viernes, 3 de agosto de 2012

Yo soy aquel; Capítulo: #11

Capítulo: #11

Que son las gotas de sangre?

Son aquellas que derrame por tu maldito amor, por tu traición, por tu desprecio, por ti. Por el odio hacia ti y todo lo que tenga que ver contigo. Esas fisuras en el alma que sangraron a través de dolor, mis lágrimas, mis gritos y mi desesperación. Gotas de sangre....que solo yo vi fluir por mis ojos. Se llamaron lágrimas de sangre, aquellas que salieron desde el corazón.

Y todos aquellos que me vieron caer, besaran mis pies al levantarme en la gloria. Pero ahora....que esta luz se apague y que se encienda otra! Porque vivir para mi no es más que morir en vida, y eso...no es vida. Así que considerarme muerto desde esos días siempre estuvo correcto. Lauren vino a mi cuarto en contadas ocasiones, preguntando si me encontraba vivo, ahora si me encuentra no volverá a preguntarlo nunca. Como es que deje que mi vida llegara hasta ese punto? Como? Fue el dolor, la desesperación o la tristeza? Quizá el Señor de los Cielos aclare mi duda. Porque a este punto esa curiosidad acabaría llevándome de nuevo a la vida. Y si nunca estuve muerto? O es que acaso nunca estuve vivo? Confusión, humillación, arrepentimiento, todo al mismo tiempo. Manejar las emociones nunca fue tan fácil. Es así porque estoy al borde de la muerte, misma ruta que yo me busque?

Otra vez a cuestione mis acciones, después sentí unos brazos que rodearon mi cintura, mi pecho se elevaba con intensidad, de seguro estaba respirando.

"Aire, pásale aire" gritaba mi muñequita, su voz....ya no tenía la misma suavidad.

Alguien tapo mi nariz, abrió mi boca y soplo dentro de ella. Cajeta...estaba por morir en los brazos de mi muso. Pero ya no sentía que iba a morir, aquella luz se desvanecía más y más y recuperaba la visión a cada segundo. Ya no estaba en el agua, el lugar donde ahora reposaba era frío y duro, seguramente me encontraba en el suelo. Llanto y más llanto. Y no era mío....

"Dime que se pondrá bien" dijo histéricamente aquella voz de mujer, ahora ya no recordaba de quien era

"No lo se! Espera a ver que pasa" respondió aquel hombrecito, dueño de mi amor. Estaba preocupado por mi? Había alguien que le importaba??

Sentí nausea, me puse bocabajo y vomite, me ayudaron a apoyarme en la taza y termine de echar el agua. No reaccionaba del todo, pero lograba ver a mi hermano, Lauren y Frank cerca de mí, sonreí y me desmaye.

Tuve la pesadilla más horrible de mi existencia, soñé con el infierno que nos pintan en la Biblia, aquella laguna de fuego en la que nunca creí. Soñé que me estaba quemando, trataba de moverme pero no podía, tenia un grillete en la pierna, amarrado a una gran silla. Después deje de sentir la presión, miraba hacia mis pies, pero ya no estaban, no tenía ninguna extremidad en mi cuerpo. Me desperté retirando las cobijas de mis piernas y ahí estaban, nunca me abandonaron.

-Lauren!!!!- grite a todo pulmón, estaba llorando y muy asustado

Lauren llego corriendo

-Que pasa???-

-Tuve una pesadilla- respondí llorando, ella corrió a abrazarme

-Que bueno que despiertas, llevas dos días inconsciente-

-Dos días?!- pregunte anonadado

-Si, así es, dos días-

-Y tus has cuidado de mi estos dos días?!-

-No, Frank y Mikey han ayudado mucho, han de estar dormidos ahorita-

-Me han cuidado?-

-Si, Frank no se ha movido de esta casa y Mikey no ha ido al trabajo, querían estar aquí para cuando despertaras-

Sonreí. Se habían quedado a mi lado solo para verme despierto? Los amaba, sin duda lo hacia.

Frank y Mikey entraron al cuarto, pero solo me miraron de manera despectiva. Pude ver que Frank había llorado porque sus ojos estaban rojos e increíblemente hinchados. Entonces un puño golpeo duramente mi pecho, el puño de la cruel realidad. Mi salvador, mi muso, mi todo, estaba en recargado en el marco de la muerta con esa expresión de dolor que nunca creí ver en el. Luego me sentí culpable, las enseñanzas de su madre se habían ido al carajo, al igual que toda nuestra amistad. Mikey le tenia abrazado por la cintura, en mis ojos se reflejaba fuego, aquel infierno incesante donde horas antes me había soñado, pero esta vez....podría resumirse a celos. Muchos celos. Mikey pronuncio algo que bien definí como un insulto hacia mí. Otra vez el malestar del arrepentimiento entumió mi cuerpo al ver sus manos entrelazadas. Nadie dijo nada hasta que Frank anuncio su retirada, y esta vez...parecía ser para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario