sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Segundo testimonio.

Segundo testimonio.

El agua es el elemento del origen y la creación, la renovación, ¡la vida!. 


¿Qué soy yo?, el resultado de un juego que yo mismo me impuse antes de ser humano, es irónico, yo mismo sustraje un alma humana para habitar ese cuerpo, para llevar esa vida, para estar cerca de él.

Él, mi único enemigo, mi único amor, tengo en mi mente recuerdos de cosas que no hice, yo mismo opté por ser un humano en todo el sentido de la palabra, yo mismo lo condené a una humanidad, como castigo a su abuso de poder en la anterior guerra de los mundos, recuerdo mis lagrimas de dolor al someterlo, sus suplicas para que lo liberara de la cadena diamantina, no podía, él se estaba dañando y en su carrera autodestructiva me estaba llevando a mi a la perdición, transgrediendo todo lo que era sagrado, llegando al punto de asesinar a los iluminados que se enteraban de aquel secreto, el máximo regente de la luz haciendo el amor con el mismo demonio.

Recuerdo desear estar más cerca de él, al darme cuenta que su hermano humano había sido concebido, pero mis propios deseos me hicieron esperar un poco más, yo sabía que ni la condición humana me impediría amarlo, esperé paciente, viendo cada día pasar, examinando el futuro que tendría que vivir, debería ser alguien que de una forma u otra estuviera siempre junto a él.

Mi vida humana fue escogida con cuidado, abandoné mi conciencia elemental para poder experimentarla a cabalidad, aprendiendo como humano, sufriendo y amando como humano, de igual forma lo hice con Gerard, ahora, no sé si fue una bendición o una maldición el haber ligado la esencia inmortal con el alma humana, para Gerard, en este momento ha de ser la cruz que esta condenado a llevar, sé que siente y ama como humano, pero piensa y disiente como inmortal, solo puedo imaginarme la guerra interna que ha de sufrir, anhelando su vida terrenal, odiando ser un instrumento del mal.

Si yo mismo siento deseos incontenibles de salir de este lugar, tomar mi guitarra y quedarme sobre un escenario tocando música con mi alma, cantando a su lado, siendo ambos aquellos dioses humanos sobre el pedestal de acero y madera construido solo para ser usado por unos cuantos minutos, ¡daría mi eternidad por unos minutos más al lado de mi banda, tocando mi guitarra, al lado de Gerard!.

Si, es una condena el haber dejado que la vida humana se interpusiera a la inmortal, no me siento como Licht Deswassers, me siento como Frank Iero, no estoy renegando de mi elementalidad, es solo que no medí las consecuencias de mis actos al plantar mi alma en ese cuerpo de humano, todo por creerme superior al equilibrio divino, ahora, mi vida pasada es solo un recuerdo, y de la misma forma se ha de sentir Gerard, sin importar que toda la oscuridad lo conozca como Dunkelheit Desfeuers, en lo más recóndito de su ser, desde el día en que lo obligué a ser humano, y hasta el fin de los tiempos siempre se sentirá como Gerard Way.

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