sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #14

Capítulo: #14

El intenso purpura de las sabanas de terciopelo resaltaban el color pálido de la piel de Mikey, el rostro inexpresivo de mirada perdida, tendido bocabajo, con su mano derecha colgando de la cama, rozando el piso deseando no estar allí, su cuerpo se movia no por voluntad propia, si no por los movimientos de su hermano sobre él, Gerard no se medía, apretaba la piel de Mikey como si fuera de hierro, como si fuera su propia piel indestructible, lo penetraba con fuerza, con ira descargando en él toda la frustración que sentía, "Frank" susurraba en cada embestida, cerrando los ojos, imaginando que ese cuerpo violentado era el de su amado, no el de su hermano, el supilicio termino por fin para Mikey, su rostro cambió, sus ojos se llenaron de lágrimas como siempre en las últimas noches.

- ¿Cuando dejaras de hacerle el amor a Frank através de mi? -

Gerard no respondía, solo optaba por vestirse y salir en busca de vanidades con quienes terminar de saciar sus deseos, contando los días, ansiando recuperarse por completo para continuar la guerra, para él exterminar la humanidad no era prioridad, luchar contra Frank, si.

Las heridas en los cuerpos de los condenados y los elementales sanan pronto, las heridas en el alma humana se tardan mucho más en sanar, las heridas de amor... esas no sanan nunca y más cuando se está destinado a vivir por siempre.

La calma en el ultramundo no duró mucho, despues de los lamentos por la muerte de Airam, Frank decidió buscar a su padre, el padre de todos los elementales de agua, Nereo, si había algun ser en el universo que pudiera darle respuestas era él.
Se preparó para recorrer volando la vasta distancia entre el centro del ultramundo hasta la frontera extrema donde empieza el colosal mar de la vida y muerte, el único lugar que linda con los tres estados, con el ultramundo por el sur, con el inframundo por el norte, y con el mundo através del mar muerto, los elementales no acuden usualmente a este lugar, para eso existe la corriente interna que irriga el centro con el agua de la vida, para los malditos no genera ningun atractivo, la molesta luz volácea, que aunque es tenue, les molesta, y los humanos solo sacan asfalto de este inmenso lago cargado de sodio, en el que la vida es imposible.

Frank voló solo, no necesitaba compañía, sus ojos se maravillaban al ver cosas que no recordaba, los pueblos de las criaturas misticas que los humanos por vanidad habían desterrado hace miles de años, su corazón se alegraba al ver de nuevo lo que no se había borrado de su memoria, los colores imposibles de ver en la tierra, y que adornaban el ultramundo haciendolo único, un par de dragones se unieron en su vuelo por un par de días, acompañando a su líder, ofreciendole su ayuda en la guerra, Frank prometió tenerlos en cuenta, aunque dentro de si, esperaba que la visita a su padre le diera la formula para terminar con tanta muerte de una buena vez.

Nereo se encontraba cerca a la orilla del mar, viendo complacido como las pequeñas ninfas de corta edad jugaban entre la espuma que las olas producian, vio descender a su hijo junto a él, los profundos ojos azules de Nereo se llenaron de lagrimas de amor, caminó rápidamente hasta estar muy cerca de Frank, apretandolo entre sus brazos

- ¡Licht Hijo mio! -

Frank respondió a aquel abrazo, solo bastó ese contacto para refrescar su memoria y vivir de nuevo en un segundo toda su vida de elemental antes de que él mismo se condenara a la humanidad

- Padre, necesito hablarte... mi madre... -

- Lo se, sentí su energía transmutar, no debes sufrir por ella, fue su decisión, darte vitalidad a ti, eres tu quien importa -

Caminaron juntos hasta la casita de juncos que Nereo habitaba, bebieron un poco de nectar, hablaron de pequeñas cosas, de ideas transendentales, y de lo más importante

- No quiero matarlo, no quiero dañarlo, pero no puedo permitir que extermine toda la humanidad, Padre... yo lo amo, más que a cualquier ser del universo, pero no puedo convivir con su maldad -

- No es maldad Frank, es capricho, Dunkelheit quiere todo para él, todo el poder, regir como líder absoluto de los tres estados, y te quiere a ti -

- Me quiere a mi, lo se, pero me quiere sometido a su voluntad, quiere que me una a él en el inframundo, pero eso no lo puedo hacer, Padre, dime por favor si existe alguna forma de terminar esto de forma que nadie salga herido, dáme una luz, porque estoy muriendo en agonía -

Nereo tomó a Frank de la mano, sacandolo de la casita, se paró con él junto a la orilla del mar

- ¿Cual es la fuente de la vida? -

Frank respondió dudando

- Esta, el mar... -

- Estás equivocado, piensa de nuevo, piensa con tu corazón, ¿qué es lo que impulsa a los seres a concebir? -

- El amor -

Lo dijo sonriendo con seguridad, Nereo se acercó a Frank, acariciando sus alas

- Ahora hijo, extiende tus alas y vuela hasta tu hogar, ahora sabes la respuesta -

Frank se quedó por uno segundos mirando a su padre sin entender

- ¿Qué puedo hacer con saber esto... cómo pretendes que esta guerra termine solo con ese conocimiento? -

- Solo cuando el más grande amor del universo sea consumado, la paz reinará para siempre -

Nereo se internó entre las olas, dejando a Frank de pie en la orilla de la playa, con su imaginación incitada, pensando en como se consumaria el más grande amor del universo.

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