domingo, 12 de agosto de 2012

Think happy thoughts; Capítulo: #3

Capítulo: #3

Estaba en la casa de Frank. Cuando me vio me abrazó. No sé por qué él era así conmigo, si yo no era de lo más agradable con él. Accedí a ir porque Bob estaba extraño. Me decía cosas como "Si no te llevo, Frank, me matará" ¿Por qué? si yo no lo conocía.
En una mesa había muchas cosas para beber. Había muchas luces de colores, lo que me mareaba un poco.

— Qué bueno que viniste...-dijo sonriéndome. Él era muy extraño. Parece que le gustaba que la gente lo rechazara o lo tratara mal. — Gracias. Aunque no entiendo por qué Bob insistió en traerme. -dije bebiendo y viendo a la gente de mi alrededor.
— Me caes bien -dijo riendo
— ¡Ah! -no me gustaba estar con él. Mucho menos mirarlo, él hacía que naciera cierto nerviosismo en mí. Un extraño nerviosismo. Lo que atribuí a mi poca costumbre a interactuar con el mundo.
— Eh...Creo que estás un poco incómodo. Si te quieres ir...
— No. No quiero -sonreí. ¡¿Por qué mierda había dicho eso?! Él no me agradaba y ahora que me daba la oportunidad de dejarlo allí tirado, yo no la aprovechaba.
— ¿Quieres? -Frank, me ofreció una cerveza
— No. -contesté de mala gana y el bajó la vista ¡Vamos! ¿Como nunca se iba a dar cuenta de que no lo soportaba?- Gracias -me impresioné a mi mismo con ese "Gracias" ¿De dónde había salido?.
— Gerard -me detuvo cuando iba a voltear
— ¿Qué?
— Sé que…No soy de tu agrado -sonrió- Pero ¡No entiendo por qué! Me he esforzado por caerte bien. Por ser amigable, por que créeme que yo no soy ni la mitad de amable, de como he sido contigo. Eres amigo de Bob, y él es una de las personas más importantes para mi ¿No puedes por lo menos fingir que te agrado un poco? -al decir lo último puso cara de miedo. Como si yo le fuera a partir la cara
— Sí. Sí puedo. -tomé la lata de cerveza de su mano- Gracias -volví a decir y sus ojos brillaron. Hasta entonces no me había fijado en el indescriptible color de sus ojos.
— Gracias a ti -sonrió- ¿Quieres un cigarrillo?
— Bueno. -acepté. ¿Qué mierda me estaba pasando? Yo no era así –¡Vamos, Gerard! ¡El chico es simpatico! Deja de hacerte el pesado, que no te funciona - habló esa fastidiosa voz que odiaba
— Pero, vamos afuera. Aquí no. -me tomó de la mano y salió conmigo, hasta el patio. Era una casa bastante amplia. Su patio también lo era.
— Linda casa -dije sentándome
— Sí. Es muy grande. -dijo mirando toda la extensión de su gran terreno
— ¿Vives solo?
— No. Vivo con mi hermana menor, Demi. Tiene veinte
— ¿Y tú? -hasta ahora no me había nacido saber su edad. Pero se veía muy pequeño
— Veintidós -reí- ¿De qué te ríes?
— Nada, nada -dije tratando de no reírme tanto
— Sé que soy enano, pero no para tanto -rió conmigo
— Sí. Tienes razón -lo miré
— Y tú ¿Cuántos años tienes?
— Veinticinco. -aspiré el humo de el cigarrillo
— ¿Estudias? ¿Trabajas?
— Si. Estudio diseño gráfico. Y trabajo los fines de semana en una revista de Comic's...-fumé nuevamente- ¿Tú solo andas en esas carreras de motocicletas?
— No. Trabajo. En un tienda de instrumentos.
— ¿Vendes instrumentos?
— Aham. Guitarras, teclados, baterías, etc.
— ¡Oh! ¿Y tocas alguno? -Ahora me sentía más en confianza con él. Me sentía cómodo. Después de todo no era pesado.
— Guitarra. Desde pequeño me gustó. Intenté tocar batería, pero no. Eso no era lo mío. ¿Así que tú dibujas?
— Si. Dibujo y escribo. -hise una mueca- Omite lo ultimo que te dije -reí nervioso.
— No. ¿Qué escribes?
— Nada. Solo dibujo, ya te dije, para el comic...
— Gerard...-dijo como si yo fuera un niño, al cual le está tratando se sacar quien le golpeó en el colegio.
— ¿m? -miré hacia otro lado
— ¡Vamos! ¡Dime! ¿Qué escribes? -dijo penetrándome con la mirada, tratando de encontrar una respuesta a su pregunta
— Okay...Escribo...canciones y a veces poesía. -debo admitir que me daba algo de vergüenza decir eso.
— ¡Waw! Debes tener mucha imaginación para eso...-dijo Frank, aplastando el filtro del cigarro, con su pie
— Supongo. -dije sin darle importancia
— ¡Aquí están! -dijo Bob
— ¿Necesitas algo? -preguntó Frank, poniéndose de pié
— Se acabó la cerveza. ¿Quieres que vaya a comprar más?
— ¡Por supuesto! -dijo como si fuera algo obvio.
— ¿Vienen conmigo? -preguntó Bob. Frank y yo nos miramos y dijimos ''si'' al mismo tiempo. Fué algo...gracioso y extraño.

No sabía de los chicos. Bob, extrañamente no se había aparecido en dos días. Era prácticamente con el único ser con el que hablaba. Quien me recordaba como hablar y era mi conexión al mundo.
Había recibido la llamada de mi hermano, avisando su visita. Así era Mikey, él no preguntaba si podía venir a mi casa, simplemente avisaba.
La habitación que estaba junto a la mía, sería la que él usaría. Estaba un poco descuidada, y desde que había comprado el departamento que tenía un color horriblemente blanco. Como sabía que a Mikey, tampoco le gustaba el color blanco decidí pintarla. Sabía que le gustaban los colores oscuros, pero para una habitación el negro se vería atroz. La pinté azul.
Era increíble, como avanzaban las horas, sin que yo me diera cuenta, al estar tan concentrado en mi trabajo. Sobre la pintura, tambien hise algunos objetos abstractos. Es que de verdad amaba el arte.

— ¡Bob! -exclamé al verlo en la puerta
— ¿Como estás, idiota? -me abrazó
— Bien. ¿Y tú? ¿Por qué habías desaparecido? -dije invitándolo a pasar que se sentara en el sillón
— Estube...Ocupado. -dijo sonriente
— ¿Ocupado? ¿Tú? -dije riéndome- ¿Con qué? o ¿Con quién?
— ¿Recuerdas a Megan? -hice una mueca, tratando de recordar a la chica de la cual Bob, me hablaba- De la secundaria...Alta, ojos azules, pelo negro...
— ¡Sí recuerdo! Pero ¿Qué pasa con ella?
— Me la encontré hace un par de días en el supermercado...
— ¿Aquí? ¿Qué hace aquí?
— Dejame terminar. Bueno, me la encontré en el supermercado, la invité a cenar y...
— ¡¿De verdad?! ¡Eres un cochino Bob! -comencé a reír
— ¡No! Tú sabes perfectamente que siempre me gustó y ahora era la oportunidad, era ahora o nunca -rió
— Okay. Pero sigues siendo un cochino -reímos- Por eso no venías...
— Estube ocupado

— ¿Y ella sigue aquí?
— Si. Vino a estudiar...eh...algo -rió
— Ah...
— ¿Qué estás haciendo? -dijo al ver que tenía tarros de pintura en el living
— Mikey, viene de visita, y esta habitación era horrible, así que decidí pintarla
— ¡Mikey! Como me hacía reír cuando eramos pequeños. El pollo ¿Recuerdas que le decíamos así?
— ¡Como no! Yo comencé a decirle así.
— ¿Vamos a dar una vuelta? Tu departamento me deprime.
— ¿Por qué?
— Por que sí.
— Okay -dije de mala gana. ¿Por qué mi departamento lo deprimía? a mi me parecía hermoso, tranquilo. Él único lugar donde puedo estar sin que nadie me mire raro. Donde puedo ser simplemente yo.

Caminamos por la calles de Jersey. Había mucha gente. Los bares estaban repletos. Había filas muy largas hasta fuera de cada uno. Conversábamos de la vida, recuerdos de la infancia.

— Hola, chicos -dijo Frank, bajándose de la moto
— Hola, Frank -respondimos
— ¿A dónde van?
— A dar vueltas. Tal vez tomar algo...-dijo Bob
— Les tengo un panorama aún mejor...-dijo sonriendo y levantando las cejas.
— ¿Cuál? -dijo Bob


— Tengo carrera y...
— ¡Olvídalo! -dijo Bob, antes de que él terminara de hablar. -¡Definitivamente no! Ya sabes que no me gusta que compitas en esas cosas. ¡Es un acto suicida, Frank!
— No exageres Bob. ¡Vamos! Nunca me pasa nada. Sé muy bien como manejar una moto.

Y ahí estabamos con Frank, intentando convencernos para ir a ver su carrera. De verdad me daba mucho miedo, siempre cabía la posibilidad que le pasara algo - ¡¿Y qué te importa si le pasa algo?! ¿Es tu amigo? -preguntó la voz de mi cabeza. Y tenía razón, de que me importaría si le pasaba algo, después de todo es solo amigo de Bob.

No hay comentarios:

Publicar un comentario