viernes, 3 de agosto de 2012

Yo soy aquel; Capítulo: #10

Capítulo: #10

Había transcurrido ya varios días que no veía a Frank. La última vez que lo vi prefirió irse a la casa de su tía Virginia antes de pasar a la mía, en ese momento creí que había sido por incomodidad, luego preferí darle el nombre de rechazo. Tenía el alma destrozada, hecha peor que añicos, o más bien....se había roto hasta convertirse en polvo. Las noches eran cada día mas frías y las tardes no lograban calentarme, la mañana no alumbraba mi vida, el sol parecía estar apagado para mí. La luna, mi fiel compañera se había vuelto mi enemiga, se reía de mi cuando me atrevía a asomarme por el marco de aquella ventana y no lo encontraba. Y el cielo lloraba junto conmigo, le lloraba a la vida, al desprecio y a el....

Llevaba días sin salir de mi cuarto y casi sin comer, cada día me veía mas obeso y mas feo. Y cuanto mas me acercaba al espejo más odio me tenía. Para no tener que afrontarme a mi triste realidad, prefería quedarme acostado en mi cama o a veces en el suelo, la silla me deprimía. Varias veces me arrastre llorando hacia el baño solo para vomitar lo que había comido. La comida me hacia daño. Dañaba mi salud y mi apariencia. Un día me desmaye al tratar de sentarme en esa tortura con un asiento y dos grandes ruedas, el esfuerzo que hice fue demasiado. La cabeza me dolía de tanto llanto, hasta que me seque, y las lagrimas dejaron de salir, entonces llego lo peor....llore con el alma. Ya no parpadeaba o pronunciaba alguna palabra, inclusive alguna letra, se me había olvidado hablar. Me sabia el techo de memoria, las paredes, y la ruta hacia la taza de baño, y los sermones de Lauren: "Tienes que comer o te hará daño".

Siempre la misma historia, la misma mierda y la miseria. Nada había cambiado en mi, nada. Creí que llevaba un pie fuera del pozo, pero no, solo era una fisura por donde algún día se filtro una luz, la salida no estaba a mi alcance y nunca lo estaría.

Cierto día el doctor de siempre vino a visitarme, el doctor Bryar. Ese hombre era quien me atendía desde mi accidente, un hombre amable, noble y muy simpático. Me agradaba ir a mis consultas por eso, pero dada mi situación, el doctor fue quien me visito en aquella ocasión.

Entro a mi habitación silenciosamente, ni cuenta me había dado de su llegada hasta que se atrevió a decirme hola, yo estaba apoyado contra la pared, mirando a la pared de enfrente, justo a la ventana, solo para ver si podía mirar a Frank al menos por un segundo.

-Hola doctor- apenas respondí, sorprendido porque mi habla había vuelto

-Como has estado?- pregunto amablemente, con ganas de entablar una de nuestras típicas conversaciones.

-Bien y usted?- respondí con un hilo de voz

-Bien, ahora quiero que te acuestes completamente para revisarte, de acuerdo?-

Asenté con la cabeza y me deje caer duramente. Bob me miro de una manera desagradable, estaba auto-dañándome y él lo sabía. Se acercó hacia mí y se apoyó de rodilla en la cama para tomar una de mis piernas y levantarla.

-Sientes algo?- pregunto alzándome mas la pierna

-No, como siempre- respondí sin interés

-No te enojes, ahora...- dijo levantándome mas alto la pierna -Te duele?-

-Mierda! Que hace?! Suélteme la puta pierna! Eso dolió!- grite enfadado

Bryar sonrío

-Sentiste dolor!- exclamo emocionado

-Al fin una sensación, hacia días que no sentía ni mi propia respiración-

-Sentiste dolor en la pierna!-

-Y?- pregunte en un tono desafiante y despectivo

-Eso quiere decir que hay una posibilidad de caminar, solo tienes que animarte a iniciar la terapia- comunico animado

-No me importa- conteste

-Vamos Gerard! Tu puedes!- insistió

-No me importa, de pie o no, seguiré siendo el mismo bastardo-

-Esta bien, no insistiré mas, si decides lo contrario, tienes mi numero- dijo antes de salir del cuarto

Salió y por fin me quede solo, no me sentía tan mal de esa manera, era como estar...en familia.

Varios días escuche a Lauren y Mikey platicar acerca de mi situación pero ninguno se animaba a ver que era lo que realmente pasaba, cobardes. Yo tampoco daba a torcer mi brazo, no creía necesitar ayuda de nadie.

Paso lo que creí, dos semanas, todo se había extinto. Ni un solo ruido se escuchaba, la casa parecía estar abandonada...y yo, prácticamente muerto. Solo me movía de mi lugar para ir al baño y vomitar la comida. Lauren me decía que estaba horriblemente más delgado, yo me sienta mucho mejor. No es irónico como la gente te dice que luces peor pero tu te sientes de maravilla? O algo parecido, porque a pesar de mi cambio físico, la mierda seguía igual.

Nadie me necesitaba, a nadie le hice falta. La vida era lo único "valioso" que tenia y ya de nada me servía. Lauren seguramente encontraría un mejor trabajo, a Mikey dejaría de estorbarlo y Frank...de seguro había encontrado algo mejor en su vida, mucho mejor que un estorbo maldito como yo. No, esto no podía seguir así. Como pude, tome papel y lápiz y comencé a escribir lo que seria una de mis últimas memorias:

"Dame una buena razón por la que seas tan celosa y no me dejes tener mas amigos, dime también porque nunca quisiste verme feliz cuando quise serlo. Ahora nada mas importa, más que estar a tu lado. De igual manera, cuando me dejaste a un lado? Nunca.

Sé que soy una mierda, se que nunca me ame, también tengo en cuenta que muchas veces me equivoque. Fingí, mentí, robe sueños, corazones e ilusiones. Lo se....y me arrepiento. Dime porque aun no me perdonas?? Porque me castigas con tu látigo maldito?? Tengo que pagar por todas las veces que creí haberme zafado de ti?? Bueno, aquí me tienes de nuevo a tus pies, suplicando que para te vayas de una buena vez. Porque no entiendes que te odio?? Pero a la vez te necesito....sin ti, no tengo motivos para irme a ser feliz. Donde el agua no moja, donde el fuego no quema, aquel lugar donde las palabras no hieren y el cruel cántico del rechazo por una persona que te ama...no es mas el simple ruido de una brisa.

Quise negarte a toda costa, los demás también dudaron de tu existencia, pero nunca lo creí así. Me sentí mas parte de ti que de mi misma. No soy patética acaso? Mientras que los demás me rechazaron por ser gordo, inválido y tonto, pero tú no discriminas a nadie. A todos nos aceptas como tus hijos y bajo tu frío manto nos da cobijo....

A pesar de tu protección amada madre, todos te odiamos. A veces desearíamos que no fueses más que un vago recuerdo que se va, al igual que la noche desvanece ante la luz. Pero eres terca y sabes que nos tienes donde quieres.

Por eso, hoy madre querida, madre que alguna vez cuido de todo ser humano, he venido a pedirte perdón. Perdóname por haber creído que ya no estabas cerca de mi, te ruego porque aunque grite y llore, me dejes aceptar que igual...Nunca te fuiste y tampoco lo harás, solo como castigo.

Te quiere, Tu Hijo

P.D. Querida Madre Soledad, Estarás ahí hasta el fin de mis días, cuando mi existencia no sea mas que un cadáver? Digo, solo para asegurarme."

Entonces me decidí por terminar aquel sufrimiento que me estaba matando lentamente. Deje la hoja sobre la cama y a rastras llegue a mi baño, abrí la llave del agua de la ducha y la tape la tina. Mientras se llenaba, el miedo se apoderaba de mi cuerpo, pero nunca fue más grande que mi dolor. Cuando estaba desbordándose, me metí y lentamente me deje caer. Solté todo el aire que traía en los pulmones para hundirme mejor, al principio desesperación, luego....no mas dolor. Escuche que alguien gritaba y logre distinguir la voz de mí amado Frank, mi última petición de verlo estaba cumplida. Sonreí y mi cuerpo entero toco el fondo de la bañera...

No hay comentarios:

Publicar un comentario