viernes, 3 de agosto de 2012

Yo soy aquel; Capítulo: #5

Capítulo: #5

-T-tu?- pregunte sin pensar, sin miedo a que posiblemente pudiese arruinar sus intensiones, fuesen las que fuesen

-Pues primeramente hola, mi nombre es Frank- dijo levantándose de su lugar, caminando hacia mi y extendiéndome la mano

De cerca era aun más hermoso, su cabello obscuro realzaba el color de sus grandes ojos, tenia esa mirada de temor y dulzura, mezclado con tristeza e infinita alegría. Su cara tenía una sonrisa cegadora, combinada con esos labios tan rosados y ese arito de metal sensual. Aunque estaba algo lejos de mi, podía oler el dulce aroma de su hermosa piel. Toda una obra de arte para el ojo humano, inclusive para el divino.

Tome su mano y ambos la agitamos, como el típico saludo de las personas que muy apenas se conocen. Digo esto porque a mis amigos yo solía darles un abrazo, pero imposibilitado para estar de pie, no queda mas remedio que extender una de las extremidades que aun me funcionan.

-Gerard, mi nombre es Gerard- murmure

Como decía, al tocar su piel un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me dejo atontado unos segundos. Quede sordo y casi ciego, excepto por esos ojos que habían capturado mi atención desde que si su perfecta silueta posada en mi sucio sillón. Su piel era tan suave como un pétalo de rosa, que casi me vengo al contacto con ella.

Sin entrar en mas detalles por el momento, sonrío, tomo mi silla y me acerco al sillón donde anteriormente estaba sentado y volvió a su lugar.

-Vine aquí porque ayer se te cayo esto- dijo sacando de la bolsa una pequeña cadena de plata

Lo mire confundido hasta que me entrego dicha cadena, era nada mas y nada menos que mi crucifijo de plata, aquel que se me había caído la noche anterior.

-Como es que tu la tienes?- pregunte asustado, no por el hecho que el la tuviera, sino el como llego hacia el

-Ayer caíste del taxi y entonces ayude a ella a recogerte para llevarte hacia la banqueta, pero sin querer jale muy fuerte de ti y rompí la cadena, quedándome con ella en las manos- respondió avergonzado, con un ligero tono rosado en sus angelicales mejillas -No tenia idea de donde buscarte, pero hoy que te vi en esa ventana le di gracias a Dios por haberte encontrado, te juro que no pude dormir nada mas de pensar que tal vez no podría entregártelo-

Sonreí ante su gentileza y su amable gesto, cualquier persona se quedaría con tal artefacto sin remordimientos pero el parecía ser diferente, él era mucho mas especial que cualquier otra cosa.

-Gracias- respondí con dificultad, era difícil estar cerca de él y no lanzármele a besos

-Frank, te gustaría quedarte a comer?- pregunto Lauren saliendo de la cocina con una charola en la mano

-Gracias- respondió Frank con una sonrisa

Mire a Lauren y le agradecí con la mirada, ella sabia de mi manía secreta por mirar aquel balcón bautizado por las lagrimas de ese hermoso ángel cuyo trasero estaba en una de las sillas de mi comedor. Suspire y me acerque a la mesa en busca de alimentos.

-Te ayudo a acomodarte?- pregunto Lauren

-No- conteste, tratando de hacerme el valiente

Frank me miro atónito y sonrío. Eso me lleno de un sentimiento que aun no logro saber que es, pero esta muy cerca de una estúpida valentía, es decir, sabia que necesitaba su ayuda pero quería hacerme el valentón.

-De acuerdo- respondió Lauren aun no muy convencida y con esa mueca de inconformidad en sus finos labios
Me agarre muy fuerte del mantel e intente trasladarme hacia la silla del comedor pero por alguna razón la fuerza del impulso no fue suficiente y caí directito al suelo, como costal de papas. Me lleve el mantel y la comida, cayendo todo sobre mí, haciendo un increíble desastre. Lauren y Frank rápidamente me socorrieron, levantándome y llevándome hacia lugar que no pude llegar. Estaba tan avergonzado por el percance que las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin que yo pudiese hacer nada para detenerlas. Así que volví a llorar. Frank me abrazo y entonces sentí un poquito de calma, su pecho era cálido y suave y sus brazos eran confortantes, no cabía duda que el fuera el hombre de mi vida, aquel que tanto había buscado en sueños y ahora estaba confortándome después de ese penoso percance.

-Ya no llores, a mi también me han pasado esas cosas- comento -Una vez le compre a mi madre un pastel para su cumpleaños y mientras ibas camino hacia casa se me ocurrió saltar hacia la banqueta creyendo que llegaría, pero no fue así y caí en el pastel, total, ese día mi madre puso la velita en mi cabeza y comimos los pedazos que íbamos quitando de mi cara-

Lauren y yo nos reímos, él se rio avergonzado. Además era simpático, todo un amor de hombre.

-Iré por mas a la cocina- dijo caminando hacia allá

-Claro- respondí

-Una cosa mas Gerard- dijo Lauren girándose -No intentes nada más-

Mis mejillas empezaron a quemarse, Frank soltó una leve risita y me tomo la mano

-No te preocupes, no lo dejare- replico el

Lauren sonrío y siguió su camino satisfecha.

-Cual es tu edad?- pregunte nervioso

-Cuento con solo 19 y tu?-

19? Apenas era un pequeñín!!

-Yo tengo 25-

-Bien, aquí viene la comida- anuncio mi muñequita

Tomamos nuestro plato y comenzamos a comer. Nunca pude quitarle los ojos de encima, la manera en que masticaba parecía que en realidad acariciaba la comida con su lengua.

-Interrumpo algo?- pregunto Frank

-No, porque lo dices?- pregunte curioso
-Entonces puedo llevarte a pasear por la ciudad?-

Y el tenedor de mi mano cayó

-S-s-seguro- respondí

Ese iba a ser un tiempo maravilloso.

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