domingo, 12 de agosto de 2012

Think happy thoughts; Capítulo: #6

Capítulo: #6

Me subí al auto y conduje hasta mi desolado hogar. No quería acostarme, aún era demaciado temprano. Me preparé un buen café y me paré en el balcón a contemplar la mierda de Jersey.
Para ser una ciudad, no tan grande como New York, tenía bastante vida nocturna. Lo podía notar claramente, ya que vivía cerca del centro. Bueno... Vivía en el centro.

— ¿Frank? ¿Qué haces aquí? -pregunté al ver a ese chico en la puerta del departamento
— Lo siento, si te interrumpo
— No. No te preocupes. Pasa -estaba como nervioso.
— Es que...-sacó un papel del bolsillo- Se te cayó esto, cuando fuimos a dejarles las cosas a Bob. -me entregó el papel. Lo abrí y no pude evitar sonrojarme. En el papel había escrito una canción.
— ¡Oh!. Gracias por traerla...
— No pude evitar leerla. Me habías dicho que escribías y tuve curiosidad...Discúlpame si te molesta. -Él era...extraño. Estaba como nervioso, como si me tuviera miedo. Como si yo fuera capas de golpearlo por haber leído la estúpida letra de una canción.
— No. No te preocupes. -sonreí
— Bueno...Yo me voy. -metió las manos en su chaqueta y se dirigió a la puerta
— Frank... -lo detuve antes de que cruzara el umbral
— ¿Sí? -volteó con su mano en la manilla de la puerta
— No me molesta que la hayas leído. En serio -sonreí y el hiso lo mismo- Y gracias.
— Gerard...-se acercó a mi- Nunca estarás solo. Si tienes algun problema, no dudes en decírmelo. Siempre podré escucharte, en serio. No quiero que te sientas, como leí en aquel papel. Tal vez no confíes mucho en mí, pero ten por seguro que siempre aquí habrá alguien que querrá escucharte - sonrió y desapareció por la puerta.

Tuve en mis manos esa hoja durante toda la noche, junto con la abandonada taza de café. Las palabras de Frank, habían sido tan sinceras y para mi..muy significativas. Pensé y pensé, durante todas las malditas horas de la noche. Pensé en mi vida pasada. Lo feliz que había sido con Leah, en las cosas que pasé cuando era pequeño, y un sin fin de cosas que me dañaban, pero me gustaba recordar. Soy bastante masoquista. Va en mi naturaleza.

— Gerard...-escuché en susurró- Gerard -me movieron para que despertara
— ¿Ah? -dije abriendo perezosamente los ojos
— Ya llegue. Levántate hombre. Son las 3:00 de la tarde. -vi como se alejaba la silueta de mi hermano

Fui hasta el baño, lavé mi cara y fui hasta la cocina, donde seguramente estaba el goloso de mi hermano buscando algo para comer. Nunca supe donde se metía toda la comida que se tragaba. Era tan delgado y comía tanto. No como yo.

— ¡Te encargo el rostro, Gerard! -dijo mirándome
— ¿Qué tengo? -dije restregándome los ojos
— ¿Estuviste llorando? -se acercó y me tomó de las mejillas para verme los ojos- ¿Qué pasó, hermano? -me abrazó y los recuerdos nuevamente llegaron. Había pasado mucho tiempo ya, pero no olvidaba. Yo no olvidaba nada de lo que había pasado. Comencé a sollozar- Tranquilo -me acariciaba la espalda
— Gracias, Mike. Me hace tan bien que hayas venido, hermano. -me separé y limpié mis lágrimas.
— Ya nada más. -dijo ayudándome a limpiar los restos de lagrimas que aun mojaban mi rostro
— Te amo, hermano -besé su frente
— Yo también -sonrió
— ¿Como te fue anoche? -pregunte dirigiéndome al refrigerador, para preparar algo para mi hermano.
— Muy bien. Bob, es muy popular. Y para que hablar del pequeño Frank. -rió
— ¿Lo conociste? -dije sacando queso
— Soy una de las pocas personas que no lo conocía. Ese chico tiene una envidiable personalidad, Gee.
— Si sé. También lo conozco.
— Me agradó bastante. Era muy simpatico.
— Cuando lo conocí, no me gustó para nada. Pero luego, empezamos a conversar...Lo conocí un poco más y comenzó a cambiar mi perspectiva hacia él.
— A mí me agradó bastante. ¿Sabías que competía en carreras de moto? -dijo mascando una manzana
— Si. Me da tanto miedo. Una vez lo acompañé a una. Y ganó. Debo decir que es muy bueno.
— Eso me dijo. También me dijo que en la noche tenía carrera y si quería ir a verlo.
— ¿Irás?
— Iremos, hermanito -dijo en tono burlesco
— No sé por qué Bob y tú insisten en sacarme de aquí. Yo estoy bien aquí, con mi silencio y soledad.
— No. No estás bien. Así que en la noche vamos si o si, Gee -No me quedaba más que acatar las ordenes de mi hermano menor. Suena gracioso, que mi hermano menor me esté dando órdenes.

Luego de almorzar, nos fuimos al centro comercial. Mikey, quería unos audífonos y quizás que otra cosa se le ocurriría. Él era bastante fanático de lo electrónico, mientras que yo era un poco más clásico. Me gustaba todo lo que tuviera que ver con la antigüedad.
Al llegar, se le ocurrió comprarse mil cosas. Aparte de los audífonos también, se compró juegos para computadora, un lector de tarjetas de memorias, etc.


— ¿Cuánto gastaste en eso? -pregunté al ver las millones de bolsas que llevaba en las manos. Salir de compras con Mikey, era parecido a salir de compras con una chica. Siempre llevan mucho más que lo que en verdad necesitan.
— Em...No sé. Supongo que mucho. -rió. Él seguía siendo tan relajado como siempre. Tal vez por eso se llevó bien con Frank, a la primera. Ambos son muy despreocupados.

Llegamos a casa y yo debía ir a la Universidad, así que antes de irme, dejé a Mikey, en casa de Bob. Tenían mucho de qué conversar y ponerse al día.
Algo extraño sucedía. Ya nadie me miraba. Parecía ser un fantasma paseando por los pasillos de la Universidad. Me puse los audífonos y puse la música lo más fuerte que podía. Sonando: Lithium (Nirvana).
De repente, sentí que me tomaron fuertemente del brazo y me voltearon.

— ¡Llevo rato gritándote! -dijo aquel chico tatuado
— ¡Oh! Lo siento. Iba escuchando música. -Pude notar como justo, un rayo de luz se adentraba en sus claros ojos, produciendo en mí, la impresión de que lloraría
— Si. Me di cuenta. Ayer conocí a tu hermano. ¿Mikey?
— Si. Me dijo que le habías caído muy bien.
— Él también a mí. ¿Estás muy apurado?
— No. ¿Por qué?
— Para invitarte a comer algo al casino.
— Tengo...-miré mi celular- Media hora exacta. -sonrió
— Vamos, entonces.
— Caminamos hasta el casino. Hablamos de música. Teníamos grupos en común, como Nirvana, Misfits y Green Day. Aunque él era de un estilo un poco más punk. Yo me iba más por el rock.
Frank, me preguntó que quería y yo solo le dije que un agua mineral, mientras que él pidió un plato de ensalada. Tenía una combinación fascinante de colores.

— ¿Sabes? Tú tienes una gran pena -dijo mirándome
— ¿De dónde sacas eso? -dije curioso e impresionado
— Lo veo. Tú me lo das entender. En tu forma de ser...
— Tal vez algun día te cuente...-miré hacia otro lado. Las lágrimas ya querían salir
— Disculpa si fui inoportuno.
— No importa...No te preocupes
— No sabía que estudiabas acá -dijo para cambiar el tema. Introdujo el tenedor en su boca
— Yo tampoco sabía que tú estudiabas aquí. No sabía que estudiabas -sonreí, él hizo lo mismo, pero mirando su ensalada
— No estudio acá. Vine a buscar a Matt, pero te encontré a ti.
— ¡Oh! ¿Y tú no tendrías que estar trabajando?
— Esta es mi hora de almuerzo, Gerard -dijo como si fuera algo obvio.
— ¡Ah! Lo siento.
— ¿Por qué? No tienes por qué disculparte. No mataste a nadie. -rió-Tenía razón. ¿Por qué le había pedido disculpas? Yo no había hecho nada. Él siguió comiendo de lo más normal y yo solo lo observa. Hablamos de muchas cosas. Algunos líos familiares, pero parecían no importarle.
Me invitó a su carrera, la cual tuve que aceptar, por las palabras de Mikey [/i]"En la noche vamos si o si, Gee"[/i].

Llegamos al lugar donde sería su carrera. No era el mismo lugar del otro día. Aquí habían muchísimas más personas que en el otro lugar. Miré la calle y había más curvas, tambien. -Mayor peligro de accidente -dijo mi subconsciente. Estabamos Mikey, Bob y yo. Miraba para todos lados, tratando de encontrar a Frank, pero no lo veía.
De la nada, ví como se acercaba a mí, una silueta de estatura pequeña y con un paso bastante cansado...Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario