viernes, 3 de agosto de 2012

Dime, ¿cuándo lo harás por mí?; Capítulo: #4

Capítulo: #4

Si Te Odio Hasta Decidir...

Me miro al espejo, arreglo mi flequillo y termino por acomodar mi chaqueta. Luzco bien, si debo admitirlo soy bastante guapo. La presentación de hoy es importante, uno de esas junto a otras bandas, entre ellas The Used.

Bien, odio a Bert. Detesto que se acerqué a lo que yo vigilo todos los días, a lo que yo cuido, a lo que soporto y más importante aun a lo que amo. Odio que se acerque a Gerard y le voy a demostrar a ese alcohólico-drogadicto que Gerard es de mi propiedad.

-my Chemical romance!-dice uno de los productores y todos le miramos- salen en 5.

Listo, tomo mi guitarra y respiro hondo para salir al escenario. Cuando es la hora, comenzamos a subir.

Primera canción, The end. La voz de Gerard se oye fuerte y potente, me concentro en mi guitarra, no quiero ningún tipo de contacto visual con el, puede que me hechice como otras veces.

No se cuanto rato a pasado, pero ya llevamos unas cuantas canciones, cuando llega a “mama”. Sus voz se oye mas melosa de lo normal y sus movimientos se vuelven mas sucios, ya se a donde quiere llegar con esto. Rápidamente y evitando el contacto me acerco mas al público, intentando alejarlo de mi. Fallo, el rápidamente se acerca por mi espalda y comienza a recorrer mi pecho con su mano, cantando la canción.

-que haces Gerard?-le susurro, Gerard deja que el publico cante para responderme

-Frankie, eres solo mío y lo sabes. Esto es solo un recordatorio-dice el y se aleja.

No sin antes premiar a la audiencia y regalarle un poco del amado “Frerard”, ósea se apodera de mis labios frente a todos los asistentes. Pero ya lo dije ante no dejaré que gane, le muerdo el labio. Y el se aleja maldiciéndome.

Termina la presentación, salimos rumbo a los camerinos y me topo con mi nuevo amigo, Alex.

-¿qué tal?-digo

-tocaron estupendo hoy! Y tu guitarra fue magistral!-dice sudando

-¿dónde estabas?

-en medio del público, me dejaron en el piso-sonríe

-que bueno que te gusto-dice y comenzamos a caminar rumbo a los camerinos y un guardia lo detiene

-tranquilo viene conmigo-digo y Alex sonríe agradecido

-me preguntaba, puedes darme una pequeña reseña para la revista?. Sigo si no es mucho pedir-

-claro que si, no es ninguna molestia-digo- espérame, voy a dejar a Sinatra y vuelvo

-por supuesto, te espero-dice acomodándose en uno de los amplificadores.

Entro al cuarto pensando, recuerdo con exactitud sus movimientos, provocaciones. Aquellos movimientos con los que me cautiva para caer ante su encanto, aquellos con los que me engatusa para llevarme al cielo y luego hacerme caer en la realidad de manera brusca.

Entra de manera apresurada, con alguien...

-¿aquí?-dice alguien

-Ash no te hagas de rogar, donde sea-dice una segunda voz, la de Gerard

-y si viene alguien?-pregunta

-que se pudra-dice la voz de Gerard, me meto al baño, cierro cuidadosamente, con seguro, para que no me descubran. ¿En que andas mi querido Gee?

Silencio, solo se oyen forcejeos y como vidrios se rompen, quien quiera que sea el que lo acompañe esta dejando un desastre.

De pronto solo se oyen gemidos, gritos desesperados, sin duda está con alguien, como siempre. Con orgullo pido a mis ojos no derramar lágrimas, no mas. Ya son suficientes, no quiero seguir así.

De poder saldría corriendo, gritaría mas no poder con rabia, hacia ti y más hacia mi. Por tener esto en medio del alma, clavado y sin querer salir...

Silencio, el infierno acaba. El cuarto vuelve a la tranquilidad y apego mi oreja a la puerta para oír su conversación...

-¿te digo una cosa Bert?-dice Gerard, Bert. Ese idiota, siempre metiéndose donde no lo llaman...

-¿qué Gee?

-eres un puto, sin ofender amigo. Pero lo sabes-dice Gerard con la mayor crueldad. Bien, odio a Bert, lo detesto. Pero sin duda esas palabras le deben haber dolido demasiado.

El solo calló. Yo mire el techo rogando que no noten mi presencia.

-bien Bert, se lindo y guarda el secreto, ok?-dice Gerard

-como siempre Gee-dice Bert y se oye como cierran la puerta de golpe.

Lo siguiente son unos profundos sollozos, sin duda Bert no es lo que demostraba, ni tampoco lo que yo creí que era.

Al cerciorarme de que la habitación esta vacía, salgo.

Algo abrumado y con pequeñas gotas de líquido cristalino, me encuentro con Alex.

-Frank, estas bien?-dice y niego con la cabeza

-vamos, olvídate de esto. Nos largamos-dice y lo miro.

Alex, es un ángel. Sin duda un chico que cualquiera quisiera tener, pero yo no. Yo me enamoré del peor patán.

Salimos del lugar y el me aconseja envíe un mensaje avisando que me había ido. Luego me lleva un parque, para consolarme. Su voz es dulce y confortadora, sus palabras sabias, sin duda con buenas intenciones. Algo raro tiene, no malo, pero algo que me obliga a confiar en el, algo que me hace querer decirle todo y no tener miedo de llorar en su hombro.

Abro la boca para decir siquiera un “gracias” y las palabras no abandonan mis cuerdas vocales, solo sale un suspiro.

-no hace falta Frank, yo se que se siente-dice el y miro sus ojos

-gracias Alex-digo y el me sonríe.

-no te preocupes, eres uno de mis ídolos y siempre estaré dispuesto a ayudarte-dice el y le beso los labios de manera corta y dulce.

No lo amo, pero es algo que no puedo explicarlo. Solo, lo estimo mucho.

-eres un gran amigo-digo

-gracias por permitirme serlo-dice y sonrío

-creo que debo volver-digo y el asiente.

Regreso al hotel con el sabor de sus labios aun en mis sentidos, inundado de su aroma y mas aun agradecido de su compañía.

-así que sigues en las andanzas, no Iero?-dice Gerard a verme entrar

-¿qué?

-y otra vez te vas con aquel periodista ofrecido-

-mira, cállate, por que en no más de 5 minutos. Logro lo que tu llevas meses tratando-digo

Eureka! Un disparo directo a su ego.

-¿qué-que-quie-res decir?

-eso, el logró confundirme y hacerme adicto a su sabor, en 5 minutos. Cosa que tu llevas meses tratando-sonrío –bueno, creo que esta fue una agotadora noche, ya sabes mucha actividad. Buenas noches Gee- le miro por última vez y me acerco un poco para rosar sus labios y unirlos brevemente.

Subo a mi suite y lo primero que hago es destrozar todo lo que veo a mi paso, todo lo que se cruza en mi camino.

-Por todo lo que me haces pasar!-pateo la puerta- por todas las lágrimas-rompo los adornos- por todos tus malditos abusos!-rompo el espejo.

-es por eso Gerard, solo por eso que te odio-digo cayendo rendido al cansancio y a la frustración de no tener lo conmigo, de que no me pertenezcan sus suspiros, sus caricias, de no despertar a su lado... de no escucharlo decirme “te amo”.

De no ser yo para el, lo que el es para mi...

Si te odio hasta decir Gerard. Dime, ¿cuándo lo harás por mi?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario