sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #12

Capítulo: #12

Si bien cada ser de ambos bandos poseía la fuerza suficiente para enfrentar al enemigo, y hacer de aquella batalla una pelea de igual a igual, había una fuerza superior que los estimulaba a luchar con más brío, el enigmático y oscuro poder del Magnánimo, y el iluminado y místico poder del Nereido, ambas energías nacidas de lo mas profundo de su esencia. 


Gerard recuperó del todo su conciencia inmortal cuando la triada drenó su humanidad, pero Frank aun tenía problemas para desprenderse de la misma condena a la que él mismo se sometió, sintiéndose como humano con poderes de inmortal, incapaz de usarlos a cabalidad. 


La fuerte ventisca de arena que se elevaba al cielo nocturno del desierto, era muestra clara de la poderosa batalla que se libraba entre la luz y la oscuridad, hechiceros contra magos, logrando un hermoso despliegue de luces cargadas de energía, magia y destrucción, elfos luchando cuerpo a cuerpo contra vampiros que intentaban infructuosamente desgarrar la piel maciza, impenetrable de los elfos, pero con la ventaja de proteger muy bien su pecho, haciéndole a los elfos casi imposible de clavar sus dagas.

En cada extremo del campo de batalla, los máximos lideres de los mundos se asentaron, procurando no perder detalle, pero no de la lucha en si, eso ellos lo manejaban con sus energías, solo podían fijarse en lo que estaba haciendo el otro, Gerard notó la impasibilidad de Frank, tan sereno, irradiando esa bella luz cían con la que alimentaba a sus ejércitos, notó también que su amado enemigo no le retiraba la vista de encima, aprovechándose de la presencia de su hermano, empezó a desequilibrar un poco la lucha, lo tomó entre sus brazos, y sin dejar de mirar a Frank, empezó a besarlo de forma impúdica, deslizando las manos por la espalda de su hermano, levantando su camisa, mordiendo sus labios, Mikey parecía no oponer resistencia, esta escena desgastaba la energía de Frank, sus celos y dolor eran tan fuertes que se concentró en los pesares de su alma en lugar de estar pendiente de la batalla.

El ultramundo comenzó a perder, las luces que irradiaban los elementales se extinguían poco a poco, mientras los demonios, las furias y demás criaturas del inframundo se hacían más fuertes cada vez, Aileon corrió hacía Frank, tratando de alejarlo de su ensimismamiento, alertándolo sobre lo que estaba pasando

- Así no puedo, me duele mucho... míralo... él ya se olvidó de mí -

- Deja de pensar con egoísmo, esta es una guerra para salvar la humanidad, no se trata de ti y de Gerard, no puedes compadecerte de ti mismo, Frank, tienes que luchar, los tuyos se están muriendo -

Levantó la mirada solo para encontrar de nuevo ese deprimente espectáculo, Mikey había abierto la túnica de Gerard, mientras besaba con ansias su pecho, Frank vio a Aileon desesperada lista para regresar a la batalla, y como si fuera un púbero inexperto tomo a la elfo de la cintura acercándola a él, cerró los ojos y comenzó a besarla, en el aire se escuchó un grito mudo, solo Frank pudo percibir el quejido tormentoso de Gerard, abrió los ojos, para ver a Mikey tumbado en el piso por la rabia de Gerard, y este frotando con furia sus manos sobre su rostro, cerrando los ojos impidiéndose a si mismo ver lo que Frank estaba haciendo.

Esta acción desequilibró todo nuevamente, ahora era el ultramundo que se alzaba victorioso sobre los seres de oscuridad, Aileon le lanzó una mirada de reproche a Frank, seguida por un "Licht, parece que aun no recordaras del todo tu pasado, eso que acabas de hacer..." No terminó su frase, el rostro lleno de dolor lo decía todo.
Se metió en medio de la batalla, decapitando cuanto demonio encontraba a su paso, Gerard retiró su túnica completamente, tomando por primera vez desde que su sangre fue drenada, su forma demoníaca, de la parte interna de sus brazos nacieron un par de apéndices de unos sesenta centímetros de longitud, de color magenta ennegrecido, recios, llenos de pequeñas púas cargadas del más poderoso de los venenos, impulsó su cuerpo con fuerza logrando elevarse a casi ocho metros del piso, llegando en menos de un segundo al centro de la batalla, buscando a Aileon, sentía tanto odio en su corazón que solo seria calmado con la muerte de la elfo.

Se plantó frente a ella mirándola de forma desafiante, si bien sentía mucho temor Aileon lo disimuló muy bien, empuñando su espada en alto, dispuesta a defenderse, en una lucha en la que sabia que llevaba las de perder, "quien golpea primero, golpea dos veces" penso la elfo mientras con fuerza enterraba su espada transversalmente en el pecho del demonio, quedando desarmada pues Gerard con su poder absorbió la estocada y el mismo mithril que formaba el arma, levantó su brazo derecho, clavando en la clavícula de Aileon el aguijón envenenado, la elfo se desplomó en el piso de rodillas, sostenida aún por las espinas clavadas en sus órganos vitales, Frank desplegó sus alas volando hasta el lugar, tomando con ambas manos el brazo de Gerard y retirándolo del cuerpo de Aileon, se quedaron inmutables por unos segundos, intercambiando miradas de amor y de reproches, Frank rompió el silencio

- No tenías porque hacerlo -

- Es una guerra Frank, yo solo la estoy luchando -

- Solo lo hiciste por celos -

- No soy tan básico como tu -

Los ojos de ambos empezaron a brillar a causa de la ira y las lagrimas que se agolpaban buscando salir a ver si de alguna forma se escapaba ese inmenso dolor

- Esta sufriendo, apártate y déjame rematarla -

- NO!, la voy a llevar al ultramundo para que la sanen -

- Eso es imposible, hazte a un lado -

Frank se arrodilló junto a la agonizante elfo, cubriéndola con sus alas, listo para irse con ella hasta el ultramundo

- Que te quites he dicho, o atravesare tus malditas alas para matarla -

Frank no lo miró empezó a concentrar su energía en atravesar el portal, justo antes de llegar a este sintió como uno de los aguijones de Gerard atravesaba una de sus alas desgarrándola, llegando hasta su cuerpo y dejando allí tres púas envenenadas.

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