viernes, 10 de agosto de 2012

Vampires will never hurt you; Capítulo: #6

Capítulo: #6

1-“Cuando aprendí la razón de los latidos de mi corazón”

Era un viernes… o ¿sábado? Bueno final de viernes amanecer de sábado.
Siempre me pregunté para que me latía el corazón, es decir soy un vampiro… se supone que no estoy vivo ”Tu padre es humano Gerard, por eso te late” Mi madre me lo repetía constantemente, pero aún así no lograba entenderlo… solo hasta esa noche.

¿Quién puede llevar el cabello así? Dreads… rasta… bah, una maraña en la cabeza, lo observé desde lejos, Mikey prácticamente me obligó a salir de mi fortaleza AKA: mi habitación. Fuimos a ver unas bandas que estaban en la misma casa disquera que nos iba a sacar el primer disco, mientras el sociable de mi hermano se paseaba saludando a sus amigos, yo me quedaba en un rincón aferrado a mi botella de cerveza… y el Hobbit de rastas se paseaba despreocupado por el bar.

La luz era escasa, pero no necesito de tal cosa para ver… ¡y vaya que lo vi! Entre la maraña de cabello se escondía el rostro más hermoso que jamás haya visto, y eso que me paso horas frente al espejo.

Él era diferente al resto, quería leer su alma, no lo hice, hace muchos años me juré que no entraría en los pensamientos de los humanos sin su permiso.

Se acercó a mí, saludándome como si me conociera… la gente con habilidades sociales suele hacerlo, yo solo me encogí como una rata asustada y me pegué más de la pared

- Frank, mucho gusto –

Extendió su mano hacía mí… no me moví, él se vio obligado a bajar el brazo… olía a marihuana.

- Bueno… un gusto, no todos los días conoces una estatua ebria en la esquina de un bar –

Se dio media vuelta, me quedé allí luchando con los pensamientos que me gritaban con toda fuerza ¡PERDEDOOOOR!

La primera banda tocó… no vale la pena recordar el nombre de una banda que toca con los pies.

Me acerqué al escenario improvisado en medio del bar, la segunda banda tenía un sonido decente… el olor a marihuana me siguió… mejor, se paró junto a mí. Lo observé por encima del hombro, este “Frank” parecía acecharme.

- Suenan… regular, no son tan malos, al menos no como la que pasó –

¿Me habla a mí?

- Pero mejor espera la que sigue… esa si te va a gustar –

¿Sigue hablándome? ¿Acaso no nota que no le presto atención?

- Ya van a terminar, me voy a probar el sonido… te veo desde allá –

Señaló el escenario y se fue.

“I´m a graveyard “ Ja, ja, ja… No saben lo que es en verdad ser un cementerio andante.

No despegué la mirada… ni un segundo, de hecho, todo alrededor se esfumó, solo podía verlo a él, su energía, su vitalidad… parecía conectado a un cable de electricidad.

Terminaron, y me quedé allí viendo en todas las direcciones, buscando dónde se había metido el enano. Mikey me tomó del brazo cuando el bar estaba vacío, no lo noté, solo quería verlo a él.

Caminé como un ente arrastrado por mi hermano menor, atravesamos la salida del bar, llegamos al parqueadero, nos apoyamos en una de las paredes, Mikey hablaba con nuestro guitarrista Toro y sus otros innumerables amigos, murmullos, palabras incomprensibles, solo quería verlo una vez más, sentía que todo en mi estomago se removía, ¡Quería verlo otra vez!

Un grupo de gente se acercó a nosotros caminando lentamente, y entre todos pude descubrir los dreadlocks que milagrosamente se movían al tiempo que Frank caminaba, me miró

Lo vi de nuevo… mi corazón comenzó a palpitar con una rapidez desconocida, sentía que bombeaba tan fuerte la sangre en mi cuerpo que hasta me hacía tambalear.

En ese preciso momento descubrí para qué sirven los latidos de mi corazón.

2-“Cuando descubrí que algo puede saber mejor que la sangre”

Frank se incorporó a la banda, lo necesitábamos… tal vez más yo que la banda misma

¿Pueden imaginar a un ser que es capaz de asesinar con una mordida, con un apretón de manos sobre un cuello frágil… incapaz de hablarle a un simple ser humano?

Si, ese fue mi caso por muchos días, Frank llegó hasta a preguntarle a Mikey si él me caía mal, porque hablaba con todos, menos con él.

Poderoso cazador de las tinieblas que se cohíbe ante la perfección hecha hombre.

Terminamos de grabar el sufrido álbum, si, sufrido pero me llenó de orgullo. Y empezamos las giras… todos apiñados en la van de mi abuela, uno sobre el otro… ya no tenía excusas para negarle mis palabras a quién pasaba las 24 horas del día a mi lado, me armé de valor para hablarle y claro… mis primeras palabras hacía él fueron lo más contundentes y profundas que el terror me permitieron emitir

- ¿Tienes un cigarrillo? –

Me miró como si un milagro se manifestara ante sus preciosos ojos, bajó con rapidez su cabeza buscando en su mochila, percibí el súbito enrojecimiento de sus mejillas

- Toma –

Me lo entregó sin verme a los ojos, llevé el cigarro a mis labios y me quedé unos cuantos segundos buscando el encendedor que nunca encontré

- ¿Lo enciendo a madrazos? – Si, la mejor táctica, ser grosero con él

- Disculpa – Aún más sonrojado – Acá – Con su encendedor apuntando hacía mi.

Incliné mi cabeza alcanzando la llama, sin dejar de mirarlo a los ojos, el cigarro se encendió, pero ninguno de los dos se movió. Me miró de una forma… ¡Con una de esas miradas que activa lo que guarda tu pantalón!, lo miré igual… al mismo tiempo los dos nos encogimos en el último asiento de la van, Frank giró su rostro mirando por la ventana de la derecha y yo por la izquierda

- Qué raro –

- Qué cosa – Pregunté

- Me hablaste –

- Si… -

- Nunca antes lo habías hecho, es más cuando querías un riff diferente le pedías a Ray que me lo dijera – Reclamó

- Es que no soy bueno para lidiar con la gente nueva –

- ¿En serio? – Giró su cabeza hacía mi – Yo pensé que era porque te gustaba mucho… así como tú a mi –

Apreté el forro del asiento entre mis manos, sentí que estaba a punto de desmayarme, no le respondí, solo me quedé con la mirada fija en el paisaje

- Dime que no estoy errado – Suplicó

No pude responder, toda la sangre de mi cuerpo se apiñaba en mi pecho, no podía ni respirar

- Gerard… es muy incomodo que no me respondas cuando te hablo –

- ¿Qué quieres que diga? – Alcancé a responder

- Lo que sientes –

Respiré profundamente, ¡Es ahora o nunca! Pero no pude hablar.

Por suerte Frank es una criatura sin pudor, se deslizó en el asiento hasta estar muy cerca a mí, tomando con fuerza mi rostro entre sus manos, acercándome a él…

Y me besó… se las ingenió para aferrar mis labios entre los suyos, no me resistí, tan solo me dejé llevar, relajando cada músculo de mi cuerpo, suavemente Frank empujó su lengua dentro de mi boca, y dejé que jugara con la mía… saboreé con cuidado cada fragmento, cada gota de su saliva…

Y ese fue el día que descubrí que hay algo que sabe mejor que la sangre.

3- “Cuando comprendí que hay cosas más dolorosas que la muerte”

Los gritos que provenían de afuera no nos permitían pensar…

¿La cúspide de nuestras carreras? Después de múltiples platinos, millones de ventas, miles de portadas de revista, muertes, cambios, nuevos sonidos, la publicación de mis libros… después de sentir que tocaba el cielo con mis manos…


Y esos malditos gritos de terror y desesperación no nos permitían pensar.


Mikey caminaba de un lado a otro en el backsatage, meneando frenéticamente su cabeza

- ¡Lo arruinaste todo Gerard! – Gritaba –¡Cuantas veces me acusaste de ser débil, y mírate! Tienes la ropa llena de sangre humana –

Brian, nuestro manager temblaba copiosamente sentado en el piso, sosteniendo la puerta con su espalda

- ¿Por qué no me lo contaron…¡¿Por qué?!... Vampiros… ¡¿Vampiros?!... Gerard eres un maldito asesino –

Sentía tanto asco de mí mismo… mi ropa, mis manos mi boca aún estaban colmadas por la sangre de esas chicas

Bob Bryar, nuestro baterista golpeaba insistente el descansa brazos de su silla con la punta de los dedos

- Hay que buscar una solución… Gerard, nadie te vio, nadie sabe que fuiste tú… salgamos y finjamos estar tan consternados como la multitud –

Esa pudo haber sido una buena salida, de no ser porque una de las cuatro chicas a las que despedacé con mis colmillos había quedado viva… me reconoció y 10 minutos después teníamos a toda la policía de Nueva York rodeando el recinto

- Tienes que irte… tienes que perderte… Gerard, esa gente está como loca, ellos no van a querer llevarte a la cárcel, ¡te quieren matar! –

Raymond tenía razón, pero en ese instante la ira de los humanos era lo que menos me preocupaba… en mi mente podía escuchar con claridad los reclamos de vampiros superiores… furiosos conmigo, amenazando con asesinarme por ponerlos a todos en evidencia

- Me voy… a ustedes nada pueden hacerles… es a mí a quien quieren… tienes razón Toro, debo irme… -

Mikey me apretó con fuerza entre sus brazos, estaba aterrado, y pude sentir que la fuente de su miedo era únicamente lo que podría pasarme…

- No necesito decirte que aunque no esté cerca, estaré contigo –

Asentí entre lágrimas, me separé de mi hermano buscando a Frank para despedirme de él

- Cuando todo se calme, te buscaré –

- No – Sus labios apretados conteniendo el temblor

- Te lo prometo… -

- ¡Qué No! No te dejaré ir solo, llévame contigo –

Mi corazón se contraía, ¡Cuánto dolor he causado!

- No puedo traerte conmigo… los vampiros quieren cazarme, asesinarme, si estás conmigo te matarán también –

- No… Me… Importa… ¡Me llevas contigo he dicho! –

Frank gritó con tanta fuerza que su voz acalló por unos segundos los gritos de la turba enfurecida

- ¡Qué no entiendes que no podrías sobrevivir!... Voy a tener que ocultarme… bajo las piedras si es necesario, yo puedo pasar días enteros sin comer, sin abrigo, sin dormir, ¡pero tú no! –

Nunca antes vi a Frank tan angustiado, tan abatido, su rostro estaba lleno de dolor… ¡Todo por mi maldita culpa!

- Te amo, eso jamás va a cambiar, y te juro Frank, cuando las cosas se calmen un poco te buscaré –

Intenté abrazarlo, pero me empujó lejos de él

- Si no quieres llevarme contigo, mejor olvídate de mí –

- No me digas eso, me estás matando Frank –

El llanto que con tanta fuerza contenía se desbordó, agitó con violencia sus brazos en el aire y me empujó nuevamente, está vez haciéndome caer al piso

- ¡Eres un malnacido Gerard Way! –

- Lo sé, pero eso no cambia el hecho que te ame más que a mi propia vida –

Avanzó hasta mí, sentándose en el piso aferrando mi rostro entre sus manos como aquella primera vez… y tal cual me besó… pero esta vez esos besos que saben mejor que la sangre, estaban llenos de dolor.

Me levanté, Frank se quedó sentado, elevando sus ojos hacía mí, mirándome sin parpadear, como si estuviera grabándose mi rostro en su alma, Mikey abrió una de las ventanas, salté al marco de la misma y lo miré por última vez… grabándome el rostro de Frank Iero en el alma, ese rostro que no sé cuando volveré a ver.

Ese fue el maldito día que comprendí que hay cosas que duelen más que la muerte.

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