domingo, 12 de agosto de 2012

Think happy thoughts; Capítulo: #17

Capítulo: #17

Se fue con una gran sonrisa en el rostro. Me quedé observándolo hasta que se subió a su moto. Era extraño todo lo que sentía por él. Nunca creí, poder volver a sentir. Él había despertado todo lo que yacía durmiendo en mi interior. Todos esos sentimientos que creí muertos en mí.

— Disculpa -se acercó un chico alto, cabello negro hacia el lado, una expansión en su lóbulo izquierdo, ojos azules. - ¿Conoces a Frank?
— ¿Frank? ¿Frank Iero? -pregunté
— ¡Si! ¿Está aquí? -dijo mirando hacia todos lados. Él no me agradaba. Algo en el no me gustaba
— No. Está corriendo. -apunté a la pista- ¿Quién eres?
— ¡Oh que mal educado soy! Mi nombre es Derek. -estreché mi mano- ¿Tú eres...?
— Gerard. ¿Eres amigo de Frank? -pregunté
— Si -sonrió mientras sacaba su celular.

Lo observaba atentamente. Me había olvidado por completo de que Frank, estaba en competencia. Ese chico no me gustaba (como ya lo dije) y no quería que estuviese allí. Me daba un mal presentimiento.

— ¡Frank! -lo besó. Quedé pasmado ante esta imagen. Ese idiota estaba besando a mi...a mi Frank y él no había hecho nada por detenerlo. Me fui.
— ¡Gerard! -escuché a mis espaldas y no volteé, si lo tenía enfrente lo mataría. Caminé más rápido. El camino hasta mi auto se hacía eternamente largo, hasta que me subí y lo dejé allí, gritando al aire.

¿Como mierda se atrevía a hacerme algo asi?. Yo, que había hecho callar a esa estúpida vocecita que me decía que no era correcto. Yo, que dejé que mis sentimientos hablaran por mi. Ni cuenta me había dado cuando ya estaba empapado en lágrimas. ¿Tanto me afectaba lo que había visto? ¿Tanto me afectaba el hecho de verlo con otro? ¿Qué mierda significaba ese beso? ¿Por qué?. Mi cabeza ya estaba doliendo de todas las interrogantes que la atormentaban. Llegué a casa y puse la música a todo lo que daba. Sonando: Astro Zombies, Misfits.La puerta comenzó a sonar y escuché gritos como "¡Baja el volúmen!" "¡Vive gente adulta en este edificio!". Más le subí al equipo, hasta que ya no escuché gritos. Me tomé toda la botella de vodka que había en el mueble de cocina.
Desperté con el molestoso sonido del celular y con un dolor de cabeza espantoso. El identificador decía su nombre...Frank. No contesté y solo apagué el celular. Luego de levantarme, noté que tenía unas enormes ganas de vomitar. Fui hasta el baño y allí expulsé todo lo que había bebido. Me sentía mejor, el dolor de cabeza estaba disminuyendo.
La puerta de mi casa, habría sonado unas ¿10 veces? durante el día. Bob y Frank, vinieron. A ninguno le abrí. No tenía ganas de saber de ninguno de ellos. Esto me molestaba demaciado...Me estaba sintiendo dependiente de Frank. Toda situación referente a él, me afectaba.

— ¿Qué mierda quieres? -abrí y me fui hacia la cocina
— Quiero que hablemos -sentí como cerraba la puerta
— ¿De qué? ¿Del beso que le diste a ese chico? ¿Tu novio? -me volteé y me crucé de brazos. Estaba demaciado enojado, de no ser por que lo quería tanto, le habría hecho mierda el rostro.
— No es mi novio, Gerard. Y deja de hacerte el celoso, que no te resulta -una malvada risa se asomó en sus labios.
— ¡¿Tú crees que estoy feliz de haberte visto besar a otro?! -levanté las manos al aire- ¿Quien era ese tipo?
— Un amigo -musitó
— ¿Un amigo? ¿Tu te andas besando con tus amigos? ¡Vete, Frank! No te quiero ver -me encerré en la habitación.

Sin quererlo, me hundí en un profundo sueño. Era algo extraño. Leah, me hablaba. Decía que Frank...Que Frank, era para mí. Era un cosa muy estúpida. Okay, me gustaba. Me gustaba mucho, pero no creo posible pasar el resto de mis días con él. Eso no está en mis planes...Por lo menos no por ahora.

— ¿Estás más tranquilo? -dijo sentando en el sillón
— Sigues aquí...-suspiré- Creí haberte dicho que te fueras. -caminé al baño
— ¡Vamos, Gerard! Era solo un amigo...Bueno, fuimos novios -salí del baño y lo miré
— ¿Fueron novios? -me metí nuevamente al baño, lo único que quería era golpearlo.
— Fuimos, Gerard -remarcó- Ya no hay nada. Ya hablé con él...Le dije de nuestras especie de "Romance" -dijo haciendo comillas con los dedos
— Frank...Aceptar esto, fue muy difícil y no quiero sufrir -dije tratando de contener las lágrimas que querían fugarse de mis ojos. Se produjo un gran silencio entre ambos. Él se veía pensativo. Dudoso.
— Tienes...Tienes razón -ví como una lágrima se asomaba en su delicado rostro- Es mejor, que esto llegue hasta aquí. No puedo estar amarrado a nadie, Gerard. Lo siento. -Sin más nada me dejó solo.

Ahora quien mierda me explicaba lo que estaba sucediendo. Me sentía pésimo, sentía como el abismo venía nuevamente por mí y el maldito agujero, del cual ya había salido, volvía a acecharme y restregarme en la cara, el hecho de que la felicidad no era para mi. El hecho de que la felicidad fuera solo un estado pasajero del ser humano, me alejaba más aún de alcanzarla.

En cambio, si fuera un estado constante, algo que cuando se logra, permanezca, podría ser un poco más fácil lograrla, pero no. Era un hecho que Gerard Way, este maldito ser que está aquí, no era una de las personas que tendrían su momentánea felicidad.
La soledad, parecía acariciar mi rostro. Parecía darle pena, el momento que su compañero estaba pasando.

— No quiero ver a nadie, Bob. -dije por telefono
— Vamos, Gerard ¿Qué sucedió ahora? -trataba de convencerme para ir a su casa
— No quiero hablar, Bob. De verdad no vemos otro día ¿Si? -lo único que quería era tirar el teléfono para que no volviera a sonar
— ¿Y si voy a tu casa? -ofreció
— Dije que no, hombre ¿Hablo en chino, acaso? -ya estaba enfuricido, solo por que era mi amigo y no quería quedarme solo (más aún) no lo mandaba a la mier.da
— Okay. Nos vemos -corté
La noche caía y el sol desaparecía. Bajaba de apoco. A veces me preguntaba qué pasaría si el día y la noche se juntaran...Si se hicieran uno. Era algo que yo creía sucedía, pero no era así, la majestosa noche, echaba a empujones al día. Nunca se juntaban. Contrastes de colores maravillosos, se verían si sucediera, lo que mi fantasía sueña. Fantasías y sueños, eran cosas que conservaba de mi niñez, de no ser por estos dos elementos que me sacaban de la realidad por un par de segundos, yo estaría muerto.
Desperté y no tenía ganas de nada. Vi como había un resplandeciente sol afuera. Me deprimían aquellos días. Traían recuerdos. ¡Millones de recuerdos, que dolían!. No tenía ganas de ir a la Universidad, así que me quedé en casa. Ni siquiera quería comer, sentía asco por todo. Me daban ganas de vomitar de la nada.

El día pasó sin nada interesante. Yo en mi casa, lo unico que quería era dormir. Pasar mi "vida" durmiendo si se pudiese.

Apagué todas las luces, preparé una taza de café bien cargado, tomé una frazada y me paré junto al gran ventanal. Tenía una obsesión con aquel ventanal. La anhelada noche había llegado

— Soy Gerard o como me conozcas, deja el mensaje, estoy ocupado o simplemente no quiero hablarte-sonó el buzón de voz. Salté, ya que estaba todo en un profundo silencio
— Gerard...-escuché su dulce voz. Mi corazón de aceleró y mis lágrimas volvían. Me había vuelto un adicto a sus palabras, a sus caricias, a Frank. Esta dependencia no era buena...No era lo mejor.- Si estás, contesta por favor -me mordí los labios para no expulsar más lágrimas. Durante los segundos que esperó para mi respuesta se podía oír su respiración. -Entiendo que no quieras, pero sé que estás allí. Sé lo antisocial que eres, así que es obvio que estás allí.

Seguramente frente al ventanal con una taza de café ¿Me equivoco? -odiaba que me conociera tanto, yo no conocía ni la mitad de Frank. Le pegué a la pequeña mesita que allí había- Sé que estás. Por favor, toma el maldito telefono y háblame ¡Necesito escucharte! -terminó confesando- Mie.rda Gerard, ha pasado solo un día y ya casi no puedo vivir. El aire se me escapa, el oxígeno ya no llega a mis pulmones, mis labios están secos, si no siento los tuyos. Me di cuenta lo dependiente que soy de ti. -sentí un fuerte golpe y corrí al telefono
— ¿Estás bien? -fue lo único que dije
— ¡Gerard! -dijo bajo y suspiró- Necesito verte, por favor. -¿Creía que podía tenerme y mandarme a la mier.da cuando él quisiera?
— No, Frank. No quiero. No quiero verte. Tengo que aclarar un poco mi cabeza...Luego tal vez hablemos -colgué.

Me dolía el corazón, ser así con él. Pero orgullo tenía y ¡Vaya que tenía!. ¿Dependencia? ¿Eso sentía, Frank? ¿Eso era lo que estaba sintiendo yo?. Si era así, lo más sano y justo era terminar de una vez por todas esto. La dependencia no es algo bueno, mucho menos para alguien como yo. Quizás esta vez, si terminaría muerto en un hospital...Quizás Frank, terminaba por matarme...Tal vez él, terminaría por matar el poco de vida que en mi interior quedaba. Ese poco de vida que mi lado idiota, pensó en expandir al lado de Frank. ¡Tonterías!

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