viernes, 3 de agosto de 2012

Yo soy aquel; Capítulo: #2

Capítulo: #2

-A donde crees que vas?- pregunto Mikey al verme casi en la puerta con Lauren de la mano

-Voy a salir- respondí dándole la vuelta a mi silla para mirarlo

-A que?-

Si, había empezado con su incredulidad y su deseo de discutir

-Quiero conocer, es todo-

-Y que se supone que harás pegado a esa silla? Bailar toda la noche? O correr si unos vándalos intentan hacerte daño?- argumento con un tono despectivo respecto a mi condición

-Será mejor que no vayamos- dijo Lauren asustada

-No Lauren, yo voy a salir, que a este paranoico no le parezca- respondí

-Pero Gerard, Mikey...- insistió

-Vienes conmigo o no? Es lo único que diré antes de salir por esa maldita puerta-

Lauren asentó con la cabeza, agarro los cuernos de mi silla y me llevo hacia afuera, dejando al neurótico Mikey dentro de esa maldita jaula a la que suelo llamarle casa. Ella estaba nerviosa y lo note porque varias veces sin querer me había conducido a baches, lejos de enojarme, me reía por su nerviosismo. Llegamos al estacionamiento y buscamos el carro pero no encontramos nada.

-Estas seguro de que aquí dejaste el carro?-

-Si, Mikey siempre lo deja....-

Y entonces me di cuenta, así que llame a casa desde el celular de Lauren.

-Diga?- respondió Mikey

-Dime donde esta el carro- pedí amablemente, aunque por dentro la paciencia se me agotaba

-Si es para ir a esos lugares no te digo-

-Mikey por favor, no empecemos-
Y colgó. Estaba muy enojado al parecer. Guarde el celular en la bolsa y mire a mi acompañante

-Y?-

-Colgó-

Suspiro, iba a abrir la boca pero la corte de golpe

-No pienso regresar, buscare ese maldito auto aunque me tenga que arrastrar para encontrarlo- respondí dándome la vuelta

Lauren soltó una risita, no es que se burlase de mí, yo solía hacer chistes de mi condición solo para aligerar la carga del dolor que a veces me producía. Masoquista? Realmente no, porque no me dolía reírme de mi mismo, eso me hacia tener mucha seguridad, o bueno, a veces, cuando no suelo pensar en ese hermoso joven de cuerpo glorioso.

Busque el carro por todo el estacionamiento de los departamentos sin éxito alguno.

-Vámonos en taxi- sugerí

-Buena idea-

Salimos de ahí y nos pusimos en la banqueta a esperar a que pasara uno. Hacia un poco de frío a pesar de ser apenas agosto, eran cerca de los ocho. Mientras estuvimos ahí parados, me atreví a mirar aquel balcón con la hermosa vista, pero no encontré a mi muso fuera, regando sus plantitas.

-Sabes Lauren? A veces creo que hay cosas tan hermosas en el mundo, que aun con toda la fuerza del mundo, nunca podrás alcanzar- comente sin despegar la vista de aquel balcón

-A que te refieres?- respondió claramente, aunque sus dientes temblaban

-Oh! Tiene frío mi monita de felpa!- dijo con un tono tierno -Deja te doy mi chaqueta que te has de estar muriendo de frío por mi culpa-

-No es necesario-

Me la quite y se la alcé, ella negó con la cabeza al ver mi gesto de caballerosidad

-Si no la tomas, este osito se enojara y aparte te enfermaras y no quieres que la bruja Maruja se enoje porque no puedes asistir a trabajar, verdad?-

Lauren sonrío, se agacho a darme un beso en la mejilla y accedió a ponerse mi chaquete. En eso un taxi llego y subimos en el. Lauren me sentó, doblo mi silla y después abordo el auto con la silla en sus piernas.

-Segura que no quieres que yo la lleve?-

Lauren negó con la cabeza y me tomo de la mano con fuerza

- Buenas noches. A donde los llevo?- pregunto amablemente el taxista, mirándonos por el retrovisor

-Queremos ir a esa calle donde hay muchos bares y eso- respondió Lauren emocionada

El taxista asentó con la cabeza y condujo. Creo que mi querida amiga estaba aun mas emocionada que yo, con respecto a conocer esos lugares. Tan pronto nos acercamos a la tierra de las luces incandescentes, había una glorieta con un asta enorme en el centro de esta.

-En esa glorieta, por vísperas de navidad, colocan sin falta, un gran árbol con grandes luces y esferas que dentro traen un deseo, la gente suele ponerlas ahí todo el tiempo- explico el taxista

Lauren y yo miramos aquella asta fascinados. Rápidamente me imagine a mí y a ese chico, debajo de ese gran árbol, colgando unas esferas donde nuestro único deseo era estar juntos toda la vida, después de colgarlas, tomarnos de las manos y mirarnos a los ojos. Luego imagine que yo sacaba unos anillos y le colocaba uno a el, antes de besarnos apasionadamente.

Pasamos la glorieta y mis ilusiones se fueron con ella. El taxista paro en una esquina, justo donde empezaba aquella calle, le pagamos y bajamos emocionados. Recorrimos el lugar varias veces hasta decidir a donde entrar, decidimos por un lugar llamado Milky Bar. Entramos y el lugar estaba compuesto por una gran barra que rodeaba a todo el lugar y muchísimos bancos, el sitio donde trabajaba el cantinero, una caja registradora, tres puertas, una de persona y las otras dos los respectivos baños. El lugar estaba algo lleno, asi que nos sentamos en los pocos lugares vacíos que quedaban, cerca de unos tipos muy agradables que platicaron con nosotros toda la noche.

A diferencia de lo que había dicho Mikey, la gente me trataba bien y los muchachos se portaron muy amables, intercambie teléfono con uno de ellos y tome una que otra copa, pero me sentí mareado.

Cuando salimos de ahí, yo tenia poco coherencia en lo que decía, así que Lauren opto por regresar a la casa, antes de continuar con otro bar. Tomamos un taxi nuevamente.

-Te gusto el lugar?- pregunto Lauren

-Si, muy divertido. Deberíamos de volver otra vez-

Paramos en un semáforo y entonces vi a mi amado muso corriendo por la calle, como si estuviese escapando de la muerte.

-Siga a ese hombre- pedí señalándolo a el
El taxista asentó y lo siguió hasta que entro por un callejón. Estaba locamente desesperado, no sabía exactamente de donde provenía tanta desesperación, pero lo único que deseaba era alcanzarlo. Cuando el taxista paro en una banqueta mi muso ya casi había desaparecido entre las sombras. No se si fue el alcohol o mi desesperación, que lo único que se me ocurrió fue abrir la puerta y salir de ella, topando duramente con el frío asfalto. Mis manos se empuñaron y prácticamente me arrastre hasta que alguien me llevo hacia la banqueta, Lauren corrió en mi auxilio y se agacho para mirar que todo estuviese bien, para ese entonces mi salvador ya se había ido, solo quedábamos mi nena, el taxista y yo. Me acomode en su pecho y comencé a llorar. Lauren trataba de consolarme pero no funcionaba, nada lo haría.

-Porque Lauren? Porque tengo que estar así? Porque Dios me hace esto a mi?!!!! No es justo!!!!- grite

Lauren comenzó a llorar conmigo

-No es justo Lauren! Justo cuando necesito alcanzar algo que deseo, esta esa maldita silla para detenerme! Quiero morir!! De que me sirve estar vivo si todo lo que quiero esta tan lejos?-

Lauren me tomo del mentón y me miro profundamente a los ojos.

-Dios nos pone a veces estas pruebas para hacernos más fuertes- respondió Lauren

Ambos nos quedamos así por un rato.

-Ya estas bien?-

Pero no respondí, el frío calaba en mis huesos pero lo que mas calaba era el desprecio hacia mi mismo, toda mi seguridad se había ido tan pronto me tope con la maldita realidad. Cuando te iba a alcanzar muso? Cuando?

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