sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #3

Capítulo: #3

El largo pasillo se iluminaba apenas por la tímida luz de luna que se colaba por las ventanas del lado derecho, al otro extremo, las rendijas de las puertas cerradas dejaban escapar la intermitente luz de las velas, encendidas minutos antes a causa del gran apagón, Frank encontró sin problemas la puerta de la habitación de Gerard, el 1202 en letras plateadas reflejaba los pequeños haces de luz, de la forma más extraña, es más, ninguna otra puerta tenía brillo semejante.
Giró la perilla, pero el seguro de la puerta le obligó a golpear, la voz de Gerard se oía lejana, aperezada, imposible que estuviera dormido, eran apenas las 11:50 p.m. y hacía solo 20 minutos habían regresado al hotel.

- Puedo pasar, necesito hablar contigo -

Gerard se tardó un par de minutos en abrir la puerta, posiblemente por la ausencia de alguna luz en su habitación, al menos eso penso Frank, pero se sorprendió al verlo moverse tan fácil entre los muebles, como si no necesitara de luz alguna para ver, mientras él tropezaba hasta con el borde de la gigantesca cama dúplex de la habitación.

- Por qué hiciste eso hoy en el concierto, Gerard esos chicos esperan mucho de nosotros, y que te salgas del escenario pateando todo, vociferando como loco, insultándonos de la forma en que lo hiciste, no es justo, algo muy grave esta pasando contigo, no eres así -

Gerard se paro frente a la ventana mirando hacia el vacío, parecía no haber escuchado ni una sola palabra de lo que Frank le decía, giró lentamente su cabeza buscando los ojos de Frank, quién esquivaba su mirada

- hoy es 8 de abril -

- Si, lo sé, ¿eso que tiene que ver? -

- Mañana, es decir en unos minutos será 9 -

Frank caminó hasta él, acariciando su brazo con el dorso de su mano

- ¿Tienes crisis de los 30? -

- No, ojalá fuera tan simple, esas voces siempre lo repiten, el 9 será el comienzo del fin, el momento de cumplir con mi destino - Gerard tomó entre sus manos las manos de Frank, besando suavemente sus dedos, lo miró lleno de angustia, como esperando un consuelo de su parte - Dime por favor que estoy loco, que todo esta en mi mente, esto es absurdo Frank, es absurdo -

Con qué argumentos podría él calmar el alma abatida de Gerard, si de una u otra forma estaba atravesando por lo mismo, y peor aun, tenía la certeza de que el funesto destino de la humanidad estaba en manos de Gerard.

- ¿Viste el número de mi habitación? -

- Ajá, 1202, ¿por? -

Gerard sonrió en medio de una mueca de desconcierto

- Divide 12 en 2 -

- Da 6, ¿qué tiene eso que ver? -

- Según la numerología el 6 significa imperfección, es el número que le "asignan" al demonio -

Con solo pronunciar esa palabra Frank sintió que cada célula de su cuerpo se estremecía, soltó las manos de Gerard, retrocediendo unos pasos

- Me temes, ¿verdad?... ¡ja! no eres el único, esta mañana Mikey casi no pudo hablarme, solo repetía que me rodea una energía muy negativa... -

Frank se recostó en la pared, mirando hacia el piso, sintió el aliento de Gerard sobre su rostro, levantó la mirada lleno de temor, solo para encontrarse con esos ojos cuyo color parecía haberse diluido, mezclado con el plateado de la luna, Gerard se acercó hasta quedar muy cerca de sus labios

- Me van a llevar, tan pronto sea media noche, me van a llevar con ellos a mi hogar... - se quedó mirando a Frank directamente a los ojos, apresando entre sus manos el rostro de su amigo - Pero no me voy a ir sin antes decirte lo que siento -

Frank temblaba, ya fuera por ese poder que la piel de Gerard emitía, ya fuera por el temor y la alegría de escuchar acaso ¿una declaración de amor?, abrió sus ojos de par en par, como siempre, la belleza etérea de Gerard lo hipnotizaba, desde el primer día que lo conoció, los labios de Gerard se separaron, pronunciando su nombre con dulzura

- Frankie, yo... siento, hace tanto tiempo... -

El corazón de Frank bombeaba su sangre a toda prisa, de no ser por la penumbra se habría podido advertir el intenso carmín que adornaba sus mejillas

- Que te amo -

Frank sonrió tímidamente levantó sus manos hasta tener entre ellas el rostro de Gerard, acercó despacio sus labios, buscando ansioso ese primer contacto con el ser por quien vivía cada uno de los días de su vida, sentía que la tierra comenzaba a moverse bajo sus pies, ¿sería acaso tal su emoción que sentía la tierra temblar?, Cuanto no habría dado Frank porque ese movimiento fuera producto de su dicha, las sacudidas se hicieron más fuertes obligándolos a separarse, huyendo de los objetos que caían sobre ellos, Gerard le gritaba a Frank que abandonara la habitación, pero él no se fue, se quedo allí, se quedó hasta que el temblor se detuvo, se quedó mientras horrorizado veía como las paredes del hotel se convertían en algo parecido al agua, y una docena de seres oscuros, horribles tomaban a Gerard de los brazos, llevándolo a través de las paredes, y desapareciendo por fin, mientras todo parecía retornar a la calma.

El quejumbroso llanto que provenía de una de las esquinas de la habitación alejó a Frank de sus pensamientos, aun no podía aceptar su cerebro lo que acababa de pasar, el llanto se incrementaba, entre más trataba Frank de ignorarlo, caminó buscando el origen del llanto en toda la habitación, y allí estaba, su reflejo, el que tantas veces antes había visto, levantó la mirada acusadora hacia Frank

- ya es muy tarde... es muy tarde Frank, Gerard no pertenece más a este mundo -

Frank se llenó de valor, hincándose frente al ente, tomándolo con fuerza de los brazos sacudiéndolo como para sentir que era real.

- En donde está... quienes eran... para donde se lo llevaron ¡Dime! -

Su reflejo se liberó de los brazos de Frank transmutando de nuevo en la luz violeta que siempre le perseguía.

- Ahora, él esta donde pertenece, en el inframundo -

Frank no entendía nada, golpeo su cabeza contra la pared, si esto era un sueño quería despertar ya mismo de el, sus lagrimas comenzaron a brotar lentamente, al pensar que si hubiera aceptado la invitación de esa criatura, tal vez, Gerard aun estaría allí con él.

- Llévame al inframundo del que hablas -

La luz se posó sobre su hombro, susurrando a su oído

- No, Frank las criaturas de luz no podemos ir allá, al menos no desarmadas -

Frank frunció el ceño, sin entender una palabra

- Mira... cosa, necesito traer a Gerard de vuelta, necesito saber que pasa con él, así que te exijo que me ayudes -

- Ya sabes que tienes que decir -

Frank le dio una ligera mirada a la habitación, buscando en los destrozos una respuesta que no encontró, fijo su mirada en la luz

- Acepto ir a donde quieras -.

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