a la casa Way, cerré la puerta y fui escaleras arriba. Pasillo perpendicular a la escalera ¿izquierda o derecha? Izquierda, fondo del pasillo, habitación de Gerard.

¿Cómo no saberlo? Tantas noches había pasado yo allí…Me detuve frente a la puerta un momento, cerré mis ojos y recordé cuando le confesé a Gerard que lo amaba. La melancolía invadió mi corazón una vez más y una gruesa y dolorosa lágrima corrió por mi mejilla derecha. Sollocé un momento pero me detuve y tomé el picaporte de la puerta. Lo giré lentamente y abrí la puerta con sigilo. Levanté mi vista y ahí estaba, entre sus sabanas y su cama deshecha. Sus sabanas estaban enredadas en su cintura, el torso y las piernas estaban al desnudo y a mi vista.

Dormía tan plácidamente que daba pena despertarlo sacarlo de sus sueños…Me acerqué despacio a él, procurando no emitir ruido alguno para no interrumpir su sueño. Me senté al borde de su cama y lo observé con detenimiento: su cabello estaba desordenado, había saliva seca en la comisura de sus labios y roncaba un poco, pero su esencia era la de un ángel. Él seguía siendo mi ángel…En un momento, me incliné sobre él sin rozar mi cuerpo con el suyo, sólo para verlo más de cerca, pero…

No hay comentarios:

Publicar un comentario