domingo, 12 de agosto de 2012

Think happy thoughts; Capítulo: #5

Capítulo: #5

Permanecía sentado en la pasto, observándolo. Frank, contemplavaba el tranquilo firmamento de aquella noche. Se podían ver muchas estrellas, cosa bastante inusual en Jersey. Algo tenía él. Algo especial. Me gustaba estar tranquilo en silencio con él, aunque al principio lo encontré un arrogante.

— ¿Qué miras tanto? -preguntó dirigiendo su mirada hacia mi.
— ¿No puedo? -pregunté gracioso
— Eres raro...-dijo riendo imitando mi posición y sentándose frente a mi
— ¡Uf! ¡Si que lo soy! -reímos
— De eso me puedo dar cuenta- sacó un cigarrillo de la chaqueta y me ofreció uno, el cual obviamente no rechacé.
— ¿Y tú hermana? ¿Demi? - Bien, Gerard. Estás aprendiendo
— No la veo casi nunca...-dijo mirando hacia otro lado. Era como si le doliera el tema de su hermana, con la cual vivía
— Pero...Si viven juntos. -no comprendía
— Compartimos el mismo techo. Pero, prácticamente no la veo durante el día. Ella sale, yo salgo. Nunca coincidimos. Debo confesar que me entristece. Es mi unica hermana. Eramos tan unidos cuando pequeños. Y ahora...No sé nada de su vida.
— ¿Qué sucedió? -me atreví a preguntar. A mí no me gustaba andar metiéndome en las vidas ajenas, pero él...se veía mal. Estaba realmente afectado.
— Nada -sonrió falsamente- Ella tiene amigos...Se divierte, como supongo yo lo hacía cuando tenía 20.
— Entiendo que no quieras hablar. -le sonreí
— No, no es eso. Es simplemente que no tengo muy claro como fue que llegamos a esto. -aspiró su cigarrillo- ¿Y tú? ¿Tienes hermanos?
— Si. Uno. Se llama Michael, pero le decimos Mikey. Vendrá estos días a visitarme. -esta vez sonrió de forma verdadera
— ¿Menor?
— Sí. Tiene veintitrés. Vive en Inglaterra, con mis padres.
— ¡Oh!

Y así se nos pasó gran parte de la noche. Yo enterándome de su vida y él de la mía. Aunque habían temas que obviamente no tocaría con él.
Me fué a dejar a casa. Nuevamente me tuve que subir a su moto. Seguía con miedo, pero ya no tanto. Me di cuenta de que no era tan "terrible" ademas el había cedido a mis peticiones y había disminuido considerablemente la velocidad.

— ¡Gerard!
— ¿Qué pasa?
— Necesito que me ayudes a traer unas cosas a casa...
— ¿Qué cosas? ¡Mierda! -me acaba de quemar con la cafetera
— ¿Qué te pasó?
— Nada. ¿Qué me decías?
— Qué necesito que me traigas unas cosas. Ya sabes. Me cambié de casa y aún me falta traer algunas cosas...
— Okay. No tengo problema. Es decir, puedo desde las 2:00 hasta las 4:00 luego tengo clases. -Era mi bendito último año en la Universidad.
— Okay. Frank te ayudará. Así que te esperará afuera de mi antigua casa. ¿Las puedes traer en tu auto?
— ¿Y dónde más piensas que me las llevaré? ¿Al hombro? ¡Obviamente idiota! -reí
— Ja -rió falsamente- ¿Quedas con Frank a las 2:30 entonces?
— Si. -ya estaba en el baño, para poder lavarme los dientes.
— Gracias, Gee. Nos vemos. -diciendo estas dos ultimas palabras cortó.

Me fui a dar una ducha y puse música. Estaba de lo más relajado. Me vestí y bajé al estacionamiento del edificio. Me subí a mi auto y conduje hasta las afueras de la antigua casa de Bob.
Allí estaba Frank, apoyado a un costado de su majestuosa motocicleta.

— ¡Hasta que te dignas a parecer! -dijo dándome la mano
— Lo siento. -sonreí
— ¿Tienes llaves? -preguntó dirigiendose a la puerta de la casa
— Sí -las saqué del bolsillo de mi pantalón.

Entramos y no habían muebles. Subimos a su habitación y quedaban algunas prendas de ropa, correspondientes a mi amigo. Las sacamos y las guardamos.

— ¿No vas conmigo? -pregunté al verlo subir a su moto
— Si. Pero en mi moto. No me gustan los autos. -puso cara de asco
— Como quieras.

Me subí al auto y a veces miraba por el retrovisor para verlo. Él se daba cuenta y me sonreía. Algunas veces se adelantaba y yo tenía que "seguirlo".

— Gracias por traer estas cosas, chicos. -dijo Bob, abrazándonos cuando le llevamos sus cosas
— De nada, Bobito -le dijo Frank, pellizcándole la cara
— Detente, enano -dijo serio y Frank se largó a reír
— Buen apodo -dije yo- Yo ya me tengo que ir. Tengo clases -miré mi reloj- Nos vemos -me despedí de ambos y salí.

Allí estaba nuevamente con las miradas de medio mundo encima. Yo y mi silencio. Hacía todo como un robot. Comía por deber. Ni siquiera tenía hambre. Estudiaba por que, tenía que estudiar. Caminaba por que no me podía quedar sentado en el salón. ¡Odiaba esto!. Todos encajados en sus vidas. Todos en sus cubículos de vida. Como yo. Aunque nunca hise nada para cambiarlo. Yo estaba bien así, pese a lo que mi amigo me dijera. Ya había interactuado mucho con el mundo. Ya estaba por esta semana.

— ¡Mikey! -lo abracé apenas le ví cruzar la puerta de salida del avión.
— ¡Hermano! -me devolvió el abrazo fuertemente. Se sentía tan bien estar con él. Podía confiarle toda la mie.rda de mi vida a él y sabía que siempre tendría su apoyo y comprensión
— ¿Estás cansado?
— Un poco. Pero estoy bien. -lo ayudé con sus maletas hasta el auto.- ¿Auto nuevo?
— Si. Ya me había aburrido del otro. Con este auto, fue amor a primera vista -reímos
— ¿Y Bob?
— En su casa, supongo. ¿Quieres verlo?
— ¡Por supuesto!
— Lo llamaré y le diré que vaya a verte.
— ¿Por qué no vamos nosotros a su casa? Así aprovechas de mostrarme New Jersey -sonrió
— Está bien, Mike .

Llegamos y le mostré la que sería su habitación. Como había supuesto el color era de su completo agrado, como las cosas que le había comprado.
Luego de dejarlo descansar y de que se diera una ducha, fuimos a la casa de Bob.

— ¿Pollo? -preguntó sorprendido. Siempre le habíamos dicho así, por lo delgado que era.
— ¡Bob! -se lanzó a sus brazos.

Y yo ahí presenciado el "reencuentro" de mi hermano con mi mejor amigo. Pasamos a su casa (que todabía estaba desordenada por la mudanza) y Bob nos ofreció crevezas y algo de comer. Mikey, aceptó por que estaba muerto de hambre, y yo muy buen hermano no le había dado nada para comer cuando había llegado.

— ¡Años sin verte! -dijo Bob, abrazandolo nuevamenmte. Ya había perdido la cuenta de los abrazos que se habían dado
— ¡Uf! Bastantes...-dijo sonriendo
— ¡Esto hay que celebrarlo! -dijo Bob, tomando su celular
— Yo me voy -dije parandome como resorte del sillón
— ¿Por qué? -me preguntó mi hermano
— Sabes mejor que yo lo antisocial que es...-dijo Bob
— ¡No seas así, Gerard! No me ves en años y ahora te vas
— Te tendré en casa, por los proximos cinco dias. No te pongas tonto -dije tomando las llaves de el auto para salir
— Okay. Me quedaré aquí entonces. Incómodando a Bob -esa era su forma de extorcionarme, pero yo sabía que Bob, no se incómodaba para nada con mi hermano metido allí.
— Pobre Bob -reí y salí.

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