viernes, 3 de agosto de 2012

Yo soy aquel; Capítulo: #15

Capítulo: #15

Dulce/Agrio/Amargo.

*Dulce*

Y ahí estaba yo, en aquella mesita redonda en esa estúpida cafetería a la que Frank me había llevado. Ninguna de los dos había dicho nada, todo era silencio total. Iba a terminar todo de una vez con un "Frank larguémonos de aquí, quiero descansar", pero mi amado tomo de mi mano suavemente y la beso.

-Gerard...que haría sin ti?-

Sus palabras se encajaron en mi pecho como una daga, como podía amarlo y odiarle al mismo tiempo? Me solté y baje los brazos de la mesa

-Te irías con Mikey- respondí secamente y cobardemente mirando hacia otro lado

-Mírame cuando hablas Gerard- se atrevió a desafiarme, mi ira se descontrolo

Lo mire a los ojos con odio

-Te irías con Mikey! Te irías con Mikey! Te irías con el!- grite sin dejar de mirarle, la cafetería entera puso su atención en nosotros

Frank se avergonzó pero yo no podía mas con la rabia que día a día me consumía por dentro como si fuese una maldita rata dispuesta a roer aquel cubito de queso en la trampa, y cuando el maldito ratón termina con el cubo, le cae encima un maldito fierro que acaba con su vida. Pues bien...mi paciencia era el cubo de queso y cuando la rabia se lo trago, explote! Era una bomba de tiempo que no pensé que explotaría en la cara de Frank

-Gerard....no tienes porqué enojarte, es tu hermano-

Cínico de mierda, pensé.

-Tu sabias que yo te amo y aun así te fuiste con él! Que descaro Frank- comenzaba a desesperarme

-Gerard...ese es el problema. Yo no se....que siento-

Golpee con un puño la mesa, el asusto y miro hacia otra dirección.

-Estas jugando con nosotros Frank? Quieres verme en la ruina? Pues no lo harás! No esta vez!-

Las lágrimas se desbordaban por sus débiles parpados, mordía su labio inferior para no llorar y las manos le temblaban.

-Yo no he jugado con nadie, que no amo a Mikey, eso siempre lo supe y el lo sabe-

Aunque por fuera parecía escucharlo pacientemente, por dentro me ebria la sangre, quería matarlo ahí mismo, sentía que el estomago se me salía por el trasero (Mean Girls).

-Entonces a quien amas Frank?-

Pregunta difícil.

-No lo se Gerard....yo no siento amar a nadie-

Primera caída después de haberme levantado de las garras de la mediocridad que me embargaba y ahora...parecía ser que volvía.

-Frank....no puedes besarme y después salir con mi hermano! Eso no es correcto- grite con todas mis fuerzas

Frank soltó la primera lágrima

-Tu no entiendes Gerard!- grito en defensa, pero a estas alturas no tenia como defenderse

-Eres un....-

Pero un dolor en el pecho hizo que no terminara mi sentencia...sentí una preocupación que podría jurar inexistente hasta el momento, lo único que pensé en ese momento fue...

-Ángela!-

*Agrio*

-Que tiene mi mama Gerard?- pregunto Frank extrañado

-Solo...quiero irme- el dolor se hacia mas fuerte

Puse una mano en mi pecho, justo encima de mi corazón y rece por primera vez en mucho tiempo que ella estuviese bien. Frank no comprendió a la primera pero reacciono rápidamente cuando capto mi desesperación por ver a Ángela.

Mi desesperación crecía minuto a minuto, el autobús iba tan lento que creí que arrastrándome llegaría más pronto.

Cuando al fin llegamos ese dolor en el pecho ya no se sentía mas, entonces comencé a sentir miedo. La piel se me puso de gallina, me temblaban las manos, los ojos anunciaban que soltarían lagrimas en cualquier momento y me era difícil contestar a las preguntas que Frank me hacia frecuentemente.

El tiempo se hacia cada vez mas lento y el camino mas largo. Cuando llegamos, un frío invadía el lugar, Frank toco la puerta tres veces pero nadie contesto.

-Debe estar dormida- explico y saco sus llaves para abrir la puerta

Entramos, el frío del pasillo provenía del apartamento de Frank. Las flores ya no brillaban, estaban casi marchitas, la mitad de los pétalos habían caído.

Frank me llevo al cuarto de su madre donde ella estaba dormida tranquilamente en su mecedora, pero algo me decía que esa tranquilidad no se debía solo al sueño.

Me acerque lentamente y tome de su muñeca. Oh no!

-Frank!- grite desesperadamente mientras apretaba la muñeca su mama

-Que pasa?- pregunto preocupado

Me aleje lentamente al borde de un ataque de desesperación

-Ángela! Frank, Ángela!-

Frank corrió a su madre y la sacudió con fuerza, ella no respondió.

-Mama...mama despierta por favor. Mami si esto es una de tus pruebas créeme que no me estoy riendo-

Pero ella no respondió.

-Mama! Despierta Mama!- comenzó a gritar

Yo lo veía desde lejos con el alma casi destrozada.

-Gerard dile que no se vaya! Por favor Gerard!-

Lo mire a los ojos
-Yo....no puedo....hacer eso Frank- mi voz se quebrantaba.

Sin mi....Frank se había quedado completamente solo, estaba abrazando el cadáver de su madre mientras las lagrimas salían a borbotones, y yo....no podía consolarlo y nada lo haría. Ni yo podía creer que ella estaba...muerta.

*Amargo*

Ángela no había dejado nota alguna, simplemente se fue, dio un último aviso y desapareció de mi vida. Frank no pidió funeral, simplemente compro un cajón y entero a su madre en el lugar que le prometió, junto a la tumba de su esposo.

Raymond, Matt, Sonny, Mikey yo lo veíamos a lo lejos, como se aferrada de la lapida, sollozando y gritando el nombre de su madre, nunca pensé verlo así. La lluvia cayo torrencialmente y a pesar del frío, no se movió de ahí. Sus ojos habían perdido cualquier brillo existente.

Esa noche cayo enfermo, pero ni eso evito que diariamente visitara la tumba de su madre. Todos los días Mikey lo dejaba en el cementerio y lo recogía en la noche cuando cerraban.

-Esta muy enfermo, su cara esta tan pálida y se ve mas delgado. Sus ojos están rojos de tanto llorar y tiene una tos muy fuerte- me dijo Mikey después de recoger a Frank -Me preocupa mucho-

Hubo un día en el que no se podía levantar de la cama y aun así, estaba parado frente a la tumba de Ángela. Por mi lado, todos los días cogía 3 pétalos de unas flores que compre y trataba de descifrar cual era cual, no podía.

Mikey lo trajo a casa un día, estaba tan enfermo y cansado, que en cuanto toco la almohada se quedo dormido toda la noche, a la mañana siguiente volvió a las andadas de siempre.

Desde ese día. Rara vez lo veía, Mikey llegaba todos los días a casa llorando, ni el ni yo soportábamos verlo así.

Una noche, con ayuda de Lauren, fui a la casa de Frank, estaba decidido a hacerlo cambiar de opinión, pero él no se encontraba en casa,

Y al parecer no Frank no era la única persona por la cual Lauren se preocupaba, sino también yo era su motivo de preocupación.

-Porque pasas tanto tiempo acariciando esos pétalos con los ojos cerrados?- me preguntaba toda las tarde mientras yo cortaba los pétalos

-Nada en especial- era mi singular respuesta

Y mientras mas pensaba en Frank, menos podía sentir, entonces lo supe. La respuesta estaba ahí.

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