sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #9

Capítulo: #9

Frank regresó al ultramundo con su espíritu afligido, el recuerdo de aquél beso tan lleno de amor, las dudas en su mente sembradas por Gerard ¿y si me hubiera ido con él, que seria lo peor que pudiera pasar?, No, esa no era una opción, él tenía que luchar, si no era por la humanidad, al menos por hacerle ver lo errado que estaba.

- Tengo que ir por mi familia, por mis amigos -

Fueron las primeras palabras que pronunció al estar frente a su madre

- Para qué te citó -

- Para romperme el alma, para eso. Llévame a la tierra, voy a traer a los que amo -

- Es irrelevante Frank -

- Qué demonios te pasa, todo el tiempo hablas de salvar la humanidad y ahora dices que es irrelevante traerlos -

Airam encontró en esta demanda la excusa perfecta para que Frank de una vez por todas reclamara su elementalidad

- Solo un ser superior a mí puede traer humanos al ultramundo -

- Pues dime quién es superior a ti, yo lo busco y se lo exigiré -

Airam apretó sus labios, esperando que Frank encontrara en él esa respuesta, pero las nubes que empañaban su pensamiento no le permitían ver con claridad algo tan simple

- ¡Vamos dime! -

- Solo el elegido, quién salvará el mundo -

Frank desesperó golpeando su cabeza con sus manos, se arrodilló ante Airam, con lagrimas en sus ojos

- De nuevo yo, todo el peso del mundo esta en mis hombros -

- Acepta quien eres, Frank evítate tanto dolor -

- No me lo tomes a mal, pero, ¿cómo puede un simple hada de agua luchar contra un demonio? es que... mírate, eres tan frágil, tus alas son tan delicadas, parecen de azúcar, tu cuerpo es casi inmaterial, bastaría un apretón de los dedos de un demonio para matarte -

Airam caminó despacio hasta una mesa en el centro del salón, tomando en sus manos una daga de color azulado, se la entregó a una de las criaturas que allí había.

- Es una daga de mithril, el metal más duro del universo, ella es Aileon, es la comandante del ejército élfico, por ende una de las mas poderosas elfos del ultramundo -

Airam extendió sus alas frente a Aileon, mientras ella empuñaba con fuerza la daga

- Muéstrale a mi hijo la fragilidad de mis alas -

Aileon dirigió su mano con vigor hacia una de las alas de Airam el puñal se rompió en mil fragmentos con solo tocarla

- En el inframundo, las criaturas parecen más poderosas, pero un cuerpo robusto, una armadura inclusive de mithril son vulnerables, yo sé Frank que te crees en desventaja por ser un hada de agua, pero acaso no sabes que el agua es el motor fundamental de la vida, inclusive el fuego necesita del oxigeno que las plantas le dan para vivir, pero sin agua, la tierra no se fertiliza, las plantas no crecen y el fuego se extingue, dime Frank, ¿conoces de algún ser en la tierra que pueda vivir sin agua? -

Frank no podía creer lo que sus ojos habían visto, y ciertamente las palabras de Airam lo estaban convenciendo, pero aun sentía miedo de enfrentar su destino, ya no era sólo por creerse en desventaja, en el fondo de su alma sabía que si aceptaba la carga impuesta, debería eliminar a Gerard.

- Esta bien, te creo, un hada es poderosa... pero por ahora lo único que quiero es poner a quienes amo a salvo, dime que debo hacer para ir por ellos -

La paciencia de Airam estaba alcanzando un limite, no habría acaso forma de hacerle entender que debía reclamar su esencia, optó por sembrar el pánico en él

- Frank, eso es muy peligroso, entre las personas que tu amas, hay personas que Gerard ama, y de seguro la triada ya le ordenó matar primero a su familia y sus seres queridos, solo para insesibilizarlo -

Frank se levantó con premura del piso gritando como un loco

- ¡Cómo no me habias dicho eso antes, tengo que ir por ellos ya, lleváme, te lo ordeno! -

- Sólo tu puedes traerlos -

- Entonces hazme lo que debas hacer -

- Deseas recuperar tu elementalidad -

- ¡Si! -

Solo una palabra bastó para que el humano comenzara su transmutación, Frank sintió como la poderosa luz cían se apoderaba de su ser, de su materia, cambiando todas las células de su cuerpo, haciéndolas más fuertes, compactas, más resistentes a todo el entorno, su alma reclamó su eternidad, y en el proceso imágenes borrosas de su pasado llegaban de forma descontrolada a su mente, se vio de pie con su guitarra en los brazos ante multitudes que se estremecían con su música, vio al joven chico sentado en su aula de clase impaciente mirando el reloj que lo mantenía preso en aquel horrible lugar, el pequeño niño, la adoración de sus padres, y el momento de su concepción, cuando las células de sus padres humanos se juntaron para crear una vida, se vio, de pie frente a ese milagro, con sus hermosas alas cían y turquesa extendidas, llorando desconsoladamente, apartando el alma de quien debería ser ese niño, y fundiendo la propia con aquellas células humanas, la primera guerra entre el inframundo y el ultramundo, Gerard con su gran poder desde la torre negra admirando la grandeza de sus ejércitos, y el con ese grillete diamantino enlazando al demonio por el cuello, llevándolo a la tierra, convirtiéndolo en humano, las placenteras noches de tres lunas en el inframundo, cuando escapaba a hurtadillas del ultramundo para hacerle el amor a su enemigo.

Las imágenes de su pasado humano y elemental cesaron, dando paso a una calma que duró solo unos segundos, antes que empezara ese extraño dolor en su espalda, la piel se abría lentamente, mientras asomaban tímidamente las pequeñas alas, Frank se enrolló sobre si mismo a causa del dolor, sintiendo como cada vez una porción mayor de ellas salía de su cuerpo, se quedó allí tendido, esperando que todo terminara, al sentir por fin que aquellas alas se endurecían tomando su forma final se levantó del suelo, caminó despacio hasta las grandes puertas de mithril que conducían al portal

- ¿No quieres verte? -

Le preguntó Airam llena de dicha, por fin tenía a su hijo junto a ella

- No, ya se quien soy, ya se que debo hacer -.

Convencer a sus padres no fue difícil, ellos solo ansiaban tenerlo cerca, traer a Bob y a Ray fue un problema, porque ellos sin su familia no se iban, Airam sentía que su palacio se convertía en un hotel de paso con tantos humanos desorientados, y maravillados con aquellos seres que solo conocían de forma desfigurada en los cuentos de hadas, pero al Frank retomar su elementalidad ella solo podía obedecer, era él quien regia en el ultramundo y su palabra era ley.

La casa de los padres de Gerard estaba en penumbras, se sentía tanto dolor provenir del interior, Frank entró con temor, como les explicaría lo que estaba pasando, que palabras usaría para no romper sus almas, caminó hasta la cocina en su forma humana, no quería aterrarlos antes de hablarles, Donna cocinaba con desgano, como si fuera una obligación, Donald estaba sentado en el piso, con una lechuga en su mano, Bunny se acercó comiendo con voracidad, Alicia se sentó a su lado acariciándole las orejas al animal y hablándole consentidamente

- Bunny, tiene mucho apetito desde que el tío se llevó a papi, ¿verdad? -

La voz de Frank los alertó de su presencia

- ¿Gerard se llevó a Mikey? -.

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