sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #11

Capítulo: #11

"No estoy preparado para esto" Frank se cruzó de brazos mientras veía sus batallones asentarse en la ladera de la colina de Walata, la noche estaba cayendo, la hora maldita se acercaba cada vez más, los guardianes del sur desplegaron sus alas escarlata, alistando sus dedos de fuego para encender pequeñas hogueras estratégicas que les permitiera a los iluminados ver mejor, esa era la primera desventaja, los seres del inframundo se movían mejor en la noche, no así los del ultramundo, quienes tenían sus ojos adaptados a enceguecedora luz de la creación.

El sol se fue poniendo lentamente, adornando de ocre el firmamento, la temperatura bajaba acorde con la aparición de las estrellas en el cielo, Frank caminó junto a Aileon hasta las puertas de la pequeña aldea de Beduinos que seria el blanco de Gerard esa noche, el silencio era sobrecogedor, el anuncio de que las cosas de seguro iban a salir mal, Frank solo escuchaba la respiración agitada de la Elfo que se paraba a su lado adoptando la posición de la segunda al mando, como lo había hecho ya en las guerras anteriores, la arena se movió detrás de ellos, Frank giró su cuerpo completamente ansiando que ese ruido fuera producido por los pasos de Gerard, pero la criatura de no más de 50 centímetros lo sorprendió por completo, no caminaba sobre el suelo, el ruido de la arena era producido por la fricción de su cola puntiaguda sobre los granos, saltó impulsándose con esta sobre Frank, su piel era como bronce envejecido, tenía una cabeza ovalada de la que se desprendían 6 tal vez 8 apéndices con la misma forma de su cola, pero de tamaño menor, sonrió mostrando sus dientes brillantes y afilados, tres dedos tenía en cada mano, con largas uñas de un rojo encendido, uñas que incrustó en la piel del brazo de Frank arañándola mientras las retiraba hacia afuera, Frank gritó del dolor, retrocediendo unos cuantos pasos, Aileon se alejó de él un poco

- Mátalo -

Frank la miro perplejo, mientras retrocedía a causa de los continuos ataque de aquel ser

- Yo no puedo -

- Claro que si, eres más poderoso que un Feuerthil, eso es un simple demonio inferior de fuego -

Frank trataba de refugiarse detrás de Aileon pero ella lo esquivaba saltando distancias de cuatro metros lejos de él

- Tienes que matarlo, si no puedes con este ¿cómo vas a poder luchar contra seres más poderosos? -

Las prolongaciones de la cabeza del Feuerthil se aferraron al pecho de Frank, marcando un camino hacia abajo, desgarrando su piel, el ardor era insoportable, Frank se encontraba en completa desesperación sin saber que hacer, hasta que recordó que sus alas eran más fuertes que cualquier metal del universo, las abrió en toda su extensión, enrollándolas sobre su cuerpo, formando una especie de crisálida impenetrable, el Feuerthil no lo advirtió y emitió una estocada más con su cola, tan pronto tocó aquella fortaleza que las alas formaban se desintegró en el acto.

Frank asomó su cabeza por entre un orificio que el mismo abrió, parecía un animal asustado, agazapado en su madriguera

- ¿Ya se fue? -

Aileon meneó su cabeza, mientras se acercaba a su líder

- Valiente... muy valiente -

- Hey, no te burles de mí, ¿qué querías que hiciera? -

- Luchar, matarlo, lo habitual -

Frank extendió sus alas nuevamente, dejándolas en reposo, pero fuera de su cuerpo, listo por si otro demonio quería atacar

- Será habitual para ti -

- Antes sabias hacerlo Licht -

- Frank, mi nombre es Frank, y si, recuerdo haberlo hecho, pero ahora no se como, ahora siento miedo -

- Típico de los humanos, "Frank", tienes que aprender a matar, de lo contrario esta guerra va a terminar muy pronto, la humanidad exterminada y el Ultramundo sometido -

- Cómo podemos matar, se supone que los seres de bondad estamos para proteger la vida -

- Frank, la bondad no es debilidad, la bondad no es idiotez ni cobardía, la bondad es justicia, y para hacerla cumplir hay que "ajusticiar" a los infames -

Frank suspiró, el no quería matar, cada ser en el universo existía por una razón,
¿Quién era él para decidir quien merecía vivir y quien no?, su respuesta llegó antes de lo previsto, tres pequeñas niñas que regresaban a la aldea fueron atacadas por dos Feuerthiles, Frank miró a Aileon aterrado esperando que ella fuera a defender las niñas, pero la Elfo solo se sentó en la arena con las piernas y brazos cruzados

- ¿Las vas a dejar morir?, quien vale más para ti, un par de demonios inferiores o tres vidas humanas... -

El corazón de Frank empezó a latir a destiempo, por un lado la adrenalina de la inminente batalla se apoderaba de su elementalidad, por el otro sentía el terror apoderarse de su humanidad, levantó sus alas instintivamente, volando los pocos metros que lo separaban de la escena con ambas manos alejó de golpe los dos demonios, haciéndolos caer retirados de las niñas, quienes aterradas y lastimadas corrieron hacia la aldea, los demonios se levantaron del suelo, saltando sobre Frank, lacerándolo con sus uñas cola y tentáculos, Frank soportaba el dolor mientras buscaba dentro de si un recuerdo que le indicara como eliminarlos, vio unas pequeñas púas en el borde de sus alas, las flexionó hacia adelante clavando las púas en los cuerpos de aquellos demonios, convirtiéndolos en polvo al instante.

Corrió sonriendo hacia Aileon

- ¡Los maté, los mate! -

Ella se quedó viéndolo por unos segundos, esperando la verdadera reacción de su líder, quien al sentir la esencia de los Feuerthiles desvanecesrse en el ambiente se percató de lo hecho, cayó al piso si fuerzas en su cuerpo, sentía dolor en su alma

- Me duele, siento pena por ellos, ¿por qué?, se supone que era lo correcto -

- Hacer lo correcto también duele -.

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