sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #1

Capítulo: #

Aquella noche se prestaba para soñar, miles de estrellas adornaban el firmamento, el brillo de inocente culpa de sus ojos lo delataban, las cuidadosas palabras que salían suaves, quedas, apaciguadoras de sus labios, escondían entre tanta dulzura, la naturaleza maldita de las mismas.

- No soy como crees, en verdad soy más tímido de lo que aparento -

Sonrió, entrecerrando un poco sus ojos, logrando en ella el efecto deseado, seducirla.

- Mañana, muy temprano me voy de gira, de nuevo, quiero que esta noche sea perfecta -

Molly Sue emitió un gemido de satisfacción al tiempo que Gerard besaba lentamente su cuello, el tibio mortero de la azotea les sirvió de lecho, y las estrellas adornando el firmamento creaban el marco perfecto para hacer de esa noche mágica, al menos para ella, él... simplemente se complacía de anotarse una más a su lista, aquella lista que constaba de encuentros furtivos, noches vacías en las que el único objeto era desfogar sus ansias, su insaciable apetito sexual, la mujer en cuestión, esa no importa, ni su alma, ni sus sentimientos, lo repetía una y otra vez, "no soy un mujeriego, es solo que aun no llega aquella que me haga volar sin despegar los pies del suelo", una leve sonrisa a su interlocutor, seguida de la típica mirada buscando su ángel, su ángel de ojos cristalinos, de sonrisa pura, Gerard sabía en su interior que aquella persona que lo hacia volar estaba a su lado desde hacia muchos años ya, tan cerca y tan lejos de su alcance, llenando de dolor cada segundo de su existencia.

La violenta luz del meteoro que cayó a kilómetros de distancia los despertó abruptamente, Gerard se vistió rápidamente, sin despedirse apropiadamente de la chica que apenas si conocía

- Debo ir a ver que todos estén bien -

Si, es claro que pensó en su familia, pero ese "todos" lo abarcaba a "él".

El amanecer lo encontró manejando desesperado por las calles Neoyorquinas, más de tres horas atascado en el tráfico, el pánico había inundado la ciudad, era obvio que el meteorito había causado mucho daño, encendió la radio para escuchar las noticias, pero la señal estaba muerta, igual a la de su celular, comenzó a desesperarse aun más al no tener noticias de Frank, de su familia.

La fila de autos no avanzaba, optó por dejar el auto allí mismo y correr como el resto de ciudadanos atemorizados, se fijó en la calle por la que caminaba "me faltan 70 cuadras para llegar a casa de Mikey", apuró el paso, corría sin advertir el caos a su alrededor, solo levantaba la vista por momentos para fijarse en que calle estaba "solo 20 cuadras más", su vista fue nublada por un espeso humo negro que se imponía a su paso, entre más avanzaba más pesado era el ambiente, las sirenas de los carros de bomberos retumbaban en sus oídos, Gerard bajó el paso, respirando con dificultad, reconoció el auto de sus padres en la esquina de la casa de Mikey, "que bueno, estan juntos", Avanzó un poco más tratando de acostumbrar la vista al humo, buscando la casa de su hermano, las emanaciones de alquitrán, cemento, acero derretido y carne quemada le hacían tener arcadas constantes, la brisa de otoño despejó un poco la atmósfera, permitiéndole enfocar su mirada hacia la casa, pero en lugar de esta solo encontró un cráter negro.

- Uno de los fragmentos del meteorito cayó justo sobre esa casa, que bueno que no afectó ninguna otra en este sector -

Las palabras del paramédico congelaron el corazón de Gerard se tardó algunos segundos en comprender lo que estaba pasando, - muertos, están muertos -, repetía constantemente para sí mismo, la policía lo empujó hacia afuera del área que estaban acordonando, Gerard trató de hablar con alguien, alguno de los rescatistas podría darle información "y, ¿si no estaban allí?, tal vez lograron salir antes de...", pero nadie le prestaba atención, gritó pero no obtenía resultado alguno

- Otro de los fragmentos cayó a pocas cuadras de acá, hacia el este -

Escuchó a uno de los bomberos informarle a otro, cerró los ojos, sin saber que hacer "a pocas cuadras de acá, al este", Gerard se llevó ambas manos a la cabeza, balbuceando repetidamente "Frank", empezó de nuevo a correr, no tuvo necesidad de fijarse en la nomenclatura de las calles, solo seguía la nube de humo que se alzaba hacía el cielo, esquivó los autos volcados en las aceras, las hordas de gente que se atravesaban a su paso, con la policía enfocada en reparar los daños causados por el meteorito, los saqueos a tiendas comenzaron, en todas las calles las alarmas se disparaban anunciando los robos, los dueños de los negocios empezaron a defender lo suyo, disparando a diestra y siniestra contra los transeúntes, Gerard solo sintió el impacto de bala en su cabeza cuando cayó de espalda al piso.

Cerró los ojos, no sentía dolor, se extrañó al no sentir sangre brotar de su cabeza, se tocó la frente con los dedos, el orificio de bala estaba allí, abrió los ojos extrañado, no había nada, nadie a su alrededor, la ciudad se encontraba desierta, se levantó del piso, desorientado, dando tambos contra las paredes en cada paso, el sol le daba en la espalda, miró su sombra en el piso, la luz se colaba por el orificio en la parte superior de su cabeza.
Se detuvo en seco, mientras su sombra continuó avanzando sin él

- Mira el universo que creaste Gerard, es tuyo, tu obra -

Reconoció su propia voz hablándole, con un halo macabro, se dio media vuelta, encontrándose con su sombra, quien lo miraba sonriente

- Qué demonios eres, qué está pasando acá, exijo una explicación -

La sombra se acercó quedando frente a él, y como un espejo maldito, compartiendo el mismo aliento repitió

- Es tu universo, tú lo creaste, ¿por qué me preguntas algo que ya sabes?-

- ¡No!... esto no es mi obra No -

- ¿Qué té pasa Gerard?-

la voz suave de Molly Sue lo despertó, Gerard abrió los ojos encontrándose de nuevo con ese bello cielo estrellado, respiró aliviado "todo fue un sueño, un simple sueño", dejó caer su cabeza sobre la improvisada almohada que formaba su ropa enrollada, fijando su mirada en el firmamento

- Mira Gerard, parece que hay lluvia de estrellas esta noche -

Movió sus ojos hacía el lugar en que Molly Sue señalaba, una bola de luz amarilla avanzaba vertiginosamente hacía la tierra, se sentó buscando su celular entre la ropa que desenrolló a toda prisa

- Mikey, ¿Papá y Mamá están allí? -

durante la pausa se llevó la mano al rostro, mientras se levantaba de allí apresurado

- Salgan de ahí... No preguntes más Mikey, solo hazme caso, salgan de allí ahora mismo -

Se vistió con dificultad, sin soltar el teléfono

- No sé, maldita sea, váyanse al centro, a un restaurante o algo... solo salgan de allí -

Colgó, dominado por el terror, con sus dedos temblorosos marcó de inmediato el número de Frank.

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